La historia de el Palacio de la Música situado en la Gran Vía de Madrid no es, por desgracia, diferente de la de otros edificios que han acabado demolidos o privados de su uso público y/o cultural. La principal diferencia es que todavía estamos a tiempo de que este emblemático edificio acabe convertido en una nueva superficie comercial.
En el año 2008 Caja Madrid se convertía en propietaria del inmueble, que durante muchos años había sido uno de los cines más populares de Madrid, con la condición de que el Palacio de la Música se convirtiera en Auditorio. Para ello se otorgó por parte del Ayuntamiento de Madrid un grado “1” de protección que obligaba a sus inminentes compradores a respetar todos los elementos originales tanto de fachada como de interior. Inmediatamente comenzaron unas obras que se paralizaron en 2012, tras una inversión de 4 millones de euros, con el edificio ya consolidado, la instalación de un espacio polivalente en la azotea y la reforma y ampliación del espacio escénico y los sótanos.
Sin embargo, la peculiar situación financiera que vive Caja Madrid, rebautizada como Bankia, ha hecho que la Fundación Especial Caja Madrid (de la que el Ayuntamiento es accionista) haya decidido este mismo 2013 cambiar de planes, obviando la protección como bien cultural del Palacio de la Música y poniendo el inmueble a la venta al mejor postor. Las palabras de la Alcaldesa de Madrid al respecto el pasado mes de febrero no pueden ser más claras (ni más demagógicas) "Consideramos esencial que vaya una marca comercial al Palacio de la Música para generar empleo y actividad económica". Nuestras fuentes afirman que, aunque la oferta que tiene encima de la mesa la Fundación y que tiene todos los visos de llevarse la puja pertenece a una gran empresa textil, sí que ha habido otro tipo de propuestas de empresas privadas dispuestas a darle un uso cultural al espacio, aunque han sido rechazadas por no resultar suficientemente "atractivas" desde el punto de vista económico.
Una iniciativa ciudadana al frente de la que se encuentra el arquitecto Francisco Hernández pretende hacer entrar en razón a la Administración para que, aunque sólo sea, respete sus propias ordenanzas y reglamentaciones. Por el momento no ha podido ser… Tú puedes poner tu granito de arena sumándote a los más de 20.000 ciudadanos que ya han firmado para salvaguardar el uso cultural del Palacio de la Música firmando en este enlace.
En realidad, el conflicto de Palacio de la Música no es más que otra batalla más en el frente abierto en Madrid entre el Ayuntamiento y la música en directo. El suyo es un claro caso de edificio que se encuentra en situación de riesgo como consecuencia de las unas arcas públicas en números rojos. Sin embargo sorprende la desfachatez de la señora Alcaldesa cuando habla de generar empleo si repasamos la situación de las salas de conciertos de capital privado en Madrid. Más allá del durísimo golpe que ha supuesto la subida de IVA (el 21% en el caso de salas de conciertos y discotecas, mientras que se mantiene el 10% del IVA a restaurantes, bingos, casinos, cines y teatros) desde el tristemente famoso caso del Madrid Arena se han redoblado las inspecciones a los locales del Distrito Centro, y con ello las inevitables multas que tienen mucho que ver con la negativa del Ayuntamiento a conceder licencias permanentes.
La semana pasada hablábamos del cierre de la sala Nasti pero por desgracia, de no cambiar la política del Ayuntamiento, en poco tiempo lo estaremos haciendo de muchos otros espacios de conciertos. Desde hace años corre el runrún en los pasillos del Ayuntamiento de que hay el objetivo, casi la obsesión, de apagar la música del Distrito Centro de Madrid. Y a día de hoy está claro que esas políticas de estrangulamiento de la iniciativa privada en el terreno de la música están resultando un verdadero éxito.
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