Jones, por supuesto, no será de mi opinión. “Estoy realmente satisfecho con el disco. Se trata de proyectar tus ideas, es un poco como cuando ponen un micrófono en un teléfono, tiene que ver con la privacidad, con la intimidad. Hay tantas cámaras en las tiendas que siempre hay alguien vigilándote. Yo solamente estoy intentando descubrir en qué lugar puedo estar solo sin ser observado”. Por fin un entrevistado con cosas que contar. No piensen que Jones procede del espacio exterior, aunque, la verdad, en ocasiones uno se pregunta si los británicos son de este planeta. Como resulta evidente que no entiendo absolutamente nada de lo que Baby Bird pretende comunicarme cambio de tema. Las cosas no mejoran. “Hay tanto en la música que gira sobre las canciones de amor… pero a mi no me gusta hablar sobre una persona, sino que añado otros temas, hablo del pasado para que sea más interesante. Intento escribir sobre cosas raras o por lo menos inusuales. Soy un tío realista, escribo sobre lo bueno y lo malo porque la vida es así. La vida puede ser fabulosa, pero también jodida. Como soy consciente de eso, trabajo yo en las letras y por eso puede verse si he tenido un buen día o uno realmente malo”. Perfecto, así que tampoco van tan desencaminados todos aquellos que te consideran una especie de freak del pop británico. “No, freak no es la mejor manera de definirme. En Inglaterra significa que eres raro porque te falta un brazo o algo así. Yo no intento ser raro, lo que ocurre es que las cosas que me gustan pueden serlo. ¿Conoces a David Lynch? Pues “Eraserhead” es una influencia. La música para mí es como una banda sonora y especialmente en “Dying Happy”. Eso no significa que sea un freak, aunque si quieres llamarme así porque soy diferente, entonces me gusta”. Lo sé y lo siento. Sé que ustedes no conocen demasiado el trabajo de este buen hombre (que incluso acaba de publicar una novela titulada “The Bad Book”), y siento que esta entrevista no vaya a aclararles demasiado el asunto. Así que no les queda más remedio que acercarse a alguno de sus discos o brindarle una oportunidad a un directo que Jones y sus muchachos nos mostrarán en Benicàssim. “Espero que a la gente le guste el disco. En Inglaterra, por ejemplo, suelen tratarnos muy bien, aunque también hay gente que nos odia. Estoy contento de que la prensa británica nos haya apoyado, pero sé que algún día pueden volverse en nuestra contra. En Alemania, Francia o España los periodistas están interesados en lo que yo pueda decirles, mientras que muchos críticos ingleses actúan como si ellos fuesen realmente las estrellas”. Oh, Stephen, qué poco conoces España.
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