Quién iba a decir que Britney Spears marcaría el pulso de la política israelí. El caso es que el concierto que va a protagonizar el 3 de julio en Tel Aviv requiere suficiente personal de los cuerpos de seguridad como para hacer inviable el desarrollo normal de las votaciones, dejando aparte la desmovilización entre los votantes que supondría, por lo que han decidido posponer las mismas.
La otra lectura esta noticia es que si un concierto de este tipo -y cuando decimos "tipo" queremos decir gran artista occidental- supone tal acontecimiento en Israel es en parte porque el boicot está funcionando, aunque no tanto como cabría desear. No es Spears la única que pasará este verano por el país: bandas que estarían, en teoría, en un espectro menos sujeto a la maquinaria comercial masiva como José González, Radiohead, Pet Shop Boys o los Pixies están también programadas.
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