A mediados de verano, el medio musical estadounidense Pitchfork, publicó el testimonio de cuatro personas hacia Win Butler, por motivos relacionados al acoso y la conducta sexual inapropiada derivada de dinámicas de abuso de poder. Las víctimas, relataron con detalle los encuentros con el líder de Arcade Fire y el origen de dichas conductas inadecuadas de un hombre aclamado y poderoso hacia mujeres notablemente más jóvenes que él. Los hechos relatados son los siguientes:
Tal como informa Pitchfork, la mujer, que utiliza el seudónimo de Sabina, contactó con el medio para narrar los hechos con diversas pruebas. “Por favor, perdóname por haberme lastimado”, escribió Win Butler en la madrugada del 27 de agosto de 2017 a Sabina que ignoraba sus mensajes de texto pidiendo sexo. Estos mensajes llegan en el transcurso de una relación sexual de tres años que ahora caracteriza como emocionalmente manipuladora.
Los hechos se remontan al 2015 cuando Sabina trabajaba en un café de Montreal, lugar en el que conoció a Butler. Los dos se mantuvieron en contacto. En un principio, ella lo vio como una correspondencia amistosa, aunque, de vez en cuando, las conversaciones cruzaban los límites. “Él sabía que tenía novio y no le importaba”, afirma. “Hacía referencia a mi novio y me decía: ¿Ya habéis roto?”. En un encuentro posterior, Butler invitó a Sabina a tomar una copa. “Estábamos sentados y hablando probablemente de Simone de Beauvoir o algo así, y recuerdo estar alarmada de que se había lanzado a besarme”, dijo. A pesar de su alarma por el primer beso la relación fue escalando, pues Sabina se sintió atraída por Butler y sintió que estaban formando un vínculo emocional. Continuaron enviando mensajes de texto después, intercambios que Butler solía dirigir hacia el sexo y solicitudes de fotos. “En general, fue una dinámica abusiva. Fue realmente agresivo y sentí que tenía que hacer lo que él decía. No me sentía muy cómoda con algunas de las cosas que me pedía que hiciera, pero las hacía de todos modos. Y eso es, en última instancia, deshumanizante”, explica Sabina sobre sus encuentros sexuales.
“Simplemente estaba disponible para el sexo en cualquier forma, ya fuera en persona cuando él estaba en la ciudad, ya fueran fotos, y enviar mensajes de texto cuando él quería que sucediera”, afirma. “No tomaba en cuenta mis necesidades o lo que estaba pasando en mi vida o mi situación o donde estuviera. Si no le enviaba lo que él quería te hacía sentir muy mal. Cortaba el contacto por un tiempo si no aceptabas los favores sexuales”.
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