Niño de Elche y Los Planetas, es decir, Fuerza Nueva, se juntaron precisamente con esa intención: rastrear los orígenes litúrgicos del rock and roll, del flamenco, de la música popular que ofician y crear nuevos himnos religiosos. No debemos centrarnos sólo en términos evangélicos, hay que ir más allá y pensar en el cortometraje "Rock My Religion" de Dan Graham y en como se describe toda una forma de vida, desde la viejas ceremonias shakers hasta Patti Smith o los Sonic Youth.
En ese mismo sentido, Fuerza Nueva quieren transmitir el modo de vida de quienes acudían a conciertos, tocaban música popular o, simplemente, fiaban algunos ratos de su vida a escuchar, a hacerse estas músicas. Y es que, una de las fortunas de estas músicas es que niegan la escucha individualizada, su saboreo subjetivo, su interioridad es su exterioridad. No hay posibilidad de que esta hímnica no invoque lo gregario, el grupo o la comunión social. Nadie escucha en solitario, la música popular siempre es plural, es decir, comunitaria. Hasta los más elitistas son capaces de hacer eso en comunidad que une a quienes escuchan un mismo disco. Su último tema, "La rosa", fue un villancico, en cambio, "El sol" una oración islámica. La primera conjuga toda una iglesia evangelista en Nueva Orleans y la segunda ha acabado sonando en el Himno Nacional. Fuerza Nueva lo deja bien claro, y es que están dispuestos a comulgar aunque sea con ruedas de vinilo.
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