Dicen que Jason Finn cortaba el bacalao en el grupo a pesar de llegar el último -desde Dave Dederer y Chris Balew eran amigos desde la adolescencia-. La veteranía es un grado y el reconocido batería ya había dado buena cuenta de sus habilidades en Love Battery (grupo tan reivindicable como los mejor tratados Mudhoney, y sino escuchen "Dayglo" o "Far Gone", dos discos de difícil estructura a medio camino entre el noise, la indie music, el garage y el pre-grunge, aunque si quieren hacerse un regalo de categoría "Straight Freak Ticket" les colmará de satisfacción, aunque nuestro entrevistado ya no formase parte de la formación en aquellos tiempos). Finn había dado un gran paso tras conocer a esa curiosa pareja y decidirse a completar la alineación de un grupo dispuesto a comerse el mundo. Un debut con un buen puñado de hits que bailó hasta el más despistado y un disco que acumuló ventas y ventas hasta convertir a sus creadores en un trío multiplatino. El fin de la historia ya lo conocen: una continuación bastante irregular y un epitafio en forma de compilación de versiones, caras B y descartes de escasa trascendencia, que significaron la defunción como banda de PUSA. "Todo se desbordó de una manera desproporcionada, nunca hubiésemos imaginado el éxito que llegamos a tener y no supimos asumir lo que había ocurrido. Eso afectó a la carrera del grupo y la edición del segundo disco nos dejó en evidencia, allí faltaba frescura y el espíritu divertido que presidió los inicios del grupo desapareció sin saber por qué. La tensión y la responsabilidad se había apoderado de todos nosotros".
"La gente necesita sentirse feliz y con nuestra música lograban obtener ese sentimiento que a veces resulta tan utópico e inusual"
Por aquel entonces, la desaparición del trío nos dejó a todos algo decepcionados, porque uno no se topa todos los días con un trío tan particular, tan optimista y tan sobrado de buenas vibraciones. "Reconocemos que fuimos un soplo de aire fresco. La gente necesita sentirse feliz y con nuestra música lograban obtener ese sentimiento que a veces resulta tan utópico e inusual". Tras la debacle, ¿qué ocurrió? Nuevos proyectos, unos objetivos totalmente opuestos a los pensados inicialmente y un final precipitado. ¿Tanto puede cambiar el día a día de un músico en paro? "Nuestros esfuerzos se han centrado principalmente en hacer más numerosas nuestras familias. Todos hemos tenido hijos, algunos por segunda vez, y hemos querido disfrutar ese momento que no te puedes permitir si estás de gira, en el estudio o con la agónica promoción de tus malditos discos. Musicalmente me involucré en algún proyecto, pero siempre a nivel local, aunque al final todos han sido grupos que han conseguido editar sus respectivos discos. Dave y Chris tampoco se han mantenido inactivos del todo y también han ido haciendo sus cositas".
De todos modos, apuntemos que "Freaked Out And Small" no ha visto la luz por arte de magia. Detrás del disco hay una historia, unas circunstancias y una serie de casualidades que han dado como resultado tan reconfortante y vitaminado trabajo. "El rapero Sir Mix-A-Lot nos reclamó para un proyecto que tenía entre manos desde hacía una buena temporada. Con él, bajo el nombre de Subset se editó un single y de manera excepcional decidimos hacer una docena de fechas para dar a conocer el single y así prestar nuestra ayuda tanto a nuestro paisano de Seattle como a Musicblitz, la compañía de Subset. Tras tanto tiempo nos sentimos muy motivados y empezamos casi sin querer a facturar temas. Uno de ellos encandiló a los responsables del sello, con lo que nos ofrecieron un contrato para grabar un nuevo disco. Nuestras condiciones eran no tener que hacer promoción, ni giras, y que se olvidaran de nosotros para hacer algo más. Nos encerramos en un estudio durante diez días y de esas sesiones salieron la totalidad de las canciones. No hubo ensayos previos, ni una idea preconcebida. Sencillamente entramos, grabamos y a casa". Por allí apareció un personaje muy especial; para ellos y para nosotros. "Duff McKagan se apercibió de nuestra presencia en aquellos estudios y decidió poner su granito de arena en una de las canciones. Por suerte el creador de "Appetitte For Destruction" estaba allí con nosotros y no con esa patética formación que todavía usa el nombre de Guns´n´Roses". Los Presidentes no volverán a deleitarnos con nada nuevo, de la misma manera que dudo que los Estados Unidos vuelvan a quedar tan en ridículo ante el mundo como con el bochornoso escándalo del recuento de votos. "Eso no hubiese sucedido jamás en un país como Inglaterra o Alemania, un espectáculo de esas dimensiones sólo tiene cabida en una sociedad como la americana".
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