Hace años que Taha anunciaba este disco. De hecho esa primera parte, “Diwan”, se convirtió en una plataforma para su reconocimiento. Y es que siempre ha sabido darles la vuelta y hacer suyas las canciones de otros: estamos pensando, por ejemplo, en su especial revisión de “La Marsellesa”, el himno nacional francés, o en el clásico de The Clash, rebautizado como “Rock el Casbah”. Quizá el cancionero utilizado en este “Diwan 2” nos es más lejano, al recoger los estándares de la música oranesa, egipcia e incluso de la África negra, pero el genial resultado sigue remitiéndonos al universo Taha. Pero mejor que sea él quien lo explique.
"Es un disco que he hecho pensando en mi hijo y en su generación" |
“Es un disco que he hecho pensando en mi hijo y en su generación. Muy a menudo ellos se muestran más radicales, pero es por falta de conocimiento. Hay que pensar que se trata de la tercera generación y la mayoría conoce poco de su origen, pero tienen ganas de saber de dónde vienen sus abuelos. De alguna manera mi papel ha sido mostrárselo. Hay que enseñar lo que sabemos para hacer que todo evolucione. Ellos no tienen esa experiencia y es una forma de dar razones de tolerancia y respeto”. Quizá esa es la idea tras la impactante e irónica imagen que Taha ofrece en la portada del CD, que recuerda las antiguas fotos que colgaban en las paredes de las clases de las escuelas. Y es que el disco consigue la difícil tarea de hacer algo nuevo con lo viejo. Pero no se trata de un trabajo de nostalgia, palabra que Taha odia. “Hay que tener el pasado como recurso, pero no para volver a él. Aquí he hecho de restaurador, como un pintor que encuentra un cuadro, lo limpia y le devuelve los colores originales. Si las canciones de ‘Diwan 2’ vuelven a existir es porque yo les doy otro valor”. El disco contiene siete temas clásicos árabes, dos composiciones propias y un himno antirracista africano del gran Francis Bebe. La producción sigue siendo de su inseparable y cómplice compañero Steve Hillage (ex Gong), pero para aquellos que conozcan la mezcla de sonidos rock, techno y de ritmos árabes a la que Taha nos tiene acostumbrados les pondremos en aviso de que el disco sorprende a primera escucha. Y aunque el espíritu rockero subsiste en la grabación, en la instrumentación principal encontramos flautas y percusiones árabes, las cuerdas de The Cairo String Ensemble, la mandola del fiel Hakim Hamadouche y también algunos riffs de guitarra. Claro que musicalmente no se puede decir que Taha haga exclusivamente música tradicional árabe, pero tampoco rock. “De acuerdo, pero yo no estoy entre los dos, yo no tengo como se dice en Francia ‘el culo entre dos sillas’, no, yo estoy en un sofá. Yo hago rock & roll, pero con todos los ingredientes que componen mi cultura, la música árabe, la música africana o la música electrónica, esa es mi naturaleza y no puedo renegar de ella. Llámalo ‘Couscous musical’, si quieres”.
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