Amiga de la delicadeza y el tacto melódico, Lisa Germano puede unirse fácilmente a la larga cola de artistas damnificados por los vaivenes, caprichos y mandatos de la industria. Su largo, casi escandaloso silencio discográfico, nada más y nada menos que un periodo de cinco años, sólo se explica desde la penitencia subterránea que ha tenido que vivir la cantautora ante la indiferencia y pasotismo de una escena indie que prefiere invertir en valores coyunturales a mantenerse fiel a los grandes referentes que cimentaron su leyenda en los noventa. "Cuando me ´invitaron´ a irme de 4AD no me sentí especialmente cabreada ni molesta. Lo entendí perfectamente. Soy consciente que para las compañías supongo más un problema que una solución, y he aprendido a vivir con eso. En cierto modo, soy comprensiva con la gente de 4AD, porque era costoso tenerme en su catálogo... de hecho, sigo conservando una buena amistad con ellos".
"Escribí la mayoría de canciones en un periodo de mi vida en el que me sentía extremadamente sola" |
Expulsada del sello británico tras el fiasco comercial (que no artístico: había gigantescas canciones) de "Slide", Germano se vio forzada a silenciar su música durante un largo tiempo. Muchos pensábamos que se trataba de un retiro voluntario, quizás fruto de cierto desencanto y distanciamiento con la industria y, de rebote, con la propia necesidad creativa. "No, para nada. De hecho, yo seguí escribiendo canciones poco tiempo después de que me fuera de 4AD y me quedara sin compañía. En realidad, yo siempre me mantuve activa durante ese tiempo, fueron los sellos los que no se interesaron por mi música y me olvidaron, por decirlo de alguna manera. Evidentemente, no tenía dinero para financiarme un disco y hasta que no he tenido la oportunidad de hacerlo, no me ha sido posible volver". Y de qué forma ha vuelto, por cierto. "Lullaby For Liquid Pig" no es un simple retorno. Se trata, a bote pronto, de uno de los grandes discos de 2003. Íntimo, reposado y decididamente emotivo, el álbum presenta seria candidatura a figurar entre lo mejor de su discografía. Breve, directo a la yugular, dotado de gran hondura estética, el regreso de la Germano huele a obra de culto. "Escribí la mayoría de canciones en un periodo de mi vida en el que me sentía extremadamente sola. No tenía contrato con ninguna compañía y mi vida personal tampoco pasaba por un buen momento. Hay mucho de todo ello en el disco, sin duda, pero tampoco lo veo como un elemento excesivamente negativo o pesimista en el tono de las canciones. Sí, quizás son más íntimas, sobre todo porque las escribí totalmente sola y muchas veces con la idea que nunca acabaría grabándolas en un álbum". Ejercicio de melancolía elevadora, "Lullaby For Liquid Pig" apela al sueño y el recogimiento para ganarse el corazón del oyente. Y como contrapartida, lega algunas de las melodías más memorables de toda la trayectoria de la compositora. Son poco menos de cuarenta minutos purificadores en los que la sugestiva voz de Lisa Germano asume una gran responsabilidad: despertar de un largo letargo discográfico con su obra más sólida y emotiva desde "Geek The Girl". "En cierto modo, sí creo que los últimos discos estaban excesivamente preocupados por la producción y por el sonido. Supongo que cuando dispones de mayores medios a tu alcance, es inevitable atender mucho más a esos aspectos. Pero también es cierto que tanto en ´Excerpts From A Love Circus´ como en ´Slide´ hay muy buenas canciones. Con ´Geek...´ veo la conexión a un plano más general, quizás porque son discos que he grabado de forma más simple e íntima, centrándome más en las canciones que en cualquier otro aspecto externo o complementario de la grabación. ´Lullaby...´ lo grabé íntegramente en mi casa y luego me ayudé del Pro-Tools. Y la experiencia ha sido fantástica, te lo aseguro. He trabajado por libre y cuando he requerido la ayuda de alguien, todo ha sido extremadamente fácil". Y esa ayuda tiene nombres propios: Johnny Marr, Neil Finn o Butch Norton, batería de Eels. De su experiencia como instrumentista (recordemos que la Germano es una excelente violinista) o vocalista para Yann Tiersen, Neil Finn, David Bowie o Sheryl Crow, la cantautora no sólo guarda grandes recuerdos, sino también una abultada agenda de teléfonos importantes. "Todo el tiempo que estuve girando con Neil y tocando para otra gente me sirvió para mantenerme activa desde un punto de vista estrictamente musical... acumular toda esa serie de experiencias me ayudó a sentirme valorada y a no perder el interés en la idea de escribir canciones y grabar discos".
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