Alberto Riazuelo sonríe al otro lado del teléfono desde su apartamento madrileño. Magnus Imperial Club ha sacado ‘Jarre Michelle Jean’, su primer single oficial para Attaque Records. Para empezar a hablar, prefiere una aclaración. “No es una banda que surge porque desaparece De Vito: ya existía dentro de nuestros proyectos personales, sobretodo los relacionados con publicidad.
Vimos la posibilidad de crear basándonos en referencias visuales, música a partir de imágenes, en la que pudiéramos volcar capacidades adquiridas durante veinticinco años para jugar con ellas: no se trataba de ego, ni siquiera de una necesidad artística. No sé si será algo importante o intrascendente, ya veremos”.
Magnus Imperial Club son (en lo musical) Riazuelo, Barba, Barrow y Albalá. También el realizador Alejandro Ramírez Ariza, el fotógrafo Bubi Canal, el VJ André Tepeteaux y la polifacética Hija de Pirómano. De Vito acabó con el accidente de moto de Alberto, que le tuvo postrado un tiempo. En el periodo de recuperación fue dándole vuelta a nuevas ideas, lo mismo ocurrió con Dan (Barrow) y Eduardo; luego llegó más gente a compartirlas... no como colectivo sino como una suma de individualidades.
“Teníamos los Roland, los juguetes, las cuerdas sintéticas que dan un sonido precioso, como de órgano… nos apetecía jugar con timbres y acordes concretos. Luego lo juntas con otras cosas: la cultura francesa, sobre todo, nos llega. Esto empezó en París, haciendo una editorial de moda para Vogue, con Pigalle y Kavinsky en la cabeza, Godard, el cine, Boris Vian… mi pareja es francesa, todo ese marco me resulta familiar y divertido, e invitaba a la reflexión. Es lo que andábamos buscando”. Alberto disecciona con cariño el mascarón de proa que encabeza el single.
“La cosa es que ‘Jarre Michelle Jean no iba a tener voces, pero finalmente aparecen transformadas en los samplers: son letras libres, no nos sujetamos a eslóganes o ‘claims’, hemos buscado formas de expresión más sencillas, que no resulten ridículas a la hora de gritarlas. Pensé en temas que pudiera tocar solo, pero con la banda es más divertido y la parte visual es clave. Nosotros solo interpretamos la canción, somos intercambiables; el trabajo en el estudio es clave, los diarios grabados con mínima edición, las sesiones de la familia que es lo que somos. Ahora queremos seguir grabando canciones hasta abril y tocar para probarnos un poco; ya lo hemos hecho en casa, en fiestas con amigos, pero enamorar a gente desconocida es un reto”
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