En tan solo tres años de recorrido como productor y compositor, Cesc Valverde, es decir Xicu, ha conseguido agrupar un número considerable de trabajos que oscilan entre el formato álbum y el formato EP. Por no hablar de la infinitud de proyectos inscritos en la escena catalana en los que su influencia ha sido más que notable. Tras publicar “SOL” (21), “BLAU” (22) y “22” (23), “SACRIFICIS” llega a su repertorio, no solo para darle continuación, sino para introducirnos en un cambio de paradigma que se materializa a través de un nuevo universo, aparentemente sombrío, pero lleno de luz en su interior. “Mi música siempre ha nacido después de vivir ciertas experiencias. Esta vez, sin embargo, me sorprendí a mí mismo porque, aunque ya sabía crear desde la intimidad, nunca me había pasado que tardara tanto en encontrar aquello que quería relatar. El concepto del sacrificio surgió en mi cabeza arbitrariamente, a diferencia de la música, que no venía y no venía. En aquel momento no era consciente de que lo que me estaba pasando se llamaba ‘crisis creativa’. Aún no he aprendido a identificarlas, sobre todo cuando son crisis en mayúsculas. De repente, un día cualquiera mi mente asimiló cada una de las vivencias que me estaban atormentando –industria, amor, amistades– y empezó a vomitar todo lo que había ido almacenando. Salió la música que llevaba tiempo persiguiendo. Tratándose de nuevos escenarios vitales, traían consigo historias de sonidos inéditos. El cuerpo me pedía contarlas de la forma más fiel y real posible”. El resultado ha sido este “SACRIFICIS” más “arriesgado en cuanto a sonoridad y que ha servido para afianzar mi propuesta, la idea que tengo de mis canciones y cómo las quiero hacer. Durante el mes de iluminación extrema que vino tras finalizar el año y pico que invertí en esto, me estuve repitiendo una y otra vez que tenía que creer más en la música, que ya se encargaría ella de prepararlo todo por mí. La música es lo único que vuelve. Siempre que la invoques, claro”.
"No soy un productor de esos que reproducen siempre la misma fórmula"
Contrariamente, indagando en algunas de las conversaciones que ha mantenido con otros medios y, en concreto, escuchando el álbum, hay algo que da entender que su paso por la industria no ha sido del todo agradable. “Un pensamiento recurrente que tengo es que en esta industria falta gente con carisma. Estoy especialmente cómodo y me encanta formar parte del mundillo; considero que es muy mío. Pero lo cierto es que es complicado encajar en él si presentas un sonido que no sea afín al sonido ‘Fiesta Mayor’. Toda mi vida he escuchado música internacional que me ha servido de inspiración y ver que no se aprecia tanto dentro de nuestras fronteras o que no está en el punto de mira, me entristece. Molaría que el público mostrara más apoyo a los imaginarios ubicados en los márgenes del mainstream”. En este sentido, que la mayoría de colaboraciones presentes en “SACRIFICIS” sean perfiles auténticos, paralelos a la corriente predominante, corrobora sus palabras. “Muchos de ellos son amistades que habían pasado de antemano por mi casa-estudio. Nuestras reuniones eran el momento ideal para apagar las luces, estar de risas y detectar de qué iban los temas. Nada forzado; varias tomas, charlando y probando hasta encontrar lo que queríamos contar. A mí me gusta trabajar así. Al final mi trabajo no es algo mecánico. No soy un productor de esos que reproducen siempre la misma fórmula; conecto con alguna canción y elijo los caminos que la propia canción me lleva a escoger, así como con quién voy a compartirlos. Triquell, por ejemplo, es una de esas personas con carisma especial que decía que faltan en la industria. Tiene mucha potencia vocal. Proyecta una interpretación espectacular; grabarlo a él es una pasada. Justamente, la canción que tenemos en este disco habla mucho de la amistad y la industria. Tuve claro que él tenía que estar detrás. En general, las personas que sobresalen por su personalidad disidente, en un sector políticamente correcto, me generan interés”. Asimismo, dice ser un poco egoísta con su pasión; le cuesta trabajar con otros productores. Lo de entregarle algo tan personal a alguien externo, que no ha tenido nada que ver, no le va. Le resta realidad. ¿Quién, aparte de él mismo, podría contarlo mejor? “En términos de producción soy una persona muy peaky. Cabe recordar que mi espacio de trabajo es mi habitación. Por el momento, el estudio no es ni mi lenguaje ni mi manera de ser. Lo encuentro frío. La calidez que ofrece mi hogar me permite pasar horas y horas ocupado sin la presión del tiempo o el dinero. Es mi cosmos privado. No quiero que nadie lo intoxique”.
Más allá de la escucha en streaming a través de plataformas, el público podrá acceder a un trocito de dicho cosmos el 16 de enero, cuando se celebre la presentación oficial del disco en la sala La Nau de Barcelona. Nos asegura que será una noche única rodeado de colegas y contando con SOUTO como telonero. “La Nau fue la sala en la que yo pensaba antes de terminar el álbum y fíjate ahora, estaremos presentándolo ahí”.
Simple y llanamente, “SACRIFICIS” es un resumen de todo aquello por lo que Xicu ha pasado junto a su “banda del patio”. De igual manera, debido a la dificultad que implica expresar la subjetividad, el proceso le ha hecho ganar mucha seguridad en sí mismo y valorar más el oficio. “He aprendido a despreocuparme de las expectativas. Recibir feedback, mayoritariamente positivo, después de habérselo enseñado a gente cercana o que admiro ha tenido mucho que ver. Me ha hecho sentir pleno. Los nervios previos a un lanzamiento ya los conocía, pero igualmente ha sido excitante. Ser músico conlleva mucha faena y nunca sabes cómo va a funcionar el resultado final.” Sabiendo la demanda que tuvo el showcase a puerta cerrada que organizó el pasado septiembre, parece que ha funcionado bastante bien. De ahí que el foco haya pasado a estar en el directo; mantendrá la esencia incluyendo un par de modificaciones. “Será oscuro, de sombras y contrastes. Que no se me vea demasiado. Soy partidario de que sea la música la que hable, no tanto la imagen. Aun así, le he querido dar un toque casero, punk e industrial a la estética visual; un imaginario un poco raro. Mi idea era que la dureza exterior destapara un núcleo bonito y mimado. Espero que la gente consiga desgranarlo pieza por pieza y vea el color que esconde. Esa es la verdadera recompensa”.
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