Tras su proyección en festivales, hay muchas expectativas sobre cómo acogerá el público este “La guitarra flamenca de Yerai Cortés” en su estreno en salas de cine. Todo el mundo quiere saber de dónde sale Cortés, sus raíces, su historia y sobre todo ese talento para tocar que ha convencido y enamorado al creador de “El Madrileño”. Como todo buen relato, este también tiene un inicio y un porqué. Yerai me lo explica en un hotel de Barcelona en el que nos hemos citado. “Yo le cuento a él en lo que estoy metido justo al segundo día de conocernos. Tocaba con Farruquito en un tablao de Madrid, vino a vernos y nos dieron las claras del día. Le dije que llevaba toda la vida tocando para el baile, componiendo para la danza, que es una de las cosas que me vuelven absolutamente loco. Y estaba en ese momento en el que empezaba a verme como un guitarrista solista. Le cuento que apareció una persona que me dijo que podía hacer lo que quisiera y que había dinero para ello. Me tentaron a hacer un disco y yo sabía que había una historia que contar. Más o menos yo ya tenía la narrativa interna. Incluso hubo un acercamiento con Benito Zambrano, el maestro. Y entre todas estas cosas no sabía qué iba a suceder, pero tenía la intuición de que iba a ser algo relacionado con retratar a mi familia. Finalmente ese plan no salió, ahí se quedó, hasta que conocía a Pucho. Le encantó la historia y tenía ganas de dirigir. Siempre dice que yo le elegí a él, pero yo creo que es al revés”. Ahí aparecieron ya las primeras expectativas, todavía etéreas y poco claras, de lo que nos íbamos a encontrar. “Yo esas expectativas no sé si las he llegado a ver. He estado tan focalizado en la película, en el show de guitarra coral, en la banda sonora, en que todo el mundo vea la película, también familia y amigos, que... Lo que sí me está llegando cuando voy a algún festival de cine con Pucho es la aceptación y el cariño de la gente”.
"La gente me dice que soy muy valiente porque me muestro tal y como soy, incluso con mis debilidades"
Tremendamente educado, de mirada limpia y con una sonrisa que conquista, Yerai Cortés se debate, como muchos compañeros de generación en el flamenco, entre gitanos y modernos, y la aceptación por parte de todos. Y ese es, sin duda, uno de los temas centrales del documental. “Tenía curiosidad por ver de qué forma iban a leer los flamencos la película, qué iban a entender de todo lo que estoy contando. Porque, claro, son temas muy tabú, muy excepcionales. Y hay una excesiva protección hacia lo íntimo y lo personal. La gente me dice que soy muy valiente porque me muestro tal y como soy, incluso con mis debilidades. La idea era, además, la de dejar el artista a un lado. A la gente no le va a interesar de mí dónde o con quién toco, o lo que puedo llegar a hacer con la guitarra. A mí me gusta mucho leer las biografías de los artistas, conocer a la persona, sus orígenes, cómo se han criado. Prefiero eso a que me cuenten cómo componen sus canciones. La película va más sobre por qué toco la guitarra y no sobre cómo la toco”. Eso con la familia como excusa narrativa del documental. A partir de ella se construye el relato. Hay conversaciones que marcan el tono. “La última conversación con mi padre en la que él me dice ‘¿Qué vas a sacar de todo esto?’, me parece genial. Es una de las declaraciones de amor más bonitas que me han hecho en la vida. O ese momento con mi madre en el que estamos en el muro, que me alegra mucho que esté en la película. Además es cuando me dice que soy muy puro. De hecho era la primera vez que me lo decía sin la guitarra encima”. Tampoco falta el conflicto, constante y siempre presente. “Siento que el conflicto existe, claro, y hay algunos que nunca se resuelven. Por la gravedad de la vida o porque hay cosas que no dependen de ti. Simplemente lo aceptas, lo abrazas y convives con ello. En el momento en el que eres consciente de que ese conflicto existe y de alguna manera te pertenece, porque has nacido y lo has vivido ahí, lo llevas encima, pero sin que pese tanto”. En “La guitarra flamenca de Yerai Cortés” se constata como nos cuesta hablar las cosas y afrontar los problemas. En ese sentido, Yerai Cortés ha avanzado y aprendido, en parte gracias al documental. “Cuánto nos cuesta hablar y que poco nos han enseñado a hacerlo. Y lo mal que nos han acostumbrado a callarnos las cosas. Ojalá hubiese una enseñanza de chiquititos a hablarlo y a comunicarnos, sobre todo esos temas en los que no nos queremos enfrentar con nuestros padres. Ahí hay un muro. Y mira, con este proyecto tenía un impulso, sabía que tenía que hacer esto porque si no me iba a pesar toda la vida. Menos mal que ha llegado Pucho y lo ha puesto frente a mí”.
Volviendo a la música, artistas como Israel Fernández, Ángeles Toledano o él mismo, están acercando el flamenco a un público más joven y abierto de miras. “Para llegar a esa mezcla de gentes en esta época, le debemos dar mucho las gracias a Rosalía y a C. Tangana. Ellos han tenido la capacidad de hacer música folclórica y de nicho, complementándola con otros géneros”.
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