Hay quien la ha definido como una mezcla explosiva entre Björk y Celia Cruz, pero Xenia Rubinos es inclasificable. La neoyorquina de origen cubano y puertorriqueño da nombre a un dúo (completado por el batería italiano Marco Buccelli) que ya pasó por Valencia el pasado mes de abril, y que ahora regresa en la segunda etapa española de la gira de presentación de “Magic Trix”, un disco exuberante e inagotable, con el que han logrado convencer a la crítica de todo el mundo. Quienes la vieron entonces se quedaron con la boca abierta, así que conviene no desaprovechar esta segunda oportunidad. La cita, el domingo 24 de noviembre, en La Llimera.
¿Qué es lo más apasionante de salir de gira?
Poder conocer nuevas personas y lugares, ver cómo vive y cómo organiza su vida la gente es lo que más me interesa.
¿Hay algo de frustrante, de miedo o temor por la reacción del público?
No. Si temes al público, ellos no te pueden dar nada, ni tú tampoco a ellos.
Solo teneis un disco. ¿Vais a adelantar canciones del siguiente?
Mi primer álbum, “Magic Trix”, se editó este año en España con Everlasting Records, y actualmente estamos tocando el material que contiene, junto a varias canciones nuevas en las que estamos trabajando.
¿Hay alguna canción que te hayas cansado de tocar?
Mi música es nueva para la mayoría de la gente, así que cada vez toco para un público diferente, y eso hace que las canciones renazcan constantemente y, de alguna manera, cambien en mí también. Van adquiriendo nuevo significado a medida que pasa el tiempo, y yo intento cambiar con ellas.
Sois un dúo. ¿Qué ventajas e inconvenientes tiene ser solo dos personas?
La ventaja y el inconveniente son el mismo: ¡Que hay menos personas para pelear!
¿Qué es lo más pesado de las giras?
Los baños públicos, y cuando llega el final.
¿Qué música sueles escuchar cuando viajas?
Intento escuchar música que no conozco o que deseo conocer mejor. Ayer, en la furgoneta, estuve disfrutando con Sly & the Family Stone.
¿Cómo definirías lo que haces a alguien que no te haya escuchado nunca?
Escribo canciones. Somos un dúo de percusión. Yo, con el teclado, mi voz y un sampler, y Marco Buccelli a la batería. Hacemos juegos rítmicos con la voz y la percusión y tenemos “soul”.
¿Qué es lo más descabellado que has hecho sobre un escenario?
Una vez, salté descalza del escenario y pisé un vidrio roto que me cortó el pie. Seguimos tocando, porque Marco no se había dado cuenta de nada, y fui dejando sangre por toda la alfombra.
Has tocado anteriormente en Valencia. ¿Qué recuerdos tienes de la ciudad?
Tocamos en el maravilloso lugar que se llama La Llimera. Nos encantó la plaza y la gente amable que conocimos. Nuestros amigos valencianos son los mejores, personas de alta calidad humana en todos sentidos, ¡nos alojaron como reyes y bebimos y dormimos demasiado! Por eso perdimos la oportunidad de ver la ciudad aquella vez y estamos contentísimos de regresar para ver todo lo que nos perdimos. ¡La gente de Valencia y el ritmo que tiene me fascina! ¡Y no empecemos de hablar de la comida, porque tendremos que abrir otra columna!
José Sirgado
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