Tampoco nos queremos extender mucho. A lo largo de las últimas semanas hemos venido hablando de "Gran Atlas", primero a raíz de su primer adelanto -un electropop ligeramente más oscuro de lo habitual en él- y luego del último single, una ranchera technopop de dolor y resignación con La Bien Querida como voz invitada. Hoy, por fin, está disponible el disco al completo, y traemos un comentario tema por tema del mismo por el propio Aníbal Gómez. Dale al play y lee:
01 - Lo siento
Para abrir el disco de manera mística, qué mejor que 25 segundos de polifonía vocal cantada en una iglesia junto a mi compañero en los conciertos Carlos Buleo. Hubiese sido bonito, pero en realidad fueron grabadas en Álamo Shock, el estudio de Guille Mostaza, que también tiene algo de sacro. “Lo Siento” es una canción atípica, sin estribillo, oscura, que avanza reptando con esa línea de charles y bajo tan de la primera época de Mecano, que tanto nos gusta a Guille y a mí. Además contiene una canción dentro de una canción. La letra es un diálogo con la muerte, en la que intento darle largas porque ahora no me viene muy bien morirme. Ya lo hizo Sísifo con mucha astucia y le funcionó. La verdad es que mis argumentos son más peregrinos, más propios de Woody Allen que de un rey sabio. No es la primera vez que hablo de la muerte en una canción, es un tema recurrente. Me encantan las obras como La Dama Del Alma, de Alejandro Casona, donde La Parca se pasea a sus anchas charlando con unos y con otros.
02 – Milagro
Es una ranchera tecnopop de dolor y pesadumbre. Un synth-mariachi en el que canto roto de dolor porque me apetecía ese aire de sobreactuación a lo culebrón. El sonido, aunque tiene influencias del dance de los 90, suena actual porque el guitarrón y las trompetas del mariachi los sustituimos por sintetizadores frescos que siempre tiene a mano Guille. Estando en el estudio, le mandamos la canción a Ana Fernández-Villaverde, La Bien Querida, que a mí me flipa. Y me llevé una alegría tremenda cuando aceptó cantarla conmigo. El vídeo animado es de Jaime Villanueva (Comando-Z) con toda esa simbología de la alquimia que me encanta, y la portada del single, tan Saul Bass, es de Carlos Areces. Para mí es la canción más especial del disco por la colaboración de Ana, por lo que significa y porque no se parece a ninguna otra cosa que haya hecho.
03 – Bailaré Hasta El Amanecer
Si hay una canción que tiende un puente entre los dos discos, esa es “Bailaré Hasta El Amanecer”. Entre tantos rincones oscuros, temas tan accesibles como éste ayudan a darle brillo al conjunto. Tiene dos estrofas distintas que no se repiten ninguna vez y el protagonista de la canción es un riff de sintetizador. Es un tema pop bailable, con un bajo muy Manolo Aguilar, bajista de Mecano, que tan bien sabe tocar Guille. Tiene una melodía pegadiza para bailarla a las tantas con los ojos perlados de lágrimas en una discoteca de verano. Hay rencor y tristeza, pero al final te sobrepones y miras hacia delante. La compuse para complacer a un amigo que me animaba a no dejar de lado el pop más fresco de mis inicios.
04 – Voy A Dejarte
Es un tema sencillo y directo. Habla de una relación tóxica y de estar obsesionado y tener ganas de acabar con eso cuanto antes. Pero no puedes, no es fácil. Hay pocos elementos musicales para resaltar el juego de voces, que oscilan melancólicas creando una de las melodías que más me gustan del disco. La compuse en Alcázar de San Juan, en el estudio de Miguel Arias (Arkademode), cuando estábamos haciendo la preproducción del disco y estuvo a punto de ser el primer single. También tiene ese punto de oscuridad y luz, que supo reflejar de manera fantástica mi amiga Ana Teresa Simarro en las fotografías del disco realizadas en el interior de una ermita, y que luego maquetó Perona (el artista que realizó las portadas de los dos primeros singles).
05 – Tu Corazón Es Un Puñal
Inicialmente era un tema de guitarras y terminó siendo todo lo contrario. Con todos esos sintes acabó teniendo un aire elegante y sobrio, distante y tenebroso. Refleja mi pasión por Depeche Mode, por The Cure, por New Order. Amor por la laca y el maquillaje a toneladas que aunque yo no me pongo, sí lo hace mi corazón. En el vídeo, dirigido por Otherlands, hay referencias directas a todo lo siniestro y romántico. La letra es muy directa y hay mucho resentimiento. La escogí como primer single precisamente para mostrar el nuevo cambio de sonido con respecto a “Polifonía”.
06 – Oros
Es un tema muy antiguo, que compuse para una banda que tuve con unos amigos llamada Tottem, en la que también estaba Enrique Buleo, que fue el que me sugirió el título del disco mientras buscábamos un nombre con referencias del Magreb (el Gran Atlas es una cordillera muy extensa que recorre el noroeste de África). El título me venía perfecto también para hablar de cualquier tipo de largo recorrido emocional. Y en un plano más trascendental, también como zona que separa dos mundos distintos. Mi amigo Jesús Almansa, que era el cantante de aquel grupo, hace coros en el estribillo. Hay mucha crispación en la canción y, por eso, la parte rítmica transcurre inquieta a base de un puñado de samplers que extraje de diferentes vídeos de Youtube. Le dan un punto de locura que le viene muy bien a la canción.
07 – Días Sin Gravedad
No me gusta mucho la nostalgia, pero de vez en cuando me doy de bruces con ella. Esta canción es la muestra. Vi unas fotos de la demolición de la discoteca a la que iba con mis amigos en mi adolescencia, la “Galaxia”, que tenía unos reservados llenos de sillones en penumbra para entrar y morrear. Entonces tuve que hacer una canción para que de alguna manera esa discoteca siguiera viva. Tenía que quedarme bailando ahí eternamente de alguna manera el bakalao de principios de los noventa. El tema es tecnopop bailable, del estilo más del primer disco y también fue compuesta en el estudio de Arkademode.
08 – Procesión
Procesión parte de un ritmo industrial, muy Nitzer Ebb con un toque postgrunge pero sin guitarras. Hay mucho arpegio en el estribillo y una sensación de agobio que ya permanece hasta el final del disco. Guille endureció todavía más los sonidos de bajo y batería y es quizás la canción menos accesible y aséptica. El tema refleja muy bien el espíritu del disco: la adoración y pasión hacia alguien en un recorrido largo y lleno de baches.
09 – Espadas
Musicalmente yo la definiría como una pieza urgente, de cadencias árabes, con un riff aflamencado vestido de krautrock. Tiene samplers de voz haciendo melodías de sinte, algo que se repite en varias canciones del disco y que tanto usaron Pet Shop Boys en sus primeros discos. Es una de las canciones más contundentes y agresivas, que aunque se aleja bastante del sonido de “Polifonía”, guarda melodías pop. Hay una parte en el estribillo que coquetea con el dubstep, que metió de manera acertada Arkademode. Al final de la canción hay un interludio sin título que toqué con el piano y sobre el que Guille Mostaza grabó un photo theremin, que es un instrumento que oscila y suena dependiendo de la luz exterior que recibe. Y de fondo se oye la lluvia. Un ambiente que presagia el intenso y triste final del disco.
10 – Romería De Difuntos
Siempre me han impactado las canciones populares de cadencias tristes. Compuse “Romería de Difuntos” cuando me estaba leyendo el libro “Intemperie” de Jesús Carrasco, que me impresionó mucho. Tiene una melodía muy oscura, que recuerda a esas canciones que se transmiten de generación en generación y que nos cantaban las abuelas. El ritmo de base es un sampler que grabé en la procesión de Semana Santa de mi pueblo. Me gusta mucho el ritmo procesional de los tambores. Me pareció perfecto para la atmósfera religiosa de esta canción que avanza peligrosa, con ecos lejanos del flamenco mezclados con sintetizadores minimalistas. Frank Gálvez y Guille Mostaza pusieron también sus voces para darle más profundidad a la canción.
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