Hemos querido desgranar con él las canciones de un disco mucho más crudo de lo que pueda parecer por su sonido, pero también charlar sobre la situación actual provocada por la pandemia de coronavirus, por cómo está viviendo la buena acogida de Zetak, y por los próximos movimientos del proyecto.
Lo primero: ¿cómo estás, Pello? ¿Dónde te ha pillado todo esto, cómo te las estás arreglando en estas semanas...?
Estoy donde siempre. Tengo el laboratorio de cables, sintes, micros, previos y compresores en casa. Es donde pasaba la mayor parte de mi tiempo antes del confinamiento, y es donde paso todo mi tiempo ahora. Eso sí, no me vendría nada mal una escapada al monte, un par de bolos o una cena con amigos. Qué nostalgia...
No sé si tú tienes o has tenido la presión, me consta que otros artistas sí, de “tener que ser productivos” durante el confinamiento... y, por tanto, la frustración cuando uno es incapaz de serlo en estas circunstancias.
Vivimos en constante presión competitiva. No solo en la industria de la música, sino en general. Esa forma de presión es la peor que puede uno sentir si quiere crear algo. En mi caso, no sé bien por qué, pero todo esto me ha estimulado increíblemente. He escrito más que nunca y me siento bastante realizado. No sé cómo lo seguiré viviendo según se vayan acercando todas las fechas que teníamos programadas para verano. Quizás ahí se me empiece a cortar el rollo un poco...(risas)
¿Cómo crees que puede afectar la crisis del coronavirus a la industria musical? No hablo tanto de la megaindustria como de los sellos y artistas más independientes.
No cabe duda de que nos va a dar una buena hostia. Pero ya habrá tiempo de ponerse negativos. Por lo pronto en Euskal Herria ya se está tejiendo una red muy amplia de agentes culturales para responder a la pasividad de según qué instituciones frente a la crisis en la cultura. Mientras esto sirva para unirnos y buscar nuevas formas de que el fruto de nuestro trabajo se tenga en cuenta, algo habremos ganado.
En diciembre salió el debut homónimo de Zetak, tu nuevo proyecto. ¿Cómo has vivido la acogida en estos meses? Aunque entiendo que ahora debe ser rarísima y muy distinta, sí habéis tenido un par de meses “más normales” post-lanzamiento.
Ni en mis mejores sueños me hubiera imaginado un lanzamiento como el de ZETAK. Hemos llenado salas desde 600 a 900 personas a tan solo un mes del lanzamiento. Y aunque ahora hayamos tenido que cancelar algunos de esos sold outs, creo que la vibra es tan positiva que no puedo esperar para volver a la carretera.
Antes de hablar más de Zetak te quería preguntar: desde la distancia, ¿cómo valoras ahora la experiencia con Vendetta?
Ha sido mi escuela. Es donde lo aprendí todo. Es lo que le dio a un trombonista de 17 años la oportunidad de dedicarse a lo que más amaba. Y hoy es el día en el que sigo ganándome el pan escribiendo y tocando canciones. Es algo muy grande que espero que no se acabe nunca. Es un proyecto que levantamos a pulso entre cinco colegas que aunque ahora me quede lejos estilísticamente hablando, va a estar en mí de por vida.
Imagino que, como artista, habrás notado muchos cambios al crear en un proyecto tan electrónico. ¿Cuál dirías que ha sido el mayor?
Creo que el mayor cambio ha sido conceptual y también creo que mi forma de escribir canciones ha cambiado lo que no está escrito con ZETAK. Pero bien es verdad que esto es un proyecto de música electrónica y creo que jamás en mi vida le he dado tantas vueltas a la identidad sonora de un disco. Miles de horas entre sintes, bombos y vocoders. Al más puro estilo superproducción de Daft Punk, pero sin pasta. (Risas)
"Vendetta es un proyecto que levantamos a pulso entre cinco colegas que aunque ahora me quede lejos estilísticamente hablando, va a estar en mí de por vida"
Si no he leído mal, en el escenario sois cuatro miembros: Leire e Iban con las percusiones, Gorka con el piano, el sinte y otros arreglos, aunque dices que todos hacéis de todo. ¿Desde cuándo os conocíais? ¿Cómo ha sido trabajar juntos?
Son unos música maravillosos. Llevaba muchos años trabajando con Gorka en diferentes proyectos y él era un indispensable tanto en el disco como en el directo. Sin embargo era la primera vez que trabajaba con Iban y Leire y sigo enamorado. Aportan a ZETAK exactamente lo que el proyecto necesita. Le dan otra dimensión. Al menos en este momento, concibo el disco y el directo como proyectos distintos. Totalmente relacionados, pero muy adecuados a sus particularidades. Me apetece crear música sin ser preso de lo que vaya a hacer en un escenario y viceversa. Por eso, una vez planteado el disco, empezamos a crear lo que sería el directo de ZETAK.
Comentas en una entrevista que en estas canciones has querido que los protagonistas sean sus personajes, y no cosas vividas por ti. O que, aunque sean temas que tienes en tu interior, están aplicados a otras personas. Aunque las historias de las canciones sean distintas, ¿has querido unirlas bajo un concepto, o sientes que al final estén con un paraguas común?
Al escribir historias ficticias y crear personajes desde cero, he contado con una libertad increíble a la hora de escribir. En la primera parte del proceso de escritura me dejé llevar por los personajes y por cómo me imaginaba sus vidas, casi sin ser consciente de que era yo quien los estaba creando. Eso fue mágico. Y pronto vi que había algo en común entre todos ellos. Prácticamente todos habían sentido la soledad, sufrido algún tipo trauma o vivido algún tipo de marginación. Sin querer pasó a ser un disco conceptual. Al igual que la letra del abecedario, los ZETAK eran aquellos que se dejan para el final, pero son indispensables para cerrar el círculo.
¿Qué influencias has tenido a la hora de adentrarte en la electrónica? Tanto de grupos o artistas que se dediquen 100% al género como de otros que jugueteen más con él.
Hay momentos del disco en los que ZETAK se torna algo más híbrido, por lo que la paleta de influencias es enorme. Partiendo de Moderat hasta The Blaze, pero pasando notablemente por cosas mucho más mainstream como Stromae o Major Lazer. No olvidemos que ZETAK es un proyecto electrónico pero fuertemente impregnado de la cultura popular.
"Me apetece crear música sin ser preso de lo que vaya a hacer en un escenario y viceversa"
'Errepidean' lo petó cuando salió, y está ya a nada del millón de reproducciones en Spotify. ¿Tenías muy claro que iba a ser el lead single o hubo dudas?
Quería que la primera experiencia del oyente tuviera algo más de luz en contraste con lo oscuro que es el disco en algunos momentos. Así que no tuve duda de que "Errepidean" era la que mayor potencial tenía en el marco de esa intención. A su vez quería que fuera una declaración de intenciones. Errepidean. En la carretera. Es ahí donde va a estar ZETAK.
'Nirekin topatu Naiz' parece hablar de un viejo amor, o incluso de la melancolía con la que se recuerdan amistades y experiencias vividas como chavales.
En realidad habla de una paja (risas). Sí. La melancolía es un sentimiento con el que me identifico mucho, y 'Nirekin Topatu Naiz' es un claro ejemplo de algo que pasó pero sigue latente. Y eso, trasladado a un personaje borracho a las cinco de la mañana, no puede tener otro final. Nirekin Topatu Naiz = Me he encontrado conmigo mismo.
En 'Pater Noster' abordas un tema tan delicado como horrible. ¿Cómo fue el proceso de creación de esta canción? A nivel compositivo me parece todo un acierto esa repetición de “doa”, por ejemplo, pero me refiero más a cómo se enfrenta uno a escribir una canción así.
La violación de un niño de 6 años es quizás la escena que más duro se me ha hecho escribir. Grabar primero los acordes con el sinte más oscuro que pude encontrar fue muy útil ya que cada vez que reproducía esa pista en la oscuridad, más me empujaba a lo oscuro. A esa misma sensación de angustia y oscuridad atienden decisiones de producción como la que mencionas.
¿Es más complicado escribir sobre algo así en un tema de electrónica, que la gente relaciona más con el baile y la diversión? Evidentemente hay muchas canciones que son un ejemplo de lo contrario, pero es verdad que es una concepción que se tiene del género, como que un tema así no tendría cabida.
Sí. Y me lo han preguntado en entrevistas. Este no es un disco buenrollista. Se puede bailar, pero es un disco serio. ¿O a caso no hemos bailado con semblante serio y con los ojos cerrados? De eso se trata aquí. La crudeza es palpable desde el primer acorde, y eso me encanta.
Has querido usar tu voz para contribuir a distintas reivindicaciones, como la causa sarahaui con 'Oroitzapenetan', o los chicos de Altsasu con la melodía en 'Aurrera Altsasu'. ¿De qué manera crees que un artista puede contribuir en el activismo? ¿Cómo valoras la evolución que han tenido estos hechos concretos?
Yo creo firmemente en que mi trabajo responde a lo que sucede a mi alrededor. Y me encanta cuando se nota si una canción se hizo en 1984 o en 2020. O cuando se nota si una canción se hizo en Londres o en Murcia. Yo soy un chaval vasco del norte de Navarra y he vivido de una forma muy natural escribir sobre el Sahara o sobre el caso Altsasu (que por cierto, es donde estudié). Me encantaría que siguiera siendo así. Al menos mientras los chavales de Altsasu sigan lejos de sus familiares y nuestros hermanos saharauis sigan sin bañarse en su costa.
A raíz de esto último, no sé si has tenido oportunidad de ver 'La línea invisible', la serie que acaba de estrenar Movistar.
Por el momento no. Aunque no me declaro un gran fan de cómo el cine español ha tratado el conflicto en Euskal Herria hasta ahora, creo firmemente en que el cine es y será clave para cerrar muchas de las heridas que aún siguen abiertas. Toda contribución en esta dirección será bienvenida.
Entiendo, no sé si me equivoco, que en 'Zertan ari Gara' tratas el tema (“¿Qué hacemos, Papá? / pegándonos mutuamente / ¿Qué hacemos? / Moriremos todos ahogados / bajo esta sangre”). No sé si te han hecho comparaciones con 'Sunday Bloody Sunday' de U2 (que me parece un temazo también, ojo).
La escena que se describe en la canción es tan o casi más macabra o sangrienta que su semejante irlandés. Pero en este caso se trata de una historia ficticia con mensaje figurado. Habla de la división en el seno de un mismo movimiento popular y la pelea que presencian este niño y su padre en el bar en este caso es entre dos compañeros de lucha. Es como si en Derry, en el 72, no hubiera tropas británicas.
¿Habla 'Suziri bi' de encuentros esporádicos pero intensos? O incluso del cruising.
También. Yo me imagino a dos jóvenes por las calles de la vieja Iruñea conociéndose una noche y comiéndose tanto el mundo como a sí mismos. Esa sensación de dejarte llevar como si no hubiese límites.
"Al igual que la letra del abecedario, los ZETAK eran aquellos que se dejan para el final, pero son indispensables para cerrar el círculo"
En cualquier caso, la temática pasional se repite en el disco, diría que el mayor ejemplo es 'Sagarra', tremendamente sensual.
Sagarra es puro sexo. Y solo eso. Mordiscos, flujos y una manzana. El disco utiliza el imaginario de la religión para crear un universo en el que conviven todo tipo de elementos religiosos con lo opuesto a lo que estos pueden representar. En este caso, la canción quiere reivindicar las connotaciones positivas del pecado.
La letra de 'Kaliza Hau' es la única que no me han pasado y, aún sin entender de qué se habla, ¡diría que es de mis temas favoritos del disco! ¿Tienes un hijo predilecto tú también? ¿O te cuesta mucho elegir?
Me cuesta muchísimo elegir, pero bien es verdad que 'Zertan Ari Gara?' me toca muy de cerca. Y ya que 'Errepidean' fue el inicio de todo esto tan maravilloso que estoy viviendo con ZETAK, no la podría dejar fuera.
Acabáis de publicar "Zeinen Ederra Izango Den" a tan solo cinco meses de la salida del disco. ¿Bajará ZETAK el ritmo, o tendremos alguna otra canción nueva en lo que nos queda de 2020?
Me encuentro en un momento fructífero a nivel creativo y aunque no tengo nada en firme, me atrevería a decir que es imposible que pase 2020 sin que haya más temas de ZETAK.
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