Estos siete días han sido llamados la "Homecoming Week", que empezó el lunes en el Bronx con las actuaciones de estrellas clásicas del hip hop como KRS-One o Melle Mel. Aunque cada día habrá conciertos, el plato fuerte será el sábado en Central Park, donde se ha organizado un festival para 60.000 personas que podrán ver a Bruce Springsteen, Patti Smith, Santana, Elvis Costello, The Killers y Maluma, entre otros.
En junio Bill de Blasio, alcalde de Nueva York, anunció que se dividirían los espectáculos en secciones para vacunados y no vacunados, pero como la medida fue criticada a nivel local finalmente los únicos que podrán asistir serán los primeros y los que no pueden inmunizarse por razones de salud o religiosas. Sin embargo, los segundos deberán presentar una prueba negativa de Coronavirus y llevar mascarilla en todo momento.
Además, para que nadie se quede sin entrar al recinto, la ciudad estaciona en la entrada de estos conciertos buses municipales donde los asistentes pueden elegir si vacunarse con Pfizer, Moderna o Johnson & Johson y llevarse 100 dólares, pues desde finales de julio Nueva York incentiva con diversos premios a los que decidan dar el paso. Los turistas que visiten la ciudad y estén vacunados con AstraZeneca también podrán asistir.
El requisito de la vacunación será obligatorio para el acceso tanto para trabajadores como para clientes de restaurantes, bares, gimnasios y salas de conciertos a partir del 13 de septiembre en la ciudad. La ciudad entró en el verano con mucho optimismo respecto a los datos de afectación de la pandemia, pero la variante delta, como en muchas otras partes del mundo, ha borrado esta sensación.
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