“Para nosotros el post-punk es un sentimiento o un estado mental”
EntrevistasWhispering Sons

“Para nosotros el post-punk es un sentimiento o un estado mental”

JC Peña — 09-09-2024
Fotografía — Lucinde Wahlen

El norte de Europa siempre ha dado buenas bandas en la órbita del post-punk. El quinteto belga Whispering Sons ha ampliado sus horizontes con “The Great Calm” (PIAS, 24), un fascinante tercer disco que presentarán en Barcelona (6 noviembre, Sala Wolf) y Madrid (7 noviembre, The Bassement Club).

Telonear a Nick Cave & The Bad Seeds o Placebo, además de haber actuado en el Azkena Rock, certifican su solidez. Al sonido marcial y gélido del post-punk casi gótico que dominó sus inicios, en sus nuevas canciones asoman también referencias ilustres del calado de Television o Tindersticks. Ayuda mucho la voz profunda y la magnética presencia andrógina de su vocalista Fenne Kuppens, quien responde con mucha cordialidad a nuestras preguntas. “En España hemos estado, de hecho, un par de veces, pero siempre con muchísimo tiempo de por medio. La primera vez fue en Madrid en 2016, durante nuestra primera gira europea, que organizamos nosotros en su mayor parte. Después, en 2018 teloneamos a The Soft Moon en una gira corta. La última vez fue en Barcelona en 2022. Tocar en España siempre es divertidísimo. Te llega mucho entusiasmo y energía del público, así que estamos deseando volver”, matiza la cantante.

“Creo que el directo es nuestro fuerte. Es muy crudo e intenso, y las canciones ganan otros significados en vivo"

Con el grupo enfrascado en la extensa gira de presentación de su último disco, Kuppens afirma que “Cuando estás fuera un par de semanas, tienes la impresión de que girar se convierte en una rutina. Empiezas a vivir en tu propia burbuja. Eso puede ser bueno, porque los conciertos se hacen cada vez mejores; pero también te puede desorientar mucho, especialmente cuando vuelves a casa y confrontas el hecho de que la vida ha seguido sin ti. No obstante, nos encanta visitar sitios, cada ciudad y país son completamente diferentes. Tocar en ciudades puede hacerse muy salvaje, mientras que hacerlo en zonas rurales es muy familiar y confortable”. Este verano, Whispering Sons han tocado en varios festivales de su país. “Cuando la gente va a tu bolo, va a verte a ti y está mucho más atenta. En un festival a veces te lo tienes que currar más para ganar su atención. Pero aún así los festivales son divertidos, sobre todo porque puedes ver a otros grupos”.

En cualquier caso, las canciones de “The Great Calm” son protagonistas, aunque el grupo hace paradas en su material antiguo. El resultado es un repertorio “equilibrado”. Kuppens resalta, eso sí, las virtudes de su último trabajo. “Suena mucho más maduro y abierto que los otros álbumes. Es menos oscuro y grandioso también. Como lo producimos nosotros, tuvimos un montón de control creativo y dedicamos mucho tiempo a cada fase. Nos dimos tiempo para experimentar y saber cómo tenían que sonar las canciones. Todo el mundo jugó su papel, no sólo en cuanto a tocar su instrumento, sino en las decisiones y la composición. En ese sentido ha sido un disco muy colectivo. Y supongo que es una de las razones por las que estamos tan orgullosos de él, porque es muy nuestro”.

Sin embargo, la esencia del grupo sigue siendo su directo. “Creo que es nuestro fuerte –admite la vocalista–. Es muy crudo e intenso, y las canciones ganan otros significados en vivo. Además, mucha de la energía e inspiración del grupo viene de tocar en directo. Cuando no tocamos, tenemos muchas ganas de volver al escenario, porque no podemos canalizar la energía”. La exigencia colectiva pone el listón alto en sus bolos. “Es muy raro que nos bajemos del escenario y digamos los cinco: ‘¡Este ha sido bueno!’. Siempre hay algo que está mal para alguno, ya sea mal sonido, problemas técnicos o sensaciones incómodas. Creo que un concierto es bueno cuando a pesar de estas dificultades, ya sean técnicas o emocionales, lo das todo, y acaba siendo muy divertido. La energía del público es fundamental en ello”.

Kuppens supone que la etiqueta de “post-punk” que ellos mismos cultivaron al principio sigue siendo válida, aunque “Es un género muy amplio. Para nosotros es más un sentimiento, o un estado mental. Es una manera de romper las concepciones de la música de guitarras”. Hay razones más allá de lo musical. “Estamos viviendo tiempos muy inciertos e inquietantes, y la naturaleza introspectiva de la música post-punk es un modo de canalizar estos sentimientos de alienación. Nunca es una crítica directa a la sociedad, sino un reflejo indirecto. Al menos, es así para mí. Me costaría escribir sobre cosas más animadas, aunque algunas canciones de ‘The Great Calm’ tienen un poco más de esperanza”.

“Estamos viviendo tiempos muy inciertos e inquietantes, y la naturaleza introspectiva de la música post-punk es un modo de canalizar estos sentimientos de alienación"

La belga define telonear a artistas del calibre de Nick Cave como “una oportunidad maravillosa, especialmente si eres fan. Tienes la oportunidad de tocar para gente que de otra manera probablemente ni habría oído hablar de ti. Pero no siempre es sencillo. Tienes que pelear la atención del público. Es muy reconfortante cuando te ganas un par de nuevos fans”. Y en relación a la escena de un país pequeño que, sin embargo, ha dado a bandas de proyección internacional como Deus, destacan las redes de apoyo a los músicos jóvenes. “Creo que Bélgica tiene una base muy buena para apoyar a los artistas. No hablo de dinero, porque realmente siguen recortando fondos. Pero hay muchos colectivos y organizaciones que te pueden echar una mano y ayudarte por el camino si eres un músico joven. Eso tiene mucho valor”.

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