Lo bonito de las diferentes generaciones del rock –y más cuando se trata de hacer memoria– es verse. Sólo eso; juntarse, cerveza en mano, camiseta rockera mediante y con música en condiciones sonando. Eso es más o menos lo que se vivió el jueves en un entorno tan adecuado como el de la iglesia de La Merced, reconvertida hace muchos años en el neurálgico Bilborrock que tantas alegrías ha dado a los musiqueros de la capital vizcaína. La excusa era buena: la presentación del primer capítulo del documental "160 metros: una historia del rock en Bizkaia", proyecto del bilbaíno Joseba Gorordo y del getxotarra Álvaro Fierro que irrumpió hace unos meses, vía crowdfunding, como una de las iniciativas audiovisuales más interesantes de la escena musical en los últimos tiempos.
A partir de una reflexión sobre las diferentes escenas a ambos lados del Nervión, el documental gira en torno a las acciones y reacciones producto de factores culturales y socioeconómicos de dos zonas tan cercanas geográficamente y tan distintas socialmente. Desde la reconversión industrial del gran Bilbao hasta las viejas y primarias rencillas entre pijos y macarras, los primeros minutos del documental que se presentaron en Bilborrock anticipan un trabajo interesante y necesario que, al menos, reabrirá algunos debates polémicos y, sobre todo, nos recordará la estupenda música que se hizo en Bizkaia hace no tantos años.
El evento fue una cálida reunión de viejas y nuevas caras de la escena bilbaína, con el mítico Fernando Gegúndez pinchando temazos y la consabida camaradería rockera campando a sus anchas. La acogida al anticipo del documental fue más que buena, como era de esperar, pero no se intuyó ningún bienquedismo forzado en el respetable. La cosa gustó y dejó con ganas de más, que no es poco. Gorordo y Fierro presentarán el resto de capítulos online y, eso sí, cuando tengan a la criatura completa y en todo su esplendor, habrá un estreno definitivo que promete ser antológico. Lo esperamos con impaciencia.
Muy buen trabajo,me ha encantado.Seguiré esa tercera parte en el Antzokia.