Asistimos a los ensayos de La Pandilla Voladora

Un nuevo super grupo está en marcha. Se trata de La Pandilla Voladora, es decir, la unión de Muchachito Bombo Infierno, Albert Pla, El Lichis, Tomasito, El Canijo de Jerez, Diego Cortés y Tino Di Geraldo. No te pierdas el artículo de Don Disturbios como testigo directo de uno de sus ensayos.

Es un martes cualquiera por la mañana en la redacción de MondoSonoro Barcelona cuando me pasan una de la múltiples llamadas que nos asolan:
- “Es Pedro Páramo, manager de Albert Pla.”

- “Pásamelo”
- “Dondi, ¿cómo estás?. Oye, tengo una cosa muy especial que proponerte, estamos preparando en una masía de Gerona un proyecto que se llamará La Pandilla Voladora compuesto por Muchachito Bombo Infierno, Albert Pla, El Lichis, Tomasito, El Canijo de Jerez, Diego Cortés y Tino Di Geraldo y nos gustaría que nos hicieras una visita para presenciar uno de los ensayos, pero queremos la portada ¡eh!”. Bromea o puede que no al otro lado de la línea.

¡Menuda propuesta! Salir de la encapotada e invernal Barcelona para pasar un día en el campo y comprobar de primera mano qué está tramando la unión de tanto talento, en lo que puede ser el gran grupo de rumba-rock tras el G-5 (proyecto que incluía al padrino de esta generación, Kiko Veneno). Así que dicho y hecho. A la mañana siguiente enfilo hacia el norte con el anhelo de presenciar algo muy especial, y lo cierto es que no voy a quedar defraudado en absoluto.

Para empezar llego puntual a mi cita a las 12:30 del mediodía, justo en el momento en el que los integrantes de este pequeño Gran Hermano musical se están despertando. Albert Pla calza unas pantuflas de estar por casa y una especie de bata con capucha que no se quitará a lo largo del día. Muchachito, sin embargo, ya tiene ganas de jarana y está impecable con sus gafas de sol y su uniforme rockero. Tomasito sale en gayumbos del lavabo y empieza su habitual ronda de chascarrillos para alegrarnos la jornada.

Por lo visto el ensayo de ayer se alargó hasta bien entrada la madrugada, aupados por una misteriosas setas traídas por Tomasito para la ocasión. “Las fue a buscar él mismo a Cantabria”, me cuentan.

Mientras los integrantes de esta pandilla se van preparando para iniciar la tercera jornada de ensayos (llevan desde el lunes y estarán aquí hasta el próximo viernes), Albert Pla me cuenta que un día se le ocurrió grabar una maqueta con un falso directo de esos que tanto le gustan, con público ficticio, arengas y presentaciones, con cada uno de los integrantes de la Pandilla Voladora en la cabeza y escogiendo los temas que pensaba que debían tocar cada uno de ellos. El resto fue fácil: enviar la maqueta a cada uno de los interesados y convencerles de embarcarse en una aventura que les llevará durante este mes de julio a presentarse en aproximadamente una docena de conciertos a lo largo de toda la geografía. El primero de todos ellos, no obstante, será el próximo 8 de abril en la terraza del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Será la prueba de fuego para comprobar que estas jornadas de ensayo han dado resultado más allá de la camaradería y las complicidades que siempre se generan entre los músicos.

“¡Uff, Dondi! no veas la cantidad de acordes que estoy aprendiendo, tengo la cabeza”, me espeta Jairo Muchachito mientras el resto se va colocando en su sitio a lo largo de una amplia sala en el primer piso de esta típica masía catalana con un par de centenares de años sobre sus muros.

Inician los ensayos y empiezo a darme cuenta que el repertorio estará formado por clásicos de las discografías de cada uno de los miembros de la pandilla, clásicas versiones adaptadas (Lou Reed, Violent Femmes, Kiko Veneno, como no) más alguna que otra sorpresa, y puede que incluso algún tema nuevo que surja durante estos días de ensayar sin mesura ni descanso.

Las interrupciones son habituales. Diego Cortés es uno de los que más pregunta al resto acerca de los acordes y las diferentes entradas. Su inapelable guitarra flamenca se encarga de dar colorido a las tonadas del grupo y después de comer me regalará, sin quererlo, la oportunidad de verlo calentar con unos toques que hacen fácil lo difícil. También Tino de Geraldo, el gran y veterano batería, va aportando su sabiduría rítmica a las sesiones, y todo bajo la atenta mirada de los técnicos, la cámara del equipo del cineasta Iñaki Lacuesta, el periodista y escritor Pep Blay que se ha convertido en la sombra de Albert Pla al estar preparando un libro sobre el catalán y Clara Bilbao ganadora de un Goya en 2012 al mejor vestuario y quien se va a encargar de vestir a los filibusteros, para dotar al espectáculo de una escenografía que lo haga todavía más especial .

Tras las sesiones de la mañana, toca parar para comer en la propia masía y comentar la jugada del partido de ayer por la noche. El Canijo me confiesa que disfrutó mucho dada su filiación merengue y más rodeado de culés resignados ante la inapelable lección de su equipo. Por su parte, Sergi -manager de Muchachito- y el propio Jairo me cuentan que de momento no tienen previsto un nuevo disco del catalán afincado en Madrid desde hace ya la friolera de siete años. Y así entre sopa, ensalada de queso de cabra y pies de cerdo, llegamos al relajado ensayo de la tarde, donde las canciones irán cobrando una solidez que se resistía durante la mañana. Empiezan por el repertorio desde el principio y puedo asegurar que el acontecimiento va a ser de órdago. Sin duda uno de los grandes eventos de este verano…