Científicos del Tyndall Centre for Climate Change Research, de la Universidad de Manchester, analizarán datos de la agenda de shows y grabaciones de Massive Attack para observar tres puntos clave en que se emite CO2: los desplazamientos de la banda y el equipo, los desplazamientos de la audiencia y lo generado en el recinto de los conciertos. El objetivo de esta investigación es obtener información que pueda ser de utilidad para el conjunto de la industria musical y compartirla con promotores, organizadores de festivales y audiencia.
Robert del Naja, cantante de Massive Attack ha explicado en una carta publicada en The Guardian que han estado reflexionando durante un tiempo sobre si deberían dejar de hacer giras a causa de la contaminación que estas generan. Finalmente llegaron a la conclusión que “acciones unilaterales son inútiles a menos que toda la industria [musical] se mueva conjuntamente”. Y concluyó: “Para crear cambios sistemáticos no hay alternativa que no sea la acción colectiva”.
Sobre este tema, Chris Jones, investigador del Tyndall Centre, ha añadido: “Es más efectivo tener un porceso sostenido de reducción de emisiones en todo el sector que el hecho de que un grupo deje de actuar. Eso significaría un mayor cambio en como se hacen ahora las cosas, involucrando no solo los grupos sino también el resto del negocio y la audiencia”.
Esta acción de Massive Attack se suma a la ya mencionada de Coldplay, pero también a las recientes apuestas por áreas de concienciación medioambiental en los conciertos de Billie Eilish, la prohibición del Glastonbury de los plásticos de un solo uso o la voluntad de The 1975 de plantar un árbol por cada ticket vendido para su tour del próximo febrero.
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