El prolífico, ecléctico e innovador artista islandés habría llegado, este 2019, a los cincuenta años de edad. Es la forma de homenaje que el sello Deutsche Grammophon tiene pensado para él: casi un regalo póstumo de cumpleaños. El compositor deja un hueco importante en la escena musical. Cabe remarcar, además de trabajos altamente personales, bandas sonoras de películas tan relevantes como recientes: "Arrival", "Prisoners" o "Sicario" son algunas de ellas.
Es la industria cultural la que sufre una gran pérdida con la desaparición de un artista tan multidisciplinar. Johannsson siempre se movía entre los diálogos que él mismo hacía mantener a los diversos campos: literatura, pintura, cine. Su propia música mantenía también conversaciones con distintos estilos, siendo siempre reconocible por su eclecticismo. No extraña a nadie ver sus originales -y melancólicas- mezclas entre música clásica y música electrónica. Su último trabajo trataba de nuevo de aunar diferentes formas de arte. "12 Conversations With Thilo Heinzmann" parte de su relación con el homónimo pintor berlinés, con quien mantuvo diversas y profundas disquisiciones (durante cuatro largos años) acerca de arte, política y sus propias vidas.
Esta obra consta de doce movimientos de cuerda que se ven acompañados por diversas irrupciones y arreglos electrónicos: casi un legado de su estilo. Es una mezcla tan arriesgada como efectiva, en este caso. Minimalismo, ecos barrocos y tensiones hipnóticas conforman el cuerpo de un álbum que será, cuanto menos, especial. Las texturas son también parte de una estela ya vista, con sonidos coloridos, aspectos melancólicos y sencillos lamentos. Las doce piezas fueron interpretadas por Echo Collective, colaboradores musicales ya habituales de Johannsson. Serán ellos, también, quienes interpreten el álbum en un tour que está programado para el otoño de este año.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.