Julián, Iker, Ángela, Rafi y Elena son Vicente Calderón, una de las propuestas más ilusionantes de esta nueva ola de artistas que han venido a demostrar con méritos propios la buena salud del rock patrio. Su debut, de título homónimo, es un catálogo de diez balazos dirigidos al pecho que con acidez, queja y desenfado dejan pocas dudas sobre el momento vital y generacional de sus responsables.
“En nuestras canciones hablamos de amor, de desamor, de pisos inalcanzables y de vidas miserables. De resignación y de nuestro propio egocentrismo. De estar muy tristes y de saber que, pese a todo, siempre nos quedan nuestros amigos. Todo desde una perspectiva generacional y muy personal”, dice la banda con respecto a lo que podemos esperar en este, su primer LP. “Este disco es el grito de una generación cansada. Una crítica hacia lo que hemos heredado de las generaciones anteriores y hacia esos errores que aunque ya no tengan solución para ellos, para nosotros tal vez sí. Los grupos de ahora, formados por gente joven, no solo queremos cambios a corto plazo, sino también soluciones de verdad.”
“El rock, aunque parezca una fiesta, también está hecho para reflexionar. Y mucho más si encima va cargado de dosis de humor”
Las palabras de Julián, vocalista de la formación, toman un mayor sentido cuando escuchamos temas como “Costa Marrón”, su particular himno contra la especulación inmobiliaria con el que han conseguido demostrarle al público que su propuesta se mueve más allá de los tópicos de sus coetáneos: “El rock, aunque parezca una fiesta, también está hecho para reflexionar. Y mucho más si encima va cargado de dosis de humor”, subrayan. “Por suerte, muchos grupos de hoy en día quieren que la peña, además de pasárselo bien con sus canciones, también piense y desarrolle su criterio. Hablar del amor está muy bien, pero hablar de la especulación inmobiliaria y de esos problemas que nos afectan tanto a todos es aún mejor. Si los que tenemos altavoces y medios para hacerlo no lo gritamos y lo dejamos claro, ¿quién lo va a hacer?”
Por ello, y en aras de hacerle justicia a esta filosofía creativa tan subversiva, no han dudado en contar en su disco con nombres que son una declaración de intenciones por sí mismos, como es el caso de la divertida e irreverente Samantha Hudson, voz adicional en el tema “Dientes Rotos”: “Tenemos una suerte increíble de haber trabajado con Samantha, por ser cómo es y por involucrarse en el trabajo de un grupo que está dándose a conocer ahora”, dice Elena, batería. “Desde que fichamos por Subterfuge queríamos hacer una colaboración con ella. Era nuestro sueño y aquí la tenemos. Samantha es una persona esencial para la sociedad, con un papel fundamental entre la juventud. Todo lo hace siempre desde una visión totalmente distinta, juntando su perspectiva crítica con una comedia única, desafiando la normatividad y haciendo de Internet su herramienta activista. Gracias a ella se visibilizan muchas realidades y es toda una referente.”
Y es que, tal y como la propia banda insiste en resaltar, ni la comedia ni la sorna están reñidas con la elaboración de un discurso crítico y mordaz: “Un disco va a llevar una dirección u otra dependiendo del momento en el que te rompan el corazón”, cuenta Julián entre risas. “Es totalmente compatible escuchar en un mismo disco un tema como “Dientes Rotos” y luego otro como “Costa Marrón”, para hundirte posteriormente con canciones como “Última Fiesta”. Si lo piensas, hasta tienen cierta conexión.”
Las de Samantha Hudson y Suarma de Niña Polaca (“Himno de las Flores”) no son las únicas caras conocidas del disco, pues los chicos de Cora Yako también se suman al proyecto con una interesante participación en la producción: “Carlos y Luís han sido las piezas que nos faltaban para sonar con la fuerza y la energía que queríamos. Han sabido leernos y sacar el carisma del grupo a relucir. Teniendo en cuenta que admiramos mucho a Cora Yako, ha sido un honor trabajar con ellos.”
Con “Vicente Calderón”, el grupo firma un comienzo de año que sus propios miembros reconocen será difícil de superar: “El hecho de que un sello como Subterfuge nos diera su confianza y apostara por nosotros fue un gran orgullo”, reconocen. “Al 2025 no le pedimos mucho. Que a la gente le guste el disco, que lo disfruten tanto como nosotros y, si hay suerte, poder defenderlo con una girita por todo el país, que al final es lo que nos hace felices.” Por supuesto, tocar en el Estadio del Atlético de Madrid es también una de sus metas, aunque no sabemos hasta qué punto les cerraría puertas el hecho de que Julián sea merengue: “Yo creo que nos recibirían con agrado. No hay que discriminar a ningún insensato por sus errores [risas].”
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