"El silencio está muy mal valorado"
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"El silencio está muy mal valorado"

Luis Benavides — 10-04-2018

Cuatro años después de un espectacular debut con aires desérticos vuelven los barceloneses Viven con “Las tripas y el lodo” (Pundonor/The Braves, 18). Esta nueva obra conceptual, grabada bajo las órdenes de Santi García en Ultramarinos Costa Brava, presenta unas cuantas novedades. La más evidente es la adopción del castellano como nuevo receptáculo de su discurso. Hablamos con Rubén Martínez, su cantante y guitarra.

¿Cómo conecta vuestro primer trabajo con esta precuela?
La conexión de ambos discos es el propio personaje que narra en primera persona las situaciones y sensaciones que vive durante la historia. Me gusta pensar que hemos conseguido crear nuestra pequeña fábula de dos capitales en la que se explica que ni todo el mundo es tan bueno ni tan malo. Siempre depende del contexto y la información de la que dispongan el receptor del mensaje.

Es curioso que expliques esto porque el primero tenía una ambientación de ‘western’ y este nuevo disco tiene algo de piratas, con temas como “Cuentos de izar las velas”.
“Las tripas y el lodo” debía comenzar transmitiendo ilusión, esperanza y pasión. El mar abierto, brisa y horizonte son imágenes perfectas para dicha metáfora. Posteriormente ya se torcerá la cosa. Para “El solitario”, el desierto, la arena y el polvo nos funcionaba genial en el mismo sentido. Pese a las referencias metafóricas, me gusta que las letras no tengan un ánimo descriptivo evidente. Es curioso poder vincularlas emocionalmente a diferentes momentos de nuestras vidas y que su significado mute con el paso del tiempo.

Eso de explicar una historia, ¿a qué obedece? ¿Os ayuda a la hora de enfocar las letras tener una historia qué explicar?
El lienzo en blanco asusta. Partir de un concepto a alto nivel ayuda a estructurar lo que quieres explicar tanto en lo lírico como en lo musical. Además, a medida que vas componiendo las canciones vas tomando decisiones como por ejemplo a qué momento de la historia hace referencia este riff o aquella parte. Es como ir vistiendo una figura desde el esqueleto hasta el maquillaje.

En cierto modo, es una manera de reivindicar un formato, el álbum, y una manera de escuchar la música que parece en desuso: escuchar discos enteros, de cabo a rabo.
Exacto. Al final, como te comentaba antes, cuando compones pensando en el álbum vas adaptando los temas a una estructura y orden concreto. Eso hace que el disco capture un momento temporal concreto de la banda. Durante el proceso de composición hay ideas o temas que no encajan con el resto y que vas descartando y con las que no desechamos la idea de lanzarlas en algún otro formato, ya sea un EP o single.

¿Vosotros también creéis que vivimos la dictadura del ‘hit’? De hecho, muchas bandas ahora solamente sacan EP’s por eso mismo, e incluso algunas ya solo sacan singles con su respectivo videoclip para compartir en las redes sociales.
Sí, parece que constantemente hayas de estar dando nuevo material si quieres que no se pierda el interés, lo cual nos parece un santo coñazo tanto como generadores como consumidores de contenido. Hay un constante bombardeo mediático que hace que te pierdas otras propuestas mucho más interesantes lo cual es una lástima.

Si no te mueves, no existes.
El silencio está muy mal valorado. La energía de la que dispone una banda es limitada: todos tenemos trabajos que nos dan de comer, una vida personal que mantener y hacemos música porque si no la hacemos somos infelices. Hay que saber dosificar dicha energía para no desinflarse antes de tiempo igual que es importante saber darle a cada cosa la importancia que realmente tiene.

Volviendo al disco, aunque tiene una ambientación histórica, también tiene algo de crítica al mundo actual. ¿Qué me puedes contar del mensaje del disco?
El disco lo narra un personaje ambicioso, codicioso y cuyo único objetivo es la acaparación de poder. Lo que comentábamos antes: la velocidad, el alimentar constantemente al mercado, la falta de criterio o otros conceptos como la divinización corporativa son ideas que subyacen en las letras.

Por curiosidad, ¿qué otros discos conceptuales de la historia del rock os molan?
Pues te podríamos decir “Crack The Skye” de Mastodon, “Mellon Collie And The Infinite Sadness” de The Smashing Pumpkins, “Dark Side Of The Moon” de Pink Floyd y “Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band” de The Beatles.

Con vuestro anterior trabajo habéis conseguido grandes cosas, entre otras compartir cartel con bandas que me consta que os flipan como Graveyard y Triggerfinger... ¿Qué balance hacéis de esa primera etapa de la banda?
El balance es muy positivo aunque siempre te gustaría haber podido hacer más cosas. Hemos conocido a mucha gente genial gracias a “El solitario”, otras bandas, promotores y medios que ahora son amigos nuestros. También es verdad que en los últimos meses han salido cosas muy interesantes como abrir para Graveyard y Triggerfinger, pero ha habido épocas en las que no teníamos muy claro hacia dónde ir.

Supongo que lo fácil habría sido seguir ese camino, pero habéis decidido evolucionar el sonido, introduciendo otros elementos, y cambiando el idioma.
Una banda es, en cada momento, la suma del crecimiento de sus miembros. Todo influye. Compartir escenario con otras bandas, formar otros proyectos musicales, colaborar en proyectos de amigos, cambiar de trabajo, pareja, nuevos amigos, etcétera. Nunca nos planteamos qué estilo de música hacemos e intentamos obviar las etiquetas en la medida de lo posible.

Ha sido una evolución natural.
Sí, para “Las tripas y el lodo”, no ha habido ninguna decisión en cuanto al sonido del disco que queríamos hacer. Cuando compusimos “El solitario” partíamos de unos temas que mi hermano y yo habíamos compuesto en casa, incluso de ideas que habíamos hecho para The Black Rose Road. (ndr. su anterior banda). Para “Las tripas y el lodo” todo nace del local, con Juli y Carlos aportando desde el principio y haciendo que los temas evolucionen en la cabeza y el estómago de toda la banda. Eso aporta a los temas nuevos colores tanto en estructura como sonoridad.

Rubén, ¿y cuándo decides pasarte al castellano?
Era un reto que tenía en mente hace bastantes años, incluso antes de “El solitario”. La idea me atraía muy fuertemente y confieso que si no había dado el paso antes fue por miedo. El castellano hace que te expongas a los más cercanos y el hecho de haber mantenido el inglés hasta ahora hacía que me sintiese más seguro. Aún así, siempre me rondaba la pregunta “¿y si el siguiente lo hacemos en castellano?”. Pues bueno, al final, después de que me apretasen un poco los demás decidí, al menos, probarlo. En ese punto ya tenía escritas tres letras en inglés, “Coronas de laurel” (antes “Thyssen”), “Oda al Sol Rojo” (antes “Wave At The Red Star”) y “Quien siembra vientos” (antes “The Winds”). En un arrebato, traduje “Coronas de laurel” y probándolo en el local nos encantó el feeling que transmitía.

¿Pros y contras a la hora de componer y encajar las letras en los temas?
He de decir que en lo técnico el inglés es más agradecido al hacer letras. Las palabras son mucho más cortas por lo general, cosa que te hace cuadrar las métricas más fácilmente dada la cantidad de monosílabos de los que dispones. Además, el castellano es una lengua muy percusiva y eso dirige la intención de una frase y su tempo. Algunas letras en inglés tienen un color más suave y eso evidentemente ayuda. Por otro lado, el hecho de habernos pasado a una lengua que todos en la banda dominamos, ha hecho que la tarea pueda ser mucho más colaborativa y todo el mundo ha podido aportar, enriquecer la historia y hacérsela un poco más suya. Como curiosidad, por primera vez mis padres me preguntan qué quiero decir en algunos versos y eso me hace una ilusión especial.

En algunos momentos la banda me recuerda a grandes como Tenpel, recientemente desaparecidos, y no lo digo solamente porque cante Kantz en el disco.
Lo de Tenpel es una verdadera lástima. Que los haya descubierto tan tarde y sin haberlos podido ver nunca, me da penita. Incluso unos amigos nuestros los trajeron a Vilassar de Mar hace unos años y por algún motivo me perdí ese bolo. La primera vez que escuché a Kantz cantar fue por Carlos. Me pasó el primero de De La Cuna a la Tumba y me voló la cabeza. A raíz de esto, Carlos había tenido contacto con Kantz hacía tiempo y le hizo ilusión enviarle un paquete con merch de Viven y Kantz, súper agradecido, publicó algo en redes sociales. Todavía estábamos componiendo los temas y comentábamos que sería épico que colaborase en algún temilla. Victor (Ànteros) me puso en contacto con él, le pasé “Debes mandar” y cuando nos devolvió las voces ya metidas nos quedamos con la boca abierta.

No es la única colaboración del disco…
Adam Vives (Soul Aside, Madee) también colabora haciendo unas segundas voces en “Alabarda” Cuando antes comentaba las cosas buenas que le han pasado a Viven en esta primera etapa, Soul Aside es una de ellas. A parte de haber tocado ya unas cuantas veces juntos y siempre disfrutarlo infinito, se han convertido en grandes amigos.

Contadme algo de la grabación. Repetís productor, Santi García.
¿Qué decir de Santi? Es un titán. Verlo trabajar es un gusto. En Ultramarinos se huele el mojo y al entrar sabes que saldrás con algo grande. Para “El solitario”, nosotros mismos hicimos toda la grabación en el local, y cuando le llevamos las pistas a Santi y nos devolvió la mezcla no podía parar de pensar: ¿y si lo hubiese grabado todo él? ¿Cómo sonaría? Y si... Y si... De manera que esta vez no tuvimos ni que discutirlo. La decisión llevaba tres años y medio tomada. El tracking se hizo en Ultramarinos salvo las voces, que por un tema de fechas se grabaron con Jorge Mur en Ax Studio, y mezcla y mastering repetimos fórmula de “El solitario” con Santi y Victor.

¿Cómo creéis que encajarán vuestros seguidores este cambio? ¿Qué feedback estáis teniendo? Ya habéis lanzado un tema y, sobre todo, habéis tocado algunos temas en directo.
Nuestros seguidores son en su mayoría amigos nuestros y de momento todo el feedback que nos han dado es positivo. Nos comentan que el cambio a castellano les ha sorprendido muy gratamente, cosa que nos ha hecho respirar un poco más tranquilos. A ver si ahora se animan a cantar algo en los conciertos.

Presentación del disco el próximo 27 de abril, en la BeGood. ¿Tenéis más fechas? ¿Planes de futuro a corto plazo?
Pues queríamos lanzar el disco antes de la entrada de temporada de festivales y por lo menos presentarlo en Barcelona. Verano siempre es una época complicada y la mayoría de festis están ya cerrados. Así, con el disco ya lanzado, será más fácil preparar de cara a otoño invierno unas cuantas fechas más para presentarlo en el mayor número de sitios posibles.

 

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