Jamie Spears, padre de la famosa cantante pop, lleva desde 2008 supervisando por decisión judicial las finanzas, la agenda y todo tipo de detalles de la vida de Britney, de ya 39 años, después de que esta sufriera diversos problemas de salud mental cuando se encontraba en uno de los puntos más altos de su carrera y, en consecuencia, en el ojo de mira de todo el mundo. En 2019, Jamie Spears pasó a ser el tutor exclusivo de Britney cuando su antiguo abogado, Andrew Wallet, renunció a la tutela conjunta.
Desde 2008 y sobretodo en los últimos años el movimiento 'Free Britney', que reclama que la artista pueda tomar sus propias decisiones sin la supervisión de ningún tutor, ha ido tomando importancia en la sociedad, y uno de los momentos más álgidos llegó a principios de verano, cuando el juicio entre padre e hija se hizo público. El 24 de junio, Britney sentenció: “Antes creía que nadie me iba a creer. Creía que la gente se burlaría de mí. Pero ahora quiero recuperar mi vida. Ya ha sido suficiente”.
“Señoría, mi padre debería estar en la cárcel”, dijo la cantante ante la jueza en una audiencia en la que denunció los abusos laborales a los que había sido sometida y donde amenazó con demandar a su familia por lo que le ha hecho. El demoledor testimonio de Spears incendió las redes sociales y movilizó una vez más a los seguidores de la estrella, que clamaban para que el padre la liberara.
Desde el principio Jamie Spears había rechazado dejar el cargo, pero hoy su abogado ha presentado ante el Tribunal Superior de Los Ángeles la respuesta afirmativa a la solicitud de su hija para poner fin a la tutela. Según los documentos judiciales, lo hará una vez que se resuelvan “varios asuntos pendientes en los tribunales”. Ahora, Jamie Spears considera que una batalla legal contra su hija "no sería lo mejor para ella", aunque cree que no hay motivos suficientes para suspenderle o destituirle como curador de la herencia, e incluso apunta que un cambio de tutor ahora no sería lo mejor para su hija. Así pues, estas noticias no significan el fin de la tutela sobre Britney, pues será el juez quien tome la última decisión sobre un cambio o eliminación del control sobre la cantante.
Actualmente, el padre de Britney, de 68 años, cobra unos 16.000 dólares al mes por ser el guardián legal de su hija. El abogado de la cantante ha reprochado los constantes ataques de Jamie a Britney y ha asegurado que seguirán adelante con la investigación sobre su conducta respecto a su hija durante los últimos 13 años, por lo que las acciones legales contra Jamie Spears seguirán adelante pese a su último anuncio.
Entre las exigencias que le imponía su padre, la cantante estaba obligada a acudir tres veces a la semana al psiquiatra, en una ocasión la forzó a internarse en un centro de salud mental como castigo por quejarse en un ensayo, y en otra la obligó a dar un concierto en contra de su voluntad cuando tenía fiebre, siempre según el testimonio de la artista. “Quiero casarme y tener un bebé”, afirmó durante la audiencia, “pero tengo un DIU que evita que me embarace”.
Tras conocer el testimonio de Britney en el juicio de junio, su abogado designado por el tribunal, su gerente y su co-curador renunciaron a sus cargos, de manera que por primera vez en trece años pudo contratar su propio abogado y equipo legal, que tomó inmediatamente medidas para poner fin a la tutela de Jamie Spears. Además, incluso el Congreso de los Estados Unidos se involucró presentando un proyecto de reforma de la tutela que quería favorecer a Britney.
Hace solo unos días, la jueza Brenda Penny rechazó una petición presentada por Rosengart, el abogado de Britney, para trasladar la siguiente audiencia, prevista para el 29 de septiembre, al día 23 de este mes con tal de agilizar el proceso de destitución de su padre. “La custodia no tuvo ningún sentido desde su inicio. Le pago a gente para que me controle. He trabajado desde los 17 años y esta custodia es un abuso”, concluyó la cantante en su última comparecencia en el tribunal.
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