Y ya es casualidad que la reedición de Mordor llegue al público la misma semana que la de Anticlerical. Ambas fueron bandas bastante cercanas en su nacimiento, aunque gozaron de una fortuna bastante dispar, ya que si bien ninguna de las dos logró alcanzar la primera línea de fuego de la música estatal, la trayectoria de Mordor fue mucho menos accidentada y llegaron a gozar de un reconocimiento mucho mayor fuera de Cantabria.
Así, Mordor se formaron en 1991 y al año siguiente ya publicaron “Entombed Alive”, su primera maqueta. Pero el estallido del grupo llegó en 1993 con su segunda maqueta, “Sin Lechuga”, de la que despacharon 7000 copias y les permitió girar por toda la península. En 1994 llegó “Hogar dulce hogar”, su primer LP, que cosechó buenas críticas y una popularidad creciente a pesar del escaso apoyo de Walkiria, su discográfica de entonces. En 1997 sale a la luz “¿Evolución?”, su segundo Lp, esta vez con Gore Records. Llegados a ese punto, desengañados por los desprecios y malas maneras con que les había pagado la industria musical, y fatigados por la dificultad para encontrar una formación estable, dejan de actuar en vivo.
En cualquier caso, Mordor nunca han dejado de ensayar en el local, y desde 2002 suelen sorprender a sus fans con conciertos que ofrecen de manera esporádica. Así fue como el pasado sábado actuaron en el Festival Tasugo rock de Selaya, donde aprovecharon para presentar esta reedición. En ella, los once temas que incluía la edición original de “Hogar, dulce hogar” van acompañados de los cuatro que incluía la maqueta “Entombed Alive”, mientras que el CD con “¿Evolución?” se completa con los cuatro cortes que venían en la cassette de “Sin Lechuga”.
Quizás la reedición de estos discos no suponga una sorpresa tan grande como la de Anticlerical, ya que los de Mordor gozaron de una distribución mucho más amplia, y hasta fecha reciente no era difícil localizar alguna copia de ellas (al menos dentro de Cantabria).
En cualquier caso, las comparaciones son odiosas, y más en un caso como este, en el que una feliz coincidencia permite que el público pueda tener de nuevo a su disposición –en algunos casos, por primera vez en formato de audio digital- las grabaciones de dos bandas que a mediados de la década de los noventa marcaron de manera muy profunda el sonido y la manera de trabajar de la escena musical santanderina.
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