Estrenada esta semana en Sundance, la película está basada en el libro de Lizzy Goodman de 2017 que relata el auge del rock de principios del milenio en la ciudad. La extensa historia oral de 600 páginas sería casi imposible de condensar en una sola obra, por lo que los directores Will Lovelace y Dylan Southern restringen su enfoque principalmente a los primeros años de la década de 2000, y solo a un puñado de bandas representativas: The Strokes, Yeah Yeah Yeahs, Interpol, TV on the Radio,The Rapture y LCD Soundsystem, junto con los primeros pilares de la escena, Moldy Peaches.
La película se basa únicamente en imágenes de archivo y audio, sin tomas de cabezas parlantes para romper la nostalgia. El resultado ayuda a desmitificar una era a menudo mitificada, de una manera que podría inspirar a un futuro conjunto de talentosos inadaptados para iniciar su propio movimiento.
La película también toca temas serios como lidiar con sentirse como una extraña en múltiples niveles, como una mujer mitad blanca, mitad coreana en un entorno agresivamente misógino o la experiencia de Tunde Adebimpe de TV On The Radio que compara decirles a sus padres inmigrantes nigerianos que quería ser artista con volver a casa con zapatos de payaso.
“Meet Me In The Bathroom” también ofrece una instantánea conmovedora de la ciudad de Nueva York y su inevitable tratamiento de los ataques a las Torres Gemelas del 11 de septiembre se beneficia de una perspectiva sobre el terreno, literalmente, en el caso de Paul Banks de Interpol, quien emerge como uno de los las figuras más convincentes aquí, caminando a través de las cenizas del World Trade Center, dándose cuenta vagamente de la escala de la tragedia.
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