“En realidad nunca ha habido una idea concreta sobre cómo debíamos sonar”, explica Casey Wescott, teclista del grupo desde algún sitio en Los Ángeles. “El proceso fue muy orgánico y natural”. Así describe los inicios de Fleet Foxes. El grupo nació en Seattle en algún momento anterior a 2006 y desde hace un año la prensa especializada parece haberse puesto de acuerdo para señalarles como una de las bandas más prometedoras de la escena americana.
"Lo que verdaderamente nos preocupa es seguir haciendo música que nos emocione a nosotros mismos" |
Las razones de tanta excitación están en el Ep “Sun Giant” y en un álbum de debut homónimo, para los cuales han contado con la colaboración de Phil Ek (Built To Spill, The Shins, Modest Mouse) y en los que han dado forma a una visión musical que recorre con una simplicidad tremenda el folk, el country, el pop y el rock de las últimas cuatro décadas sin abandonar un sonido personal y evocador. “Fleet Foxes” es otro de esos aspirantes a debut del año, aunque parece el trabajo de una banda veterana a juzgar por la tremenda complejidad de las estructuras, su dominio de la melodía y la riqueza de arreglos y tretas de todo tipo, dotando a su debut de una profundidad sobrenatural. “Tratamos cada canción de forma diferente”, explica Wescott, el miembro de más edad del grupo y también parte de Seldom, grupo en el que también encontramos a Casey Faubert de Pedro The Lion. “En realidad partimos de melodías muy simples, pero luego vamos probando todo tipo de desarrollos y estructuras, creamos otros o incluso convertimos dos canciones en una sola. La melodía es siempre el punto de referencia, intentamos que aparezca de una forma simple y clara”.Las melodías son obra de Robyn Pecknold, cantante y guitarrista del grupo y cuya pinta ha provocado que en cada entrevista Fleet Foxes deban aclarar si son o no son hippies. Además, no cuesta seguir el rastro en su música de bandas como Love, Crosby, Stills, Nash & Young, como tampoco de The Beach Boys, aunque Wescott tira balones fuera. “No estoy seguro de cuál es el origen del sonido del grupo, porque ninguno de nosotros escucha un tipo de música en concreto así que supongo que cómo sonamos es resultado de haber puesto en común la música que nos emociona, pero de una forma bastante natural y nada forzada”. Su fichaje por Sub Pop en Estados Unidos, en cualquier caso, parece lógico si tenemos en cuenta que ese mismo sello publica los trabajos de Band Of Horses, Iron & Wine y que ha publicado el debut de Grand Archives casi coincidiendo con el de Fleet Foxes. Con todos ellos tienen cosas en común, aunque también divergencias. “No somos familia ni nada por el estilo”, bromea Wescott, hablando de estos últimos. Quizás, la figura más importante en el destino de la banda haya sido Phil Ek, productor que ha sabido explotar al máximo la expresividad del lenguaje musical del grupo aumentando el efecto de esa cualidad rústica que parece servir de hilo conductor en “Fleet Foxes”. “Queremos a Phil. Es el tipo de productor que te ayuda a conseguir el sonido que realmente necesitan tus canciones sin imponerte nada. Hemos pasado mucho tiempo juntos. Nos conocíamos antes de empezar a trabajar en el estudio, así que hemos podido hablar largo y tendido de lo que queríamos, de nuestras ideas y de las canciones”. De esa colaboración ha salido uno de esos álbumes que no puede ser entendido separado de su E anterior, “Sun Giant”, una suerte de prólogo a lo que vendría. Juntos revelan a una banda con un lenguaje propio y suman un conjunto de canciones que van mucho más allá de lo que uno espera de unos primerizos: “Mykonos”, “White Winter Hymnal”, “Drops In The River”, “Your Protector” y demás. Hay algo en ellos que parece estar más allá del tiempo, que los aísla y distancia de otros grupos de su generación y justifica la gran recepción que ha tenido su debut. “Que la gente se interese por tu música es importante, pero lo que verdaderamente nos preocupa es seguir haciendo música que nos emocione a nosotros mismos”.
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