La noticia se dio a conocer ayer de forma oficial. Perry fallecía en un hospital jamaicano a la edad de ochenta y cinco años. Es evidente que la música jamaicana, y muchos otros géneros por extensión, jamás hubieran sido lo mismo sin su aportación a lo largo de varias décadas de trabajo. A sus referenciales años con The Upsetters y los Black Ark Studios podríamos sumar un sinfín de logros que fueron desarrollándose además a través de su forma de producir y de añadir efectos a la música, pasos adelante que le convirtieron en un nombre imprescindible y que influyó a géneros de lo más diverso, desde el rap al pop, pasando por el punk o la electrónica.
Lo cierto es que deberíamos escribir un texto realmente largo si quisiéremos hacerle justicia a uno de esos extraños genios de la música que inspiró a diversas generaciones y cuya valía principal fue convertirse en un auténtico visionario capaz de hacer avanzar la música jamaicana a pasos agigantados y generar su colisión con occidente.
A lo largo de su vida trabajó produciendo y escribiendo material para una larga lista de artistas y también lanzó diversos discos bajo su propio nombre. Y lo más sorprendente es que Perry seguía todavía en activo, motivo por el que le hemos entrevistado en varias ocasiones en nuestra publicación.
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