Se trata de la segunda grabación del más rebelde de los Méndez. Tras formar Lori Meyers junto a su hermano Alejandro, Noni y Alfredo y grabar con la banda de Granada sus dos primeros trabajos, Julián Méndez emprendió en 2007 una nueva andadura bajo el nombre de Checopolaco.
Después de una primera entrega de canciones con el equívoco título de "Un disco de folk podrido" y bajo la firma de un alias que también despistaba, Checopolaco y su ukelele, el de Loja junto a Luis Liceras, Tony Slowfinger, Alberto Ortiz y Enrique Cañizares estrenan, ya sin rastro del instrumento de Marilyn un álbum homónimo que despeja todas las dudas.
Pop con oficio y visto el potencial de sus canciones, también se espera de él beneficio.
Joven pero ya experimentado, Lori Meyers, Cecilia Ann, Antonio Arias y ahora Los Planetas son algunas de las bandas con las que ha trabajado desde que era un púber adolescente, Julián Méndez ha conseguido sintetizar la estructura pop para servir canciones tan finas como punzantes.
Temas de ritmo trepidante como ese hit vía Strokes llamado "El Batallón" o "Vete al Norte", aunque también se defiende en las distancias cortas con melodías más acariciantes como "Camarera"
o "A paso de caracol". En los textos es claro y clarividente y le pasan cosas de esas que ocurren lo mismo aquí que en la república Checa.
El 23 de febrero estrenan estas nuevas canciones en el diáfano escenario del Teatro Alhambra de Granada. Sin trampa ni cartón.
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