Viva la vida
EntrevistasAvenged Sevenfold

Viva la vida

Toni Castarnado — 07-09-2010
Fotografía — Clay Patrick McBride

El grupo estadounidense Avenged Sevenfold sufrió una pérdida irreparable: su batería, el carismático Jimmy Sullivan, moría el pasado mes de diciembre. Una noticia trágica y una conmoción enorme que han dado como resultado “Nightmare”, un quinto disco de estudio dedicado a su amigo.

Superar la muerte de un amigo no es fácil, sobre todo si a eso se le suma que Avenged Sevenfold estaban trabajando en el quinto disco de estudio de su carrera. A su alrededor todo se hacía añicos debido al golpe, pero debían seguir adelante. Se lo debían a Jimmy Sullivan, y “Nightmare” es el homenaje que le han dedicado. “Es un momento extraño: perdimos a nuestro amigo, y en cambio ahora nuestro disco es número uno en Estados Unidos. Estamos agradecidos y felices, y, aunque suene contradictorio, no dejamos de estar tristes ni un solo momento. Su espíritu está en todas las canciones, que son las que él creó, pero con un sonido y un sentido en general más oscuro. Este disco es un regalo para él. Es mágico y contiene música increíble. Es perfecto”. Tras el éxito inesperado de “City Of Evil” (2005), en el que cambiaban un poco su sonido –del hardcore de sus dos primeras referencias pasan al metal-, llega la confirmación con el continuista “Avenged Sevenfold” (2007) y con “Live In The LBC & Rough Diamonds”, un doble con un DVD en directo y un disco con temas inéditos y versiones de Pantera, Iron Maiden y Black Sabbath, que son la antesala antes de llegar a la culminación de un disco como “Nightmare”. “Cada disco que hacemos suena cien por cien Avenged Sevenfold. Este es más largo, como ‘City Of Evil’ pero más oscuro. Somos como Metallica: cada disco es distinto, con cambios claros desde ‘Kill Em’ All’ al álbum negro. La voz de James Hetfield va mutando y cada vez parece que cante como si estuviese más y más cabreado”.

En ausencia de Jimmy Sullivan (también conocido como The Rev), fue Mike Portnoy, batería de Dream Theater, la persona que se ofreció a ocupar el puesto. “Es una gran persona. Si no fuese por él no hubiese sido posible acabar el disco. Nos ofreció su ayuda. Jimmy era una gran seguidor suyo, escuchó las demos que él dejó grabadas, las siguió al pie de letra, aunque le dio su toque personal. La pena será que, para él, resultará complicado combinar a Avenged Sevenfold con Dream Theater en gira. Estará con nosotros hasta final de año y luego veremos que pasa, aunque supongo que deberemos buscar un nuevo batería”.
Para concretar el sonido de “Nightmare”, esta vez el grupo ha contado con Mike Elizondo (Eminem, Fiona Apple o Dr. Dre) para llevar las riendas. “Autoproducir nuestros discos fue divertido, pero necesitábamos un cambio. Nos pasaron una lista con muchos nombres, nos recomendaron algunos, y al final optamos por Mike. No queríamos sonar como Metallica o Guns n´Roses, nos apetecía algo que fuese diferente, una persona externa que no estuviese contaminada por nada”. La gran diferencia con respecto a otros discos del grupo de Orange County, radica en el hecho que cada vez suenan más épicos. Un ejemplo sería un tema como “Save Me”. “Queríamos que sonase más épico, que fuese muy creativo, aventurero, como ‘City Of Evil’, pero explorando esta vez otros sonidos, otros lugares, y sí, que sonase muy épico, mucho, y obviamente, más emocional si cabe”.
Paul Grey, batería de Slipknot, murió hace unos meses, dejando una huella imborrable en sus fans y en quienes le conocían. Una terrible coincidencia, un dolor compartido. “Cuando me enteré que había muerto Paul Grey, mi corazón pensó que eso no era posible. Lloré desconsoladamente. Creo que hay dos personas juntas que son increíbles que están en el cielo. Paul era un gran fan nuestro. Tenía mucho talento, era uno de los ideólogos de Slipknot, una de las bandas más importantes en la historia del metal”.

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Viva la vida
EntrevistasOwl City

Viva la vida

Joan S. Luna — 26-03-2010
Fotografía — Archivo

Adam Young es un jovencito cristiano que, en apenas unos meses, ha pasado del anonimato a convertirse en un habitual de las listas estadounidenses. Alcanzó el número uno con el single “Fireflies”, que ahora, siete meses más tarde, llega a España con la publicación de “Ocean Eyes”, su segundo largo.

Si algo aprende uno de los americanos y de su forma de entender la vida es que (generalizando, con todo lo bueno y lo malo de eso) suelen ser más positivos, más infantiles a primera vista. En la tierra de las oportunidades, cualquier hijo de vecino parece alegrarse de que un tipo como Adam Young empezase componiendo canciones en el sótano de sus padres cuando trabajaba en un mohoso almacén de refrescos y ahora sea uno de los tipos más populares a lo largo de los cincuenta estados. Son millones los que comparten su cándido punto de vista sobre la vida, esa positividad religiosa que, sin radicalismos, añade luz a la vida y no sombras. Y claro, en España sorprende. Sorprende porque la envidia está a la orden del día. Cuando surge un fenómeno similar soltamos lagartos por la boca. Por eso, desde ahora, me gustan un poco más los americanos. Pero hablemos de Owl City, es decir, de Adam Young, un tipo que sigue sin creerse lo que le ha pasado. Tras el Ep “Of June” y el álbum “Maybe I’m Dreaming”, Young editó “Ocean Eyes”. Corría el mes de julio de 2009. Unos meses más tarde el single “Fireflies” se convertía en número uno en Estados Unidos y Canadá. Ahora llega a nuestro país. “Fue algo totalmente inesperado. Nunca imaginé que mi música iba a conectar con la gente de una forma tan orgánica. Por eso me pilló totalmente desprevenido cuando el álbum empezó a tener éxito. Al principio empecé a hacer canciones solamente para mí, con mi única perspectiva como oyente. Quería escribir un disco que me gustara lo suficiente para dirigirme a la tienda y comprarlo con un dinero que cuesta ganar”, me contesta Young. Yo lo hice, compré hace meses su disco. Y me alegro, pese a que sea un placer culpable a la altura del primer trabajo de Keane. Pero no voy a engañarles. “Ocean Eyes” me gusta y algunas de sus canciones me alegran el día. Pop electrónico y comercial sin demasiados miramientos, un tanto por ciento de emo pop de ese que funciona en las listas y la sombra de The Postal Service vigilando desde muy cerca. “Considero la comparación muy interesante, sobre todo porque nunca han sido una gran influencia para mí. Supongo que mucha gente ha pensado en eso porque ambos proyectos usan sintetizadores y cuentan con canciones optimistas y con ritmo. Más allá de eso, supongo que no puedo ver muchas más similaridades obvias”. De todos modos, es bien sabido que Adam Young no hubiera llegado hasta donde lo ha hecho sin el meteórico éxito del single “Fireflies” ¿Su mejor canción? “¡Sigo sin creer que ‘Fireflies’ haya conseguido lo que ha conseguido! Aunque un artista nunca puede definir realmente su mejor trabajo. Eso siempre será algo que definan los demás. Nunca imaginé que ‘Fireflies’ podría llegar a impactar a tanta gente, pero sí te diré que estoy tremendamente agradecido por una respuesta tan increíble”. Ahora bien, en directo Owl City es un conjunto de cinco personas, dos chicos y tres chicas, todos ellos con una sonrisa perenne en la boca. “Las actuaciones de Owl City tienen un aire casi orquestal, con lo que diría que son más un concierto que un show, o eso creo. Me interesa ofrecer algo más refinado y con clase que el típico concierto en un club de rock. Llevamos sección de cuerdas, percusiones, campanas… En cambio, en estudio, me gusta que se entienda la electrónica desde un punto de vista compositivo, tanto como se hace para una película o un documental sobre la naturaleza. Me gusta la idea de trabajar en capas y la viabilidad de sentarme frente a un ordenador durante días y días y trabajar en una pieza musical hasta que esté completamente acabada. Me parece algo atractivo”.Le comento que quizás los americanos estén mucho más influidos por la religión que los europeos, que algunos de los grupos estadounidenses con los que he disfrutado no esconden para nada su filiación católica. “Mi fe es la razón por la que hago lo que hago. Es el combustible que me conduce a crear y a imaginar. Pero no creo que eso sea algo más común en un grupo de gente que en otro”. En todo caso, uno siempre se alegra de que triunfen las buenas personas y no los envidiosos. Quién sabe, quizás Dios sí exista y nos vigile desde las alturas. “La verdad es que nada ocurrió de la noche a la mañana, pero las cosas cambiaron considerablemente para mí en un espacio de aproximadamente seis meses. Mi vida sigue cambiando drásticamente y todo sigue siendo muy extraño. Veo el pasado como si alguien me estuviera observando a través de un microscopio. Todo es muy distinto para mí en estos momentos, y debo añadir que todo para mejor. Una buena parte de mis sueños se han hecho realidad”.

Un comentario
  1. Tío Adam young lo vale.
    Me gusta mucho que tenga fé como yo y mi familia, es más para mi es otro motivo para escuchar su música, que ya en si es muy buena y positiva...
    espero que siga así.

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