El proyecto pone su granito de arena a la dignificación del trabajo de chatarrero, cada vez más practicado por todo tipo de personas, desde jóvenes a pensionistas, en estos tiempos de precariedad generalizada. El elemento central es un calendario diseñado por Pilar Poyatos en el que se retrata cada mes a uno de los actores implicados en el proceso de trabajo de la chatarra, y en el que se critica y parodia el modelo de calendario habitual -véase bomberos- y el tratamiento del cuerpo masculino que se refleja en él.
El paisaje sonoro que complementa este proyecto ha sido creado por la propia Séverine Sajous con Filastine como ingeniero de sonido, este conocido también por la carga política y social que impregna sus trabajos. El proyecto que estuvo llevando a cabo el año pasado, por ejemplo, giraba en torno a la denuncia de las condiciones de los trabajadores -y del trabajo asalariado en sí mismo- a lo largo del mundo, desde las minas de azufre de Kawah Ijen a las limpiadoras de Lisboa. En este caso los cortes incorporan en loops los sonidos recogidos del propio trabajo correspondiente a cada mes y sus herramientas y han sido grabados en Barcelona, una ciudad donde muchos inmigrantes han optado por esta salida frente al panorama de precariedad al que se ven condenados.
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