“'Aaztiyen' es un disco que solo se podría haber escrito en Arbizu”
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“'Aaztiyen' es un disco que solo se podría haber escrito en Arbizu”

Jaione Dagdrømmer — 11-12-2023
Fotografía — Ibai Salazar

Dicen que la intención es lo que cuenta y el proyecto musical Zetak ha llevado este dicho a su máxima expresión. Con ideas claras, mucha ilusión y más pasión vuelven con su segundo disco “Aaztiyen”. Una propuesta refrescante y una reflexión sincera sobre la identidad. Un disco tan local como universal. Hemos hablado en profundidad con Pello Reparaz (Arbizu, 1990), el artífice del proyecto.

ZETAK es un proyecto que cada vez despierta más interés entre el publico, has sentido la presión a la hora de preparar el nuevo disco?
Ya llevo dedicándome a la música unos 15 años de manera profesional o semiprofesional y sí que he sentido esta presión, pero no de manera social. Ha sido más bien la presión que me meto a mi mismo, que ha ido incrementando disco a disco. Sin embargo, en este caso, al ser ZETAK un proyecto nuevo, me dio la oportunidad de enfrentarme a una hoja en blanco. Me ha llevado por un camino que me ha divertido muchísimo, y con este último trabajo no he sentido una presión como tal, más bien las ganas y la ilusión de enfocar una propuesta creativa y con una sonoridad compacta. El disco de la primera era de ZETAK y los discos he hemos podido sacar después han sido como un experimento. He querido utilizar todo lo aprendido en los últimos cuatro años y aplicarlo en esta nueva propuesta. A nivel sonoridad, desde el principio empece a dar con cosas que me gustaban mucho, desde el primer momento la motivación creció un montón y eso hizo que no tuviera esa presión de estar pensando si estaré a la altura o no. Para cuando quise darme cuenta me había metido en la aventura, y la ilusión de crear ha tapado a la presión. Creo que cuando no estas seguro de lo que haces o no te convence del todo, es cuando vienen esos fantasmas. Yo no les he dado tiempo a venir.

“Siento que el proyecto entero de ZETAK esta siendo un ejercicio para ir más a la raíz de todo”

Entonces desde el principio has tenido claro que querías fusionar los sonidos e instrumentos del folclore vasco con la electrónica?
Siento que el proyecto entero de ZETAK esta siendo un ejercicio para ir más a la raíz de todo. Yo estaba activo con el grupo Vendetta cuando fui a estudiar a Londres y es entonces cuando, desde allí, empece a ahondar más en mi identidad. Poco a poco ese proceso reflexivo y las lecturas de aquellos meses, me llevaron a tomar la decisión de comenzar un nuevo proyecto llamado ZETAK. El comienzo del proyecto supuso un ejercicio para entender que es la identidad, entender que es la globalización, que es universal y que no. Y a causa de eso, una de las decisiones más importantes que tome fue la de cantar íntegramente en euskera, algo que en Vendetta no hacíamos. Y este mismo ejercicio es aplicable al mundo de la identidad sonora. Por eso, la identidad sonora de ZETAK también bebe de las identidades sonoras de Euskal Herria. He vivido toda la vida en Arbizu, excepto los años que he podido vivir en el extranjero para estudiar, por lo que la reflexión que hacemos en ZETAK sobre la identidad ha surgido de manera natural. Es verdad, que anteriormente hemos utilizado el sonido de la txalaparta, pero esta vez he querido ir más allá. Lo tuve claro desde el principio. Soy partidario de la intención creativa definida, me gusta reflexionar sobre qué quiero tratar antes de trabajar y saber a donde voy a intentar llegar con eso.

En una entrevista comentaste que en un mundo cada vez mas globalizado y cada vez mas homogéneo, cantar en euskera es un signo distintivo y vaticinabas que te abriría muchas mas puertas que cerrarlas. ¿Dirías que se ha cumplido tu pronostico?
Sí, de una forma muy tajante y clara. Luego, es verdad que no es el único cambio que he hecho. En este caso he dado muchísimos cambios de golpe: cantar íntegramente en euskera, hacer un proyecto de música electrónica… y haber estudiado un master de música también ha cambiado mi proceso compositivo. Entonces, no se si el éxito de ZETAK, —al menos dede mi definición personal del éxito—, se deba solo a un factor, pero estoy convencido de que el euskera es un factor determinante, porque veo claramente el interés que despierta.

El disco se llama Aaztiyen, que en el dialecto de tu pueblo, —Arbizu (Navarra)—, quiere decir hace poco. ¿Por qué éste titulo y por qué en el euskera de Arbizu?
Yo siempre tengo dudas respecto a todo, soy radicalmente escéptico, me gusta poner en duda absolutamente todo, es un poco parte de mi personalidad. Dentro del ejercicio que hice de la identidad sonora, al principio de Aaztiyen, existían dudas. Empece a hacer experimentos con la alboka, con los irrintzis, con el pandero… pero la realidad es que yo salgo a la calle y no escucho irrintzis en Arbizu. ¿Hasta que punto es esto parte de mi y hasta que punto no? Evidentemente el euskera sí tiene un gran peso a la hora de establecer mi identidad, pero el resto de los elementos no se si de verdad son parte de mi. En este disco estoy haciendo bandera de la alboka, del pandero, de los irrintzis… que sí me hacen sentir ciertas cosas relacionadas con mi identidad e incluso en algunos casos despiertan en mi emociones de orgullo, pero verdaderamente no estoy tan convencido de que sean determinantes a la hora de fijar mi identidad, me han acompañado en los días señalados como fiestas, pero poco más. En ese momento empece a dudar de mi mismo, a dudar si de verdad estaba utilizando instrumentos de raíz. Empece a investigar dichos instrumentos y vi que unos elementos que consideramos tan nuestros, prácticamente llegaron hace nada a Euskal Herria. Entonces, ¿cómo sabemos que son verdaderamente parte de una herencia ancestral y no los hijos bastardos de nuestra cultura? ¿Desde cuando son parte de nosotros? Mi escepticismo me llevaba a pensar que desde hace poco. Y eso es lo que significa “aaztiyen”: hace poco.

En el disco, aparte del euskera, se puede escuchar una canción en catalán. ¿Dirías que es una especie de homenaje a las lenguas minoritarias o por lo menos a las no tan masivas?
No creo que el disco sea un homenaje a las lenguas minoritarias. Sí que creo que todo lo que hacemos en ZETAK se puede enmarcar en la identidad y lo que me legitima para tratar tan a fondo la identidad es el idioma. He vivido desde siempre en euskera. Pero este acercamiento a la identidad también se esta haciendo en muchos lugares del mundo. En este caso yo tengo una relación muy estrecha con Galiza y Països Catalans. Conozco en estos lugares proyectos artísticos que admiro y sentí que de alguna forma tenían que estar representados en el disco. En Aaztiyen solo hay tres colaboraciones: Neomak desde Euskal Herria, Fillas de Cassandra desde Galiza y Marala desde Països Catalans. Quise ampliar la mira y ver que el debate de la identidad se puede extrapolar a cualquier idioma minoritario o por lo menos a idiomas que no son tan potentes como pueden ser el español o el ingles.

¿Cómo describirías el nuevo disco?
Por la identidad sonora que posee el disco, por las vivencias plasmadas en el disco, el nivel de detalle… es algo que hasta ahora he hecho, —nombres, nombres de casas, que ya lo llevo haciendo en ZETAK—, pero lo he llevado más al extremo. Aparte de la sonoridad también esta la utilización del euskera de Arbizu, que se puede escuchar en las partes más conceptuales del disco… Se puede resumir así: Aaztiyen es un disco que solo se podría haber escrito en Arbizu.

En las canciones de ZETAK, como bien has dicho, mencionas lugares que te son cercanos, escenas muy cotidianas… ¿cuanto más personal consigas que sea algo, más universal es?
En su día tenía la tendencia de, si por ejemplo en una canción iba a mencionar el café, decía “un café”, por que así los que tomaban el café con leche, o descafeinado… todos esos se podía sentir identificados con “un café” a secas. Pero este recurso no hace más que despersonalizar las cosas. Contar exactamente el café que pediste con esa persona en aquel lugar y contar también que hacia frio, que no le echaste azúcar… todos esos detalles nos hacen meternos más en la historia. A primera vista parece menos universal, pero en verdad es todo lo contrario, porque hay más gente que se lo esta creyendo. Este ejemplo se puede extrapolar a nuestro proyecto. Como hemos mencionado anteriormente en un mundo cada vez más globalizado, un disco que solo se podía haber escrito en un pueblo de 1.000 habitantes del norte de Navarra es algo interesante; desde mi perspectiva, más interesante que otros proyectos que se puedan escribir en cualquier parte del mundo.

“Quise ampliar la mira y ver que el debate de la identidad se puede extrapolar a cualquier idioma minoritario o por lo menos a idiomas que no son tan potentes como pueden ser el español o el ingles”

Parece que vivimos en la era del single donde como artista no puedes desaparecer, y tienes que estar constantemente expuesto. ¿Cómo llevas esa parte del oficio?
Es una pregunta muy interesante. Es algo que no me gusta, es una parte de mí que estoy queriendo trabajar. He sentido una presión para estar presente todo el tiempo, y la sensación y el miedo de que si no publico algo en seis meses, la gente se olvide del proyecto. Tuve un momento muy critico en relación a este disco. Al final ha salido tres años más tarde que el disco anterior. Iba salir en el 2022 pero a nivel artístico tomé la decisión de retrasarlo, esto me ayudó a tener más tiempo y poder hacer un disco mejor. A nivel comunicativo la decisión tomada no nos ha perjudicado. No tenemos la sensación de haber desaparecido, de hecho la sensación es la contraría, de que la gente tiene muchísimas ganas por este trabajo y por verlo en directo. Yo estoy viviendo en mis propias carnes que no es tal drama y que la gente incluso agradece que las cosas se cocinen a fuego lento y con más amor. Esto hace que el proyecto sea un poquito más especial.

Un disco, un EP y muchos singles publicados a lo largo de estos años con distintos colaboradores. Especialmente el single “Zeinen ederra izango den” fue un bombazo, tanto que creasteis un festival con el mismo nombre… ¿Cómo surgió la idea?
Volvemos otra vez al tema de la intención creativa. Me gusta determinar una intención creativa para luego poder tomar decisiones compositivas o de comunicación en base a esta intención creativa. En el caso de Zeinen ederra izango den, la intención creativa de la canción estaba muy bien definida. Estaba claro qué queríamos hacer sentir a la gente teniendo en cuenta el momento en el que se encontraba la sociedad, —en mitad de la crisis del COVID—. Ya con el single publicado, queríamos acompañar la canción con una infraestructura que ayudara todavía más a que se entendiera el concepto. El single tenía como objetivo dar un halo de esperanza a la sociedad vasca, ya que era el momento en el que empezábamos a asumir que esto no era cosa de dos semanas, iba a ser algo mucho más serio… es en ese momento cuando sale la canción invitando a pensar e imaginarse el día en que todo esto haya pasado. Entonces pensamos: “¿Cómo podríamos celebrar ese día? Pues con una gran fiesta”. Queríamos que la gente imaginase como celebraría dejar todo eso atrás, juntándonos todos… con esa idea decidí anunciar en redes un festival que no tenia programación, ni ubicación, porque lo importante era el concepto. ¡Y vendimos 10.000 entradas! La idea del festival era hacer algo muchísimo más simbólico. Sí que teníamos intención de hacer algo, un concierto de ZETAK con alguna banda amiga quizás y actividades durante el día… pero se trataba de algo conceptual, era casi más importante el ejercicio de comprar una entrada, como quien compra una esperanza. La idea era hacer una inversión en ti mismo y que eso ayudase a reflexionar. Pero claro, al vender 10.000 entradas, evidentemente, nos vimos obligados a hacer algo más grande. Esa pequeña idea conceptual que casi era más un story que otra cosa, en plena pandemia y a pocos días de haber sacado la canción, se convirtió en un gran festival que se celebró en el BEC y que lo seguimos haciendo una vez al año con una programación muy potente.

Al poco de crear el proyecto ZETAK mencionaste en una entrevista que uno de tus sueños era tocar en Alemania. Has podido cumplir ese sueño. ¿Qué sueños mas te quedan por cumplir con este proyecto?
Los sueños van cambiando, van mutando con el tiempo y es normal. Por suerte, también estoy redefiniendo mi descripción del éxito año tras año. Hay ocasiones en tu vida que piensas que tocar lo más lejos posible, actuar para la mayor cantidad de gente sin pensar en lo que estas suponiendo para ellos o incluso alcanzar grandes números en redes sociales y plataformas digitales es sinónimo de éxito. Estoy en un punto avanzado de esta reflexión, —dentro de cinco años, a lo mejor me rio, ojalá me ría—, y por eso quizás los objetivos con éste proyecto también van mutando. En los últimos dos años me he propuesto encontrar una voz y por eso he barrido más hacia casa. Ahora me siento una persona exitosa desde el momento en que considero que he compuesto un disco que solo se podría haber escrito en Arbizu. Me agarro a eso, estoy en un momento dulce en relación a objetivos y a mi definición del éxito.

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