Si bien la carrera del músico no es como la del deportista, ambos tienen algo en común y es el hecho de que en determinado momento deben reinventarse para seguir trazando el camino. Usualmente el deportista lo hace de manera más fría y estratega mientras que el músico necesita encontrar nuevos laberintos de autodescubrimiento y así seguir alimentando a ese tesoro individual que es la inspiración.
Dennis Lyxzen, aquel joven sueco de pelo teñido de negro que se desgañitaba en el vídeo de “New Noise” de Refused en 1998, abriendo un portal inmenso para el universo punk-hardcore, ya no es tan joven pero se las ingenia para no perder su frescura.
Luego de aquella pequeña-gran revolución con Refused, se han movido montañas en su mundo (The (International) Noise Conspiracy, INVSN, Fake Names, fueron y son algunas de sus bandas) y la actualidad lo lleva a formar Vännäs Kasino cuarteto de punk tan sucio como alineado y solvente, en el que comparte filas con gente de Rome Is Not A Town, Cult of Luna, Phoenix y Doughnuts. Recientemente lanzaron su primer vinilo a través de Clouds Hill.
Vännäs Kasino no es solamente un proyecto musical. Como buen activista, las ideas de las que Lyxzen forma parte siempre tienen fundamento, carácter inherente a un socialista de valor, coherente y (a su manera) optimista. Aquí nuestra charla desde su casa de Umeå.
¿Qué os llevó a formar esta nueva banda?
¡Es que no tenía suficientes bandas! (risas) La idea inicial fue guiada por el hecho de que me encanta ensayar, ir al local de ensayo y tocar. INVSN es una banda que ensaya mucho, pero cuando la mitad de ellos se mudaron a Estocolmo dejamos de practicar, solo lo hacemos cuando hay giras o grabaciones. Echo de menos estar en ese lugar. Ya sabes, Fake Names viven en EEUU, Refused están todos desperdigados por Suecia, entonces ¿cómo puedo formar una banda en Umeå donde toquemos una o dos veces por semana?
Además echaba de menos tocar la guitarra.
Por ahora ¨Vännäs Kasino es una especie de banda misteriosa, no hay mucha información al respecto, además de la mini biografía en el sitio web de Clouds Hill, ¿hay alguna razón para esto?
Mmm… no realmente. Comenzó como algo para divertirnos y de pronto decidimos que no íbamos a poner nada de material en medios de streaming, lo cual hace que todo sea más interesante (risas) y luego creímos que a medida que fuéramos haciendo shows nos irían conociendo. No nos configuramos para ser algo como Ghost (risas). Es un proyecto de bajo perfil que irá creciendo a su ritmo. Nos pareció guay comenzar de ese modo pensando en que hay muchos “ex miembros de” en esta banda.
"Si “Dark Side of the Moon” de Pink Floyd fuera lanzado hoy en día vendería 400 copias en vinilo"
También me gustaría saber por qué eligieron esta forma de lanzar este disco, primero solo en vinilo, luego digital a través de Bandcamp y luego nuevamente en vinilo.
En primer lugar pienso que los servicios de streaming no tienen que ver con el arte, simplemente son compañías de tecnología buscando la manera de hacer dinero a partir del trabajo de los demás. Verdaderos capitalistas. Es raro ver como las bandas agradecen en plan “Gracias Spotify por ponernos y tus listas”. Tú y yo crecimos en un tiempo en que tenías que “luchar” por conseguir un disco que querías. Si recuerdas bien, escuchabas sobre un disco y quizá te llevaba un año llegar a tenerlo en tus manos.
Sí, exacto.
Nos pareció que era algo cool de hacer y si fuéramos una banda completamente desconocida, quizá tendría sentido subirse al streaming, pero al tener cierto reconocimiento por el hecho de que la gente sabe quienes somos y con solo anunciarlo en redes, la primera producción de vinilos se vendió de inmediato. Es un experimento muy cool ver cómo desarrollarse como banda sin los servicios de streaming. Solamente subimos el disco a Bandcamp para navidades como un regalo a los seguidores y luego lo bajamos cuando estuvo lista la segunda tirada de vinilos. La parte mala es que es un poco más difícil agendar conciertos porque los bookers se dirigen a los perfiles en los servicios de streaming para conocer la propuesta y nosotros solo tenemos un par de videos en directo en Youtube. Es muy interesante tratar de no ser tan dependiente del streaming, porque como músico, estas empresas no te devuelven nada. Quizá algo de exposición en alguna lista, pero Vännäs Kasino no es una banda con ese perfil. No sé, es raro ver como los músicos agradecen a esta maquinaria cuando en realidad yo creo que son rehenes de ella.
¿Fue esta una idea de la banda, del sello o en conjunto?
Fue algo que propusimos al sello. Es una idea colaborativa y ellos se entusiasmaron mucho con esto. Como sello, es una idea que hará que tu inversión sea menos recompensada, porque los sellos hacen un dinero decente con el streaming, pero así y todo nos súper apoyaron y cuando la primera producción de vinilos se vendió tan rápido se dieron cuenta que no hacía falta subirlo a las plataformas de streaming. Vendimos 500 copias con el boca a boca. Quizá lo subamos en el futuro, cuando el disco ya tenga un par de años.
En esta banda compartes funciones con algunos otros músicos con carreras musicales importantes y diferentes, y me gustaría saber en este caso, ¿cuáles son las influencias que tenéis en común?
Todos crecimos tocando punk y hardcore. Thomas, nuestro baterista, toca en Cult Of Luna, Phoenix y en una banda enorme de pop sueco que se llama Deportees. Cuando era adolescente tocaba hardcore. La idea fue hacer una banda de rock n roll rápido. Creo que eso es lo que tenemos en común.
El disco de VK es muy urgente, muy directo y rápido. En alguno de tus vídeos en tu show “Dennis Deep Cuts” hablabas del último disco de Swans y me llamó la atención que dijiste que necesitas paciencia para disfrutar de algunos tipos de música, lo cual concuerdo totalmente ¿No crees que las nuevas formas de escuchar música (servicios de streaming, pero sobre todo redes sociales) van en contra de la idea de tener paciencia para admirar una obra musical?
Creo que estás en lo cierto, completamente. Mi broma cuando hablamos de estas cosas es que si “Dark Side of the Moon” de Pink Floyd fuera lanzado hoy en día vendería 400 copias en vinilo, simplemente porque la gente no tiene la paciencia para sentarse y sumergirse en eso. Creo que aún hay gente que sí lo hace pero para mucha gente que usa plataformas de streaming, la música es algo que está de fondo e incluso suenan cosas que ni siquiera ellos eligieron. Diría que toda la música que hago te demanda algo, incluso si es punk rock, lo mejor es sentarse y enfocarse en ella. Amo la música a la que hay que prestarle atención. Uno de mis álbumes favoritos del último año es el de los chilenos de Föllakzoid, es hipnotizante, cada canción dura como 20 minutos y te exige que te metas realmente en ello, lo cual creo que es hermoso. Y es una lástima que la mayoría de la gente ya no escuche música de ese modo.
Sabes, yo no soy un coleccionista de vinilos como tú lo eres pero me gusta comprar vinilos y mi primer propósito al respecto es hacerme el tiempo para escuchar música. Darme el tiempo para meterme en ese pequeño ritual. Luego viene el audio, si la edición es de vinilo coloreado, si es de 180 gramos o lo que fuera, pero lo primero es que me obligue a sentarme y escuchar.
Vivimos en un mundo en el que todo está al alcance de nuestros dedos, cualquier disco, cualquier película (y esa es otra conversación, porque lo que está disponible en Netflix suele ser horrible, pero es numeroso), pero bueno todo es tan disponible y “accesible”... ¡Miramos el teléfono todo el tiempo! Entonces creo que la mayoría de la gente sí que tiene el tiempo disponible para sentarse y escuchar discos en lugar de elegir mirar shows de TV horribles de Netflix. Diez años atrás yo prendía la tele para ver lo que quería, no había algo que me lo impusiera. En Suecia durante muchos años tuvimos solo dos canales de TV, entonces la gente escuchaba discos y ahora con tanta cultura que consumir la gente toma el camino fácil y elige Netflix o Spotify. El tiempo está ahí disponible, pero elegimos ver una película mala de Adam Sandler.
Y hay muchísimas de esas (risas)
¡Totalmente! (risas)
Me gustaría saber cuáles son tus cinco discos más preciados de tu colección.
Lo intentaré. Hay una serie de bandas… (piensa) Minor Threat. Hay un par de 7 pulgadas de ellos que cambiaron el juego para siempre. “Reign in Blood” de Slayer es quizá el que más escuché en mi vida. Bad Brains, ese tipo de banda que definió una lógica. Su primer disco me flipa muchísimo. El segundo de Birthday Party, jodidamente fantástico y un ejemplo de algo que comienza con el punk y se vuelve algo totalmente distinto. Y ¿qué más? “Exile on Main Street” de The Rolling Stones, increíble disco.
Has estado y estás en muchas bandas, ¿alguna vez consideraste la idea de tener un proyecto en solitario?
Eh, no. Nunca sentí la necesidad. Me suelen preguntar, de los sellos sobre todo, pero mmm, no. No soy alguien que trabaje solo, soy un socialista y si hay algo que hago más o menos bien, pues si eso mismo lo hago con mis amigos, lo haré mejor. No me metí en esto para expresarme y lograr ser famoso o tener reconocimiento, solo quiero ser creativo y creo que es más divertido ser creativo rodeado de otra gente. En cualquier caso, ¿quién sabe? Quizá alguna vez lo haga, quizá intente algo completamente diferente.
La última vez que hablamos dijiste algo que me resonó: “Necesitamos un mundo en el que nuestros deseos sean más importantes que la economía”. En muchos países liderados por la extrema derecha las cosas no van en esa dirección. ¿Qué cosas te hacen seguir siendo optimista?
Es muy difícil responder esto pensando en cómo el mundo luce hoy día con este auge de las políticas de extrema derecha, con lo que pasa en Palestina, digamos que no se ve genial. Pero siempre recuerdo lo que la música y el arte me dio y siento que más que nunca es importante recordar el poder de conferir que tiene la música: cuando la escuchas y te dice algo sobre ti y de inmediato sientes que no estás solo. Ese aspecto de la música me hace ser muy optimista.
Sí que es complicado ser optimista en este mundo pero yo creo en el poder de la música, el arte, la cultura, y creo que es una de las cosas que más le preocupan a la derecha extrema. Una de las cosas que primero atacan es la cultura: quitan fondos al arte, a los músicos. Es que básicamente son el conducto a un mundo mejor y ellos no quieren eso. No quieren gente soñando en grande con algo diferente. Es lo que pasa en Suecia con este repugnante gobierno, que no sé si están tan locos como el de Argentina por ejemplo pero lo primero que cortaron es un programa de educación para adultos en el que entre otras cosas la gente aprende música gratis. Luego se cargaron escuelas de música. Es lo que hacen: privilegian los números a los sentimientos, es una locura porque por ejemplo, hay bandas que venden 200 discos, pero es posible que con eso le salven la vida a quizá cuatro personas. No se trata de dinero. La obsesión de la derecha con el dinero y las ganancias es un delirio porque no puedes aplicar esto a todo.
Estuviste dentro de la cultura punk durante décadas. ¿En qué porcentajes crees que es más una actitud o un sonido?
90% actitud, 10% sonido. Para mí y para mucha gente que admiro, el punk rock fue el conducto para poder abrir nuestras cabezas. Es un camino a descubrir el mundo secreto de la literatura, de las películas, etc. Creo que para muchos el punk abrió las puertas. Normalmente lo que más me llega es el significado del mensaje por encima del sonido. Si te fijas en un grupo como Swans de quienes hablábamos antes, ellos no existirían si no fuera por el punk rock, aunque no suenen a punk rock desde hace más de 25 años toda su historia se sostiene desde la actitud punk. Yo toco en un puñado de bandas que suenan punk y en otras que no, pero en todas tenemos el mismo tipo de mentalidad.
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