Aun a riesgo de sonar típico, “Montenegro” empieza con un nuevo despertar. No todo el mundo tuvo la misma suerte durante el caótico periodo pandémico recién vivido; para Ànteros el mordisco hizo sangre. La salida de “...y en paz la oscuridad” (Aloud, 20), elegido entre los mejores discos del año para Mondosonoro o Rockzone, se vio enturbiada por la poca posibilidad de hacer conciertos de presentación, y es que el rock contundente fue uno de los géneros más afectados por aquella moda pasajera (la única vía de salvación) de hacer conciertos para público sentado. Directamente, ese tipo de intensidad no estaba hecha para disfrutarse así.
Por eso, el despertar dura poco y la rabia contenida se apodera del mensaje y explota en ese “Culto al Fuego” que quema de manera inminente. “Nada más temible que bestia acorralada”, grita Endika Pikabea (guitarra y voz) en “Frágiles”, segundo tema y en el que nos encontramos a los Ànteros de siempre haciendo lo que más les gusta: sonar contundentes, abrasar con las guitarras, remover conciencias con sus ritmos y dar libertad al oyente para interpretar unas letras cada vez más certeras y directas.
Serán veintidós breves e intensos minutos a lo largo de los que Ànteros firman un trabajo que bien podría ser un epílogo de su anterior disco. De eso habla “Cielo abierto”, de los caminos ya andados, de la sensación de repetición y sobre todo, de los restos que deja cada intento, cada paso, cada disco. Ànteros han sabido recomponer todos esos restos, juntar las piezas, engrasarlas y reencontrarse en el local de ensayo. El disco será presentado, tema por tema, entre los meses de agosto y noviembre, con singles/videos digitales que podrán escucharse y verse en las plataformas habituales.
“Montenegro” ha sido mezclado y producido por Carlos Santos y grabado principalmente por Jorge Mur en varios estudios catalanes (Cal Pau, Maracas Estudio, Mursound y Siete Barbas).
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