El músico, que fue una de las caras visibles de Can, deja atrás toda una historia en el género que defendió y transformó para siempre. Damo constituyó un maestro para músicos, amigos y fans a causa de su ilimitada y creativa energía, influenciando en las vidas de todos aquellos que, de un modo u otro, se cruzaron con él. El japonés se convirtió en uno de los front man más especiales de toda la historia de la música y, más aún, de la historia del krautrock.
Damo Suzuki empezó en la música tocando en la calle por toda Europa. Fue así como el japonés pasó a formar parte de la banda que lo haría pasar a la historia. Sus después compañeros Liebezeit y Czukay lo conocieron en Munich y, sin dudarlo, lo invitaron a unirse a Can. Suzuki formó parte del grupo durante tres años, entre 1970 y 1973, época en la que trabajó en los álbumes más populares de la banda. Entre estos figuran “Tago Mago” o “Future Days”.
Tras 1973, el japonés abandonó el grupo para dedicarse a otros de sus proyectos propios. Diez años después, Suzuki volvió a la música con un trabajo propio: la Damo Suzuki’s Network. En esta iniciativa, el músico reunía a músicos locales de los países que visitaba para interpretar improvisando en vivo. En nuestro país actuó en diversas ocasiones respaldado por formaciones de rock experimental como Cuzo y Za!
Después de ser diagnosticado de cáncer de colon, el japonés siguió tocando y trabajando en la música hasta su fallecimiento. De hecho, su álbum más reciente, “Arkaoda”, se lanzó en 2022, el mismo año en el que se estrenó el documental sobre la batalla de Suzuki contra el cáncer. Damo Suzuki deja ahora un legado en el krautrock como leyenda y transformador del género tras una carrera con momentos para la historia.
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