La obra continua el relato de "Nirvana. Nevermind. La última revolución" del mismo autor y repasa la creación del último disco de estudio de Nirvana que marcó la primera mitad de los años noventa. Con el final de "Nirvana. Nevermind. La última revolución" –que publica la editorial California– dejamos al trío liderado por Kurt Cobain con la primera posición en Billboard, quitando el lugar a "Dangerous" (1991) de Michael Jackson. La banda totalmente desconocida fuera de Seattle se convertía en el mainstream que tanto rechazaban.
Después de esto, ¿qué pasos debía dar un grupo underground que, tras fichar por una multinacional, había conseguido un éxito planetario con el que apenas era su segundo disco? Lo primero fue salir de gira mundial; y más adelante, lanzar el disco “Incesticide” (92), que incluía principalmente canciones ya publicadas antes en singles, EP's u otros recopilatorios.
Pero todo esto no era suficiente. El grupo regresó a Estados Unidos con algunas canciones nuevas ya acabadas, y otras aún por rematar, pero con la idea de encerrarse a grabar, por fin, el disco que iba a suceder a “Nevermind” (91). El nuevo trabajo acabaría llamándose “In Utero” (93).
Tomás Crespo nos cuenta la creación de este álbum. El autor tuvo la oportunidad de asistir al único concierto que Nirvana ofreció en Barcelona. Menos de dos meses después, Kurt Cobain se voló la cabeza. Y treinta años después, “Nirvana. In Utero. El sonido que Kurt Cobain oía en su cabeza” analiza el que inevitablemente quedó como el último disco del grupo.
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