Un experimento hecho en Alemania reunió a 1.400 personas en un concierto de varias horas de Tim Bendzko. En estas probaron diversas formas de hacer el espectáculo (distancias de seguridad, sin distancia, distintas entradas, una misma entrada, etcétera). Los asistentes llevaban mascarilla, unos geles de manos fluorescentes y había cámaras que filmaban los aerosoles y su movimiento.
Se da un paso más en la investigación sobre el Covid-19 y su propagación en conciertos. El experimento se realizó en agosto en el Quarterback Inmobilien Arena de Leipzig (Alemania). Fue revisado por el equipo de la Universidad Martin Luther de Halle-Wittenberg y dirigido por el Dr. Stefan Moritz (director de enfermedades infecciosas clínicas). El estudio consistía en reunir a 1.400 personas (libres de la enfermedad).
Durante las diez horas que duró el evento, simularon diferentes espacios y niveles de distanciamiento para probar una posible propagación. Encontraron que el sistema de ventilación era una variable vital para limitar dicha transmisión y que en el momento que probaron una entrada permanente de aire fresco al recinto, esta bajó. También vieron que el distanciamiento social influía mucho en la propagación por aerosoles.
Por tanto, los resultados fueron positivos siempre que se cumplieran esos dos factores. A pesar de que estos resultados han sido útiles, no son definitivos y se tienen que seguir haciendo más experimentos, como el que se hará en Barcelona, aunque de momento se haya aplazado su fecha de celebración.Esperemos que pronto encuentren una solución que nos permita volver a disfrutar la música en directo como se merece.
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