A nivel técnico, el sencillo recuerda a la canción tradicional española, y tiene como objetivo cuestionar el concepto y la definición del "amor", además de sus múltiples vertientes. De esta manera, el artista madrileño introduce progresivamente una serie de voces naturales y procesadas, que desembocan en un sonido acústico generado por un piano y por la voz principal.
A nivel visual, el videoclip del tema, dirigido por Carlos Sáez, muestra al cantante reflejándose en un espejo e intentando comunicarse con la imagen proyectada de él. Esta propuesta audiovisual (además del imaginario que la misma supone) ligará con los siguientes trabajos del artista, próximamente disponibles.
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