Viva Suecia andan de enhorabuena. A penas unos minutos antes del inicio de nuestra charla, acaban de recibir la noticia de que su flamante nuevo álbum “El amor de la clase que sea”se ha convertido en número 1 de ventas en España y, aunque era algo que se veía venir dada la evolución siempre ascendente del grupo, no por ello es menos celebrado. Nueve años después de su primer ensayo, los murcianos están recogiendo los frutos más dulces de lo sembrado durante todo este tiempo. Porque, aunque lo haya podido parecer, lo suyo no ha sido resultado de un pelotazo inesperado... (Rafa Val, cantante) “Me alegra muchísimo que digas esto porque, al principio, se nos tomó como una banda que iba a pegar el pelotazo muy rápido y, aunque es verdad que nos fue muy bien ya desde el principio, en realidad nosotros lo hemos vivido como que todo ha ido pasito a pasito. Cada disco un poquito más, cada gira otro poquito más. Y cuando llegó “El Milagro” (Subterfuge,19) que sí estábamos en ese momento en el que parecía que íbamos a pegar, llegó la pandemia y.. Pero sí, ha sido una suerte que todo haya tenido este proceso, porque el éxito repentino debe ser algo muy difícil de digerir”. Un triunfo que además viene franqueado de grandes canciones o de lo contrario sería muy difícil de sustentar. Porque si algo tiene este “El amor de la clase que sea” son temas ganadores como “Justo cuando el mundo apriete”, “No hemos aprendido nada”, El bien” o “El rey desnudo”. Canciones que se quedan grabadas a fuego e invitan a corear. Melodía, guitarras, épica y un tono general con grandes dosis de esperanza. La misma de la que andamos todos muy necesitados en los tiempos que corren. (Rafa Val) “Es verdad que a cada disco que hemos hecho, hemos ido añadiendo gradualmente unas cucharaditas más de esperanza. Ya “El Milagro” (19) era un disco mucho más luminoso que los anteriores, pero ahora, es un disco que si lo comparo con “El amor de la clase que sea”, hasta me parece oscuro”... (Alberto Cantúa, guitarra): “Ese era un mensaje que dimos a todo el mundo que ha colaborado en el disco de una manera u de otra, tanto en el arte, como los productores, discográfica... todo el mundo tenía ese mensaje de aferrarse a lo bueno. Y es que después de tanto palo, sacar un disco bajonero hubiera sido muy duro”.
“El amor de la clase que sea” es un disco que, más allá de ese halo de esperanza y luminosidad que lo envuelve, presenta novedades en lo que al sonido de la banda se refiere. Y es que la propuesta de Viva Suecia ha evolucionado a la par que crecido en base a dos directrices que se hacen muy evidentes desde la primera escucha. Tanto la voz de Rafa como el golpeteo de la batería han ganado protagonismo y se sitúan ahora en el primer plano de la grabación, apuntalándola con una fuerza inédita hasta la fecha. (Rafa Val): "Para ir hacía donde queríamos ir, esas eran dos piezas claves. Por lo general nosotros hemos enterrado mucho la voz y, aunque la hemos ido sacando disco a disco, esta vez era un elemento que tenía que quedar clarísimo. Y en cuanto al sonido de la batería este es el disco en el que con diferencia más hemos trabajado las baterías pero de largo". (Alberto Cantúa, guitarra) “Yo creo que la batería y la base rítmica en general es lo que menos se trabaja en las producciones hechas aquí y es lo que más nos diferencia de las grabaciones que se realizan fuera. Por eso hemos estado escuchando mucho grabaciones de grupos guiris para ver como trabajan por ejemplo los platos y no solo la caja o el bombo... Y en cuanto a la voz ¡Joder! No lo va a decir Rafa, pero tenemos una de las mejores voces de este país y daba mucha rabia ver enterrada una voz tan bonita. Era como tener a Messi sentado toda la primera parte en el banquillo (risas). Así que era una cosa que se tenía que hacer, una cosa ya de sentido común”. Y en esa búsqueda intensa de lo que se cuece ahí afuera, y a raíz también del arreglo de saxo que aparece en “El bien”, surge en nuestra charla el nombre del productor de moda en Estados Unidos y la influencia que, sin él saberlo, ha ejercido sobre “El amor de la clase que sea”. Nos referimos a Jack Antonoff quien, ya sea con su banda Bleachers o produciendo y co-escribiendo temas junto a artistas como Taylor Swift, Lorde, Lana del Rey o de forma reciente con The 1975, está contribuyendo a cimentar el sonido de esta década, fusionando la tradición indie con el universo mainstream, sin perder una pizca de autenticidad en el resultado. (Rafa Val) "Entre nosotros todo esto es algo que veníamos hablando desde hace tiempo. No entendemos porqué es Estados Unidos Jack White podía hacer un tema con Beyoncé o Bon Iver trabajar con Taylor Swift y en España no se puede hacer eso ¿Por qué? Porqué aquí tienes que ser indie desde el primer día y morir indie y tu carrera no puede ser una sucesión de registros o intereses. Mira, el otro día fui a ver el documental de Bowie ("Moonage Daydream") (Ndr) y hablando sobre la trilogía berlinesa le preguntaban que porqué quería dejar de ganar dinero y hacía discos tan raros y, poco después, con “Let's Dance” le decían todo lo contrario, que porqué se había vendido de esa manera y había hecho esas concesiones. En ese contexto parecía que Bowie se había vendido, pero hoy en día todos los que adoramos a Bowie adoramos “Let's Dance”, adoramos “Fame” y adoramos “Golden Years”. Entonces es un debate estúpido hasta la saciedad. Es tan fácil como escuchar una canción y que te guste o no. Ya está, se acabó". (Alberto Cantúa, guitarra) "De hecho veréis cosas nuestras más adelante en la que trabajaremos con gente más mainstream”. Escuchando todo esta información a uno le da la impresión que, más allá de sustituir en este disco al habitual Carlos Hernández, productor conocido por sus trabajos con Triángulo de Amor Bizarro, Los Planetas o La Habitación Roja, por la dupla formada por los catalanes Santos y Fluren, responsables del sonido de discos de Love Of Lesbian, Sidonie o Izal, hubo la tentación de salir a grabar fuera... (Rafa Val) “En realidad lo hemos pensado varías veces, pero para qué hacer eso si todavía no hemos explotado todas las opciones que tenemos aquí. Hay productores aquí increíbles, pero no solo en el indie o en el rok, también hay productores dentro del mainstream que están deseando currar con una banda de rock y que son musicazos increíbles, así que hay muchas opciones. Entonces gastarnos una pasta en contratar a un tipo al que va a costar convencerle de lo que hacemos para él también es importante, y tener una comunicación entrecortada con él porque ninguno de nosotros sabe hablar un inglés fluido y demás, iban a ser muchas trabas teniendo en cuenta el talentazo que tenemos aquí. Así que de momento la idea es seguir explotando las bazas que tenemos aquí y ojalá un día podamos hacer un disco con Antonofff, para mi sería un sueño". (Alberto Cantúa) "De hecho Antonoff regaló por su cumpleaños un montón de recursos que usa en canciones y en “El bien” hemos cogido algún sampler suyo. Además creo que incluso Santos se lo llegó a decir porque el propio Antonoff pedía que si alguien hacía uso de ello le mandara el resultado, aunque me parece que no hemos obtenido respuesta" (risas).
Llegados a este punto no puedo obviar el hecho de que el single más importante y escuchado del disco “Justo cuando el mundo apriete” ha estado grabado y producido con la implicación total de un músico como Leiva, que el año pasado ya demostró en esa maravilla de álbum titulado “Cuando te muerdes el labio” que sabe manejarse muy bien a la hora de trabajar mano a mano con otros músicos. (Alberto Cantúa). "Lo de Leiva es que ha sido una forma de trabajar totalmente diferente y se nota. En esa grabación hay muchos instrumentos grabados en directo tocando todos a la vez, cosa que no habíamos hecho nunca. Y, luego, eso nos sirvió también para cuando grabamos “La parte difícil”, que es la canción con Luz Casal, y hacer tomas en directo con toda la banda tocando. Todo eso son cosas que de hecho nosotros nos negábamos a hacer y lo hicimos casi a regañadientes y medio engañados (risas) Pero ¡Fíjate! Lo aprendes a hacer y hay que reconocer que le da una textura diferente a todo”. (Rafa Val) “El ochenta por ciento de bandas indies de este país se metería en un estudio con Leiva y fliparían. Porque es un batería increíble, es un bajista increíble, es un guitarra extraordinario, es un gran compositor y encima es un productor que tiene un control absoluto de todo lo que pasa en la canción. Es que es un placer meterse en un estudio con él porque solo puedes aprender. Y el el caso de Luz (Casal) pues es estar con un tótem, con historía viva de la música en castellano a nivel mundial. Y en el caso de Dani (Fernández) seguramente es el tipo más valiente en este país en lo musical. Hemos tenido muchísima suerte de tener a toda esta gente en nuestro disco”. Tres colaboraciones las de Luz Casal, Leiva y Dani Fernández que en cierta medida encarnan el pasado, presente y futuro del pop de esta país... (Rafa Val) “Hace poco leí algo así como que Viva Suecia se escapaba del indie para llegar al pop español a secas ¡Joder a secas! (risas) Vamos a ver, me viene a la cabeza Radio Futura, Duncan Dhu, todos los disco de Luz.. ¡Ostras! Para mi el pop español no es a secas. Para mi el pop español es una cosa muy importante y a la que le tengo mucho respeto. Y en este caso tenemos colaborando en el disco a tres generaciones muy distintas del pop español que son monstruos". (Alberto Cantúa) "De hecho a Duncan Dhu los tenemos presentes un poco en “El mal”. Ya le escribí a Mikel (Erentxun) explicándole que estaba muy inspirada en él, en su trabajo y que ojalá algún día pudiéramos tocarla juntos”.
No cabe mantener una charla con Viva Suecia, y más concreto con Rafa Val, sin hablar de otra de los puntales de su propuesta y me refiero, claro está a las letras de sus canciones. Textos que tienen esa capacidad para, desde lo individual e íntimo, tornarse en una experiencia universal y compartida. Una forma de escribir que yo percibo como intuitiva y no maquinada, pero no sé si estoy en lo cierto. (Rafa Val) “En cierta modo sí. Es verdad que en los primeros discos me tomaba demasiado en serio cada frase, cada palabra, y acababa por volverme un poco loco y en muchos casos, echando la vista atrás, empeoraba las cosas. Me volvía demasiado enrevesado. Y justo en este disco he empezado a hacer una cosa, que pasa en algunas canciones del disco, que es escribir lo primero que me viene de la forma más fresca posible y ya luego corregir las cosas con las que no estoy de acuerdo. Por ejemplo “Justo cuando el mundo apriete” es la canción más rápida que he escrito en mi vida. Luego tiene correcciones, evidentemente, pero porque necesitaba trabajar de esa manera. Luego hay otras como “Gracias” que si tiene mucho más trabajo de letras y sí que se habla de algo mucho más profundo. “Lo siento” también lleva mucho más trabajo porque es una canción de amor que empieza cuando acaba la relación y termina con los inicios, con la parte bonita de la relación y sí que debía tener una estructura y estar muy bien forjada en cuanto a métrica. Pero sí, creo que lo has notado porque esa era la intención y el disco se ha visto favorecido en muchos puntos".
Pues no cabe más que volver a darle al play y dejar que ese amor, sea de la clase que sea, nos inunde de nuevo y nos aporte ese halo de esperanza que ayude a afrontar el día a día. Que buena falta nos hace.
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