Ethel Cain, una de las grandes revelaciones del año que se ha posicionado en el numero uno de nuestra lista de Los mejores discos de Americana-Folk de 2022 (Internacional) con su excelente “Preacher's Daughter”, acompañó en el escenario a Florence + The Machine durante su show en Denver, con el objetivo de interpretar junto con la banda “Morning Elvis”. ¿El resultado? Una versión del single que ya se puede escuchar en las plataformas de streaming usuales.
“Morning Elvis” es el tema clausura de “Dance Fever”. Y menudo final para un álbum tan especial. En la canción, Welch muestra su lado más vulnerable y humano, reconociendo las consecuencias de sus pasadas adicciones; Florence compara sus luchas con la ansiedad y el abuso de sustancias como estrella del pop con las de Elvis Presley, al que se hace referencia en el álbum. Presley murió en el baño de su mansión Graceland debido a una sobredosis de drogas. Siguiendo con la comparación entre ellos dos, la artista contó que cuando tenía una visita planificada a Graceland, el “hogar” de Presley en Memphis, tenía tanta resaca que no pudo asistir. Tal como dijo Welch: “Pensaba que la forma de aferrarte a tus raíces de rock 'n' roll era ser la persona más borracha de la habitación.”
Ahora está disponible esta nueva versión. Según Welch: “Morning Elvis es una canción que habla sobre el poder de la interpretación y de la tragedia y la trascendencia del rock and roll”. Florence prosigue: “Cuando Hayden canta esta canción, hace que realmente parezca que es suya, dándole esa energía fuera de la ley, como las brujas del Salvaje Oeste. Incluso le lancé más líneas ese día porque su tono y cadencia eran tan perfectos que quería escuchar más. Y no se perdió en ninguno de sus versos, incluso habiendo ensayado tan solo una hora. Realmente creo que he encontrado un alma gemela estética y artísticamente. Y ahora, en cada show, canto Morning Elvis con una inflexión previa a Ethel Cain.”
Ethel Cain apunta: “Recuerdo reírme cuando ensayamos la canción entre nosotras antes del espectáculo porque Florence me dijo que Morning Elvis era una canción que canalizaba ese lado rockero y sureño que llevaba en su interior, y le dije que no podía dejar de emular su acento británico en ciertas palabras (…) Sentí que nuestra colaboración fue como si nuestras almas convergieran en un estadio enorme. El camerino de Florence olía a polvo y salvia y ambas estábamos vestidas de blanco, cantándonos nuestras líneas de un lado a otro. Parecía como si estuviera de vuelta a esas prácticas de coro de mi infancia, pero esta vez con un ángel real a mi lado. Ella nunca deja de sonreír, y si me hubieras dicho que éramos las únicas dos personas en todo el lugar mientras cantábamos en medio de su actuación, me lo habría creído.”
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