Morello y Hanna son solo dos de los muchos que piden en la carta que las salas y recintos de conciertos rechacen la propuesta de Amazon, quien ya ha tenido algún que otro desliz con la protección de datos. Preocupados por la vulnerabilidad ante la que este tipo de escáner les expone frente a las fuerzas de autoridad, activistas de todo Estados Unidos piden que el acceso a eventos musicales de todo tipo se haga a la vieja usanza, sin que nada biométrico esté involucrado.
La líder de la Coalición por los Derechos de los Inmigrantes en Colorado Siena Mann afirma que "los escáners de la palma de la mano y demás formas biométricas de recopilación de datos, como el reconocimiento facial, son herramientas de violencia del estado". Mann asegura que una vez se crean estos bancos de información, la policía y demás cuerpos de seguridad pueden acceder a ellos libremente. De echo, esta no sería la primera vez que Amazon comparte información con dichos cuerpos.
En 2019, una petición similar logró que se desestimara la idea de implementar el reconocimiento facial para acceder a eventos varios. Bajo la misma premisa que la carta actual, se pedía que en lugar de priorizar una gestión de colas más eficaz, se primara la seguridad del público.
No es de extrañar que Kathleen Hanna se encuentre entre las artistas que se oponen a esta medida, ya que esto de oponerse en general es parte de la esencia punk de la cantante. La que fuera miembro de Bikini Kill, Le Tigre y The Julie Ruin ha sido siempre fiel a sus ideales; el activismo feminista impregna todas las canciones en las que ha sido partícipe, y fue una de las fundadoras del movimiento cultural Riot Grrl.
Firmando esta petición, Kathleen muestra que persevera en ella la voluntad de batallar, y se suma a las voces de una generación que, pese a no ser la suya, resuena con muchas de las luchas sobre las que cantaba antaño.
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