La canción que da título al disco es una balada despojada y emocional, compuesta únicamente por el piano y la voz de Matsson que atrapa al oyente por su calidad cinematográfica. Tal como manifiesta el mismo intérprete, la canción iba a ser grabada sin demasiada atención hasta que Phil Cook apareció el primer día en el estudio. “Tenía a Phil en el piano mientras estábamos tocando, y luego lo grabó. Improvisó ese hermoso outro. Cuando lo hizo, nos quedamos boquiabiertos, yo estaba llorando”.
Al adelanto, se le suma un videoclip grabado en Amsterdam que corresponde a la segunda parte de una trilogía de vídeos dirigida por Jeroen Dankers para el álbum. Dankers dice que el video está “inspirado en la adolescencia. Hacer cosas estúpidas, atrapado en un lugar, ser tu yo más pequeño y al final conocerte a ti mismo mientras sales de él”.
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