Sus ocho nuevas canciones son soul, funk y gospel, en realidad más variadas que nunca, pero fundamentalmente suenan a Mississippi Queen, algo que no pueden afirmar la mayoría de agrupaciones. Inés en modo presencial y Aitor en online (mientras desayuna panetone) atienden a nuestra llamada para tratar de desentrañar el contenido de este sentido trabajo.
Felicidades por vuestro nuevo disco, habéis hecho un discazo. Lo primero que quiero preguntaros es acerca del significado del título del álbum, “Phoenix”. ¿Sería como una especie de levantarse después de haber caído?
Inés: No diría que es tanto levantarse después de caer, porque el fénix se autodestruye. Sí es un resurgimiento y representa un resurgimiento de procesos que hemos vivido, tanto miembros individuales de la banda en su vida personal, como en cierto sentido la banda después de procesos de renovación, algunos de los cuales han sido voluntarios y otros pues igual han sido un poco más forzados por cosas que trae la vida. Pero cuando creamos el disco sí que había una sensación general de nuevo ciclo, de haber cambiado de vida, de haber prendido fuego a muchas cosas del ciclo anterior y haber abierto uno nuevo.
¿Podemos considerar este como vuestro primer álbum? Lo digo porque el anterior lo publicasteis como EP o disco corto, ya que tenía seis canciones y una duración de unos 27 minutos. Ahora lleva ocho temas y supera la media hora de duración.
Inés: Nosotros esto lo hablamos en su día, y recuerdo que era algo que a mí —supongo que siendo novata y demás— me preocupaba, porque para mí era importante sentir que habíamos sacado un álbum. Y lo cierto es que creo que por minutaje “Try Me” sí era un álbum. Creo que a partir de veintidós minutos ya no es un EP.
Me parece que hay varias teorías el respecto..
Inés: Sí, el caso es que todo el mundo dio por sentado que eso era un EP.
Aitor: Eso es culpa de Spotify..
Inés: Sí, nosotros sentimos que era un LP, pero a la vez, ¿a quién le importa, no?
Aitor: Las teorías nos dan igual. ¿Qué significa EP o qué significa Lp nos la suda. “Try Me” es nuestro primer disco, duraba como cuatro minutos menos que el disco nuevo y Spotify dijo que era un EP, porque no tiene más de seis canciones y porque no llega a media hora, punto. Pero nosotros siempre nos hemos referido a “Try Me” como nuestro disco, y “Phoenix” es nuestro segundo disco y quien opine lo contrario se puede comer un panettone.. (risas).
¿Dónde habéis grabado el disco y qué tal la experiencia?
Aitor: La grabación ha sido larga y muy variada. Empezamos grabando en Tío Pete, allí grabamos todas las baterías, algunos bajos, las guitarras acústicas que hay en dos canciones y unas cuantas voces. También las colaboraciones: el contrabajo y los coros. Después, mucho trabajo de guitarras lo hice yo solo en mi casa y luego fuimos a Blue Bayou Studio, que es de Nerea Alberdi y David (Sánchez Damián), y allí hicimos la reamplificación de todas las guitarras que yo ya había grabado, grabamos algunas guitarras in situ e hicimos la última canción del disco Inés y yo juntos, voz y guitarra.
Inés: Esa está grabada en directo, es la única canción, luego le hemos añadido coros a posteriori, pero está grabada la guitarra y la voz juntas.
Aitor: Y es algo que tampoco habíamos hecho antes, no al menos de esa forma. Y los teclados están grabados también entre casa y Blue Bayou Studio.
¿Habéis grabado con algún material o equipo concreto para tratar de sonar a ciertos años de la historia de la música o no? Guitarras que recuerdan a los años sesenta, teclados de tal tipo…
Aitor: No, nosotros sonamos a año 2024… (risas). Y no nos da pavor esa movida, no somos todavía tan viejos. Hemos usado lo que pide cada canción. La batería de Ander suena como un cañón para tocar lo que sea, hemos usado sonidos de piano de bibliotecas profesionales, la que nos haya gustado para cada canción, hemos usado un hammond digital pero de verdad, guitarras normales, es decir, stratocaster, telecaster, PRS.. pues lo que tenemos. No tenemos una intención activa de sonar a años sesenta.
Inés: Y de hecho no sonamos así, tenemos un sonido bastante moderno.
Aitor: Sí, y a nivel de microfonía, previos y estos asuntos, hemos grabado con lo que tienen en cada lugar, no hemos buscado sonar antiguo, y no sonamos antiguo.
“No tenemos una intención activa de sonar a años sesenta”
La canción “Get Back Up” es una de mis favoritas, por el sonido funky, pero también creo que encapsula bien el sentido general del disco: volver arriba, volver al ruedo, creo que es una canción positiva. ¿Cómo la veis vosotros?
Inés: Quizá las dos canciones que encapsulan más ese significado son “Get Back Up”, que de hecho es la canción que contiene la palabra Phoenix en la letra, y de esa letra salió el título para el disco y no al revés. Realmente la historia principal detrás de esta canción fue que la seguridad social me robó parte de mi baja por maternidad por cuestiones técnicas que no voy a entrar a detallar, pero el caso es que yo sentí que me lo robaron y de hecho fui a juicio y la jueza de la primera instancia me dio la razón, pero recurrieron y finalmente ganaron ellos el juicio. Y yo estaba cabreada como una mona. Y entre eso y otras hostias que me había dado la vida, estaba muy cabreada y fue como “me da igual”, no vais a poder conmigo, voy a volver a levantarme y os lo vais a comer. Sí que esa parte de volver a levantarse está ahí, pero la otra canción que creo que representa mucho ese concepto es “Cold Hands” que es como la bisagra del disco. Este tema cuenta el proceso en el que mi matrimonio se consume, como un ave fénix, y luego ya tiene la parte de aceptación, de esto es lo que ha pasado, es lo que hay, y te deseo lo mejor, porque además no fue un divorcio conflictivo ni de traición, sino que literalmente se consumió la relación. Esa canción hace de bisagra en el disco y pasa como de una fase anterior a una posterior, de una parte de cabreo —como el “Get Back Up”— a cosas como más optimistas, más de mirar al futuro con esperanza, que es lo que hay más en la segunda parte del disco.
Te iba a preguntar acerca de “Cold Hands”, pero ya me lo acabas de contar. “NYC” es otra de esas bonitas baladas, una canción que va dedicada a tu hermana. Esta canción parece que ha sido escrita a dúo, entre vosotros dos con guitarra y voz, ¿esto es así? y aparte preguntaros si en general componéis los dos y después añadís más instrumentación o cómo lo soléis hacer.
Aitor: Es curioso, la verdad es que, más allá de las canciones que tengo que tocar, no recuerdo con grandísima claridad nada en absoluto, es una movida que tengo yo. Pero, si no me equivoco, “NYC” la escribió Inés y le empezamos a dar forma a raíz de un patrón de fingerpickin que me enseñó Gonzalo Portugal, ya que controla ese lenguaje, y yo en origen no. Entonces, es difícil determinar a ciencia cierta cómo compusimos esa canción porque de algún modo fue Gonzalo quien inició el arreglo. Luego ya nosotros le dimos forma, la armonía, los giros, son cien por cien nuestros, pero me gusta que lo hayas preguntado porque me parece un detalle de nuestra historia que es curioso y es bonito. Y a nivel general, las canciones las componemos Inés y yo, normalmente suele nacer de una melodía con letra que tiene Inés, hacemos nuestras magias y voilá.
Inés: Normalmente aparezco con una melodía con letra, que puede ser una estrofa o un estribillo, y luego voy tirando un poco del chicle y vamos poniendo en común y trabajándolo. A veces hay más porción de la canción que ha venido ya formada sin un acompañamiento, o a veces solo tengo un estribillo, nos ponemos a tocarlo, y de estar en ese momento los dos juntos van saliendo más partes. Pero estoy muy contenta porque en este disco tenemos una cosa que no teníamos en el anterior, que es una canción que ha salido de un riff de Aitor, que es “Get Back Up”. Este tema nació con ese riff de guitarra, o sea Aitor trajo esa melodía, y de ahí ha salido la canción. No habíamos sido capaces de hacerlo así hasta ahora, porque Aitor había traído algunas cosas y a mí no me había salido una canción de ahí, y para mí era un reto. En este disco si lo hemos hecho.
Ya en vuestro primer disco dedicabais un tema, “Ray of Sunshine”, a tu hijo, Inés. En este nuevo disco tenéis “Song for Silvia”, dedicada a tu hija y que además también lo cierra. ¿No querías que tu hija tuviera celos de no tener su propia canción… o qué te inspiró a componerla?
Inés: No, de hecho hay una persona en mi familia que está como “¿cuándo a mí?” que es mi madre. Pero yo chantajes no quiero, gracias. Cuando tuve a Yarik, para dormirle a veces le cantaba, como hacemos todas las madres, y pensaba que me gustaría hacerle una canción para cantarle. Con Yarik no lo hice, porque en ese momento no componía demasiado, pero ya con Silvia sí. Era como una cuenta pendiente que tenía de mi anterior maternidad. Es una canción de nana que yo iba componiendo noche por noche a medida que se la iba cantando. Y de hecho ayer a la noche se la volví a cantar, porque para ella ya es su canción.
Qué bonito tener tu propia canción, ¿no?
Aitor: Es un privilegio.
“Welcome Home” con su característico coro o el single “I Found A Love” creo que llevan una buena influencia de la música gospel. Sé que os gusta el soul, el gospel y la música negra en general pero ¿dirías, Inés, que gran parte de la culpa la tiene Travellin’ Brothers, con quienes llevas un tiempo colaborando?
Inés: Pues yo creo que no, si te digo la verdad. Travellin’ Brothers tienen canciones gospel muy chulas… y yo creo que cuando consumes tanta música como consumimos las tres personas que estamos aquí, a veces es difícil saber qué es exactamente lo que te ha influido para ciertas inspiraciones. Pero yo no considero que Travellin’ Brothers sea mi principal fuente de gospel porque yo, por un lado he estado en un coro de gospel unos cuantos años, y por otro lado he escuchado mucho gospel y mucha música negra, y es que además el soul clásico comparte. El soul de la era dorada del gospel (entre el 45 y el 65 más o menos), Aretha Franklin por ejemplo, es super gospel, así que no diría que ha sido una cosa de los Travellin’, aunque seguro que es uno de los elementos que forma parte de mi trasfondo musical que incluye gospel.
Me parece interesante, y creo que es inevitable, que nuestra propia vida quede reflejada de algún modo en nuestro arte, en este caso en las canciones. Me da la sensación de que en este disco se cuenta una historia, y ya que Inés, eres tú la que escribe las letras, creo que no sería descabellado ponerle el disco con sus letras a alguien a quien hace tiempo que no ves para contarle qué tal te ha ido. ¿Tú cómo lo ves?
Inés: Sí sí, de hecho, tal cual. Has dado en el clavo porque en cierto sentido el disco está montado así, fue idea de Aitor y me pareció un ideón cuando me lo planteó, el poner “Welcome Home” la primera canción, porque es precisamente como abrirle la puerta a alguien, a un amigo al que hace tiempo que no ves, y a lo largo del disco le cuentas tu vida. Literalmente ese es el concepto del orden de las canciones. Y claramente lo hemos transmitido bien porque si te lo ha parecido..
Sí, creo que está muy bien secuenciado.
Inés: Nos ha preguntado alguna persona por qué no hemos puesto los temas que son más hit, más espíritu single, como “I Found A Love” o “I’m Yours”, al principio, para empezar con el hit chutón. Hemos construido el álbum de manera conceptual, como dices.
Si os topáis con alguien que no ha escuchado vuestra música y os pregunta qué música hacéis, o qué estilos tocáis, ¿qué le diríais? o mejor aún, ¿qué soléis decir cuando os lo preguntan?
Aitor: Yo cuando me preguntan qué música hacemos digo música negra. Y luego suelo decir, soul, funk… y ahí me quedo un poco dubitativo y acabo diciendo: blues, R&B… ¡no tengo ni putísima idea de qué significa eso! (risas). Yo diría que hacemos soul y funk. Y tenemos mucho blues a ratos, también con algunas versiones, pero como no me veo nada en mi medio, no me veo identificado con ese género, voy con pies de plomo porque me parecería irrespetuoso decir que hacemos blues.
Inés: También es verdad que, por ejemplo es muy fácil decir si algo es funk o no, el soul siento que es como un abanico mucho más amplio, como que a nivel sónico abarca muchas más opciones. Yo por eso suelo decir que somos una banda de soul. Abarca mucho más: se puede decir que Bonnie Raitt es soul, también Aretha Franklin, y son sonidos muy distintos.
¿Estáis abiertos a hacer a futuro canciones de otros estilos dentro de la música negra? No sé, ¿reggae o hip hop quizá..?
Aitor: Yo no.
¡Por ahí no paso!
Aitor: No no, no es un por ahí no paso. Justo esas movidas las hago con Berta (Bitterweet), pero porque es natural en su proyecto. Si te estoy diciendo que me veo un poco fuera del tiesto tocando blues, para mí ahora ponerme a hacer una canción de reggae es como ponerme unas gafas de estas con bigote y nariz… (risas). Y reggae no tanto, pero he escuchado mucho rap en mi juventud, y me gusta, pero aún así no le dedicaría tiempo a esto. Basta que te lo diga para que mañana me llame Kase O y me meta en su banda a tocar la guitarra; pues sí, lo haría, pero no sería algo que salga de mí.
Inés: Así como reggae me sorprendería muchísimo, yo no descarto acabar metiendo una estrofa rapeada en un tema funk o algo así, no es algo que veo probable pero no es algo que me parezca descabellado. Yo también he escuchado por ejemplo mucho grupo tipo Salt-N-Pepa, bandas de chicas que hacían una mezcla entre R&B y hip hop de los años noventa, y de alguna manera sí se me hace como un poquito más orgánico en mi interior, aunque nunca ha surgido hacerlo hasta el momento como grupo. Lo bueno es que no nos cerramos a nada.
Aitor: De hecho, es una idea que he abandonado pero durante un tiempo yo le decía a Inés, y lo decía en serio, que nuestro siguiente disco fuese de heavy metal.
Inés: Eso no me parece mucho menos plausible que hacer hip hop, la verdad. Aunque sería un cambio bastante radical.
Aitor: Sí, eso es quemar al fénix y enterrarlo antes de que vuelva a renacer. (risas)
Estaría bien ver eso, sí. Para finalizar, contadnos sobre los próximos conciertos que vais a ofrecer, para que la gente pueda ir a veros.
Inés: De momento, el primer concierto que vamos a tocar después de publicar el disco va a ser el 30 de noviembre en la sala Parnasoa de Gernika, y el siguiente que tenemos programado es la presentación en Bilbao que será en Bilborock el 7 de febrero. Y hemos cerrado alguna cosita más pero hasta ahí puedo leer.
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