Con suerte, solo quedará el susto: anoche cupcakke hacía saltar todas las alarmas con un tuit -"estoy a punto de suicidarme"- y un post en Instagram que añadía a ese tuit "gracias por todo lo que habéis hecho por mí, realmente lo aprecio". La única fuente que ha arrojado luz sobre lo sucedido después de esto ha sido Elijah Daniel, amigo de la rapera de Chicago, que tras intentar localizarla y avisar a la policía ha confirmado vía Twitter que había sido encontrada en su casa y trasladada a un hospital y que no corría peligro.
cupcakke viene de su mejor año a nivel artístico gracias a la publicación de dos discos sobresalientes, "Ephorize" y "Eden", además de colaboraciones como las de Charli XCX, y entre otras cosas había sido confirmada para la próxima edición del Primavera Sound. Pero -y hay ejemplos de sobra que lo demuestran- eso no quiere decir nada. En los últimos años hemos visto como, poco a poco, se van normalizando las conversaciones sobre salud mental y depresión en músicos, un tema a menudo silenciado, utilizado como carnaza mediática o alimentado y reforzado por ser considerado parte integral del aura del artista. El mito romántico del artista torturado sigue vivo y coleando, vaya. Alicia Álvarez (aka Tita Desustance) publicó un artículo muy recomendable al respecto hace unos meses en Beatburguer con declaraciones de varios músicos del ámbito de la música urbana estatal. Y nunca está de más recordarlo: el teléfono de prevención de suicidio en España es el 717 003 717.
Pobrecilla, tiene que ser muy duro ser mujer, negra y gorda