A quienes nos dedicamos a esto de juntar letras en una revista especializada, nos gustaría pensar que nuestras palabras no pasan desapercibidas y se pierden en el enorme océano de las opiniones. Para evitar esa sensación de derrota, con demasiada frecuencia caemos en el error de la hipérbole desmesurada, sin darnos cuenta de que los lectores ya saben de largo que no todo es bueno, bonito y barato. Todo esto viene a cuento porque debo morderme la lengua, o en este caso los dedos, para evitar que mis opiniones sobre el talento de Matthew McDaid suenen tan exageradas como el típico anuncio de quitamanchas milagroso. Así que casi mejor invito a todo los que disfrutan de la música de Josh Ritter o Damien Rice, pero también de Bob Dylan & The Band o Van Morrison, a escuchar de forma atenta su primer largo titulado "Off The Beaten Track". En el lado del haber encontrarán una voz portentosa con un carácter jovial pleno de fe en si mismo. En el lado del debe una dispersión estilística a la que todavía le falta encontrar la senda definitiva para que esa misma voz sea reconocida como propia.
La historia de Matthew ya la hemos narrado con anterioridad en esta revista. De hecho podrán encontrarla en nuestra web a la que muestren algo de interés por este chico de origen irlandés que llegó a Cataluña con tan solo once años y que se hizo mayor tocando en la calle versiones de Ben Harper para los turistas. Más tarde vendría un Ep "Crowded By Silence" (Fourni, 15) que despertó el interés de unos pocos entre los que me encuentro y que derivaría en dos años de desarrollo personal que han cristalizado en este primer largo aúspiciado por Joana Serrat y David Giménez de Great Canyon Records. Un disco para el que ha contado con la inesperada ayuda de los talentosos teclados retro de ROMY, irlandesa afincada en Francia, miembro de la banda de Glen Hansard. “Soy muy groupie de Glen y conseguí subirme a tocar con él en su concierto de París. A Romy la sigo por instagram y directamente le propuse formar parte del disco y aceptó”. Todo en el universo de Matthew resulta o parece así de fácil y espontáneo.
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