Kitano, curtido en la televisión mainstream nipona y que con “Sonatine” (1993) ya consiguió llamar la atención de los festivales de cine de occidente, consiguió su primer hit internacional con “Hana-bi. Flores de fuego” (1997); una reformulación intimista y a la vez violenta y visceral del cine negro existencial de Jean-Pierre Melville.
Consciente de la dureza de “Hana-bi”, Kitano se dio un respiro dos años después con “El verano de Kikujiro”, una road movie con niño y de aires chaplinescos que unía dos conceptos en principio antitéticos: yakuzas y slapstick. Tras probar suerte en los Estados Unidos con la autista y sardónica “Brother”, el realizador de “Outrage” regresó a Japón y armó un homenaje bellísimo y conmovedor al teatro de marionetas de su país con “Dolls”. Los transfers en alta definición que presenta Mediatres son excelentes, y las ediciones se completan con libretos exclusivos firmados por Mike Hostench y el equipo de Cine Asia, y una serie jugosos extras.
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