Un futuro no tan lejano
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Un futuro no tan lejano

Joan Cabot — 03-09-2010
Fotografía — Archivo

Tras convertirse en una de las bandas más importantes de la escena británica en el cambio de década, Klaxons se enfrentan al difícil segundo asalto en el que tantos han besado la lona. “Surfing The Void” no alcanza las apabullantes cotas de “Myths Of The Near Future” (07), pero los únicos a quien decepcionará de verdad será a aquellos que esperaban una debacle.

Leyendo las vicisitudes de la grabación del segundo álbum de Klaxons es fácil llevarse una impresión equivocada sobre cómo “Surfing The Void” fue creado. Empezó a hablarse de la continuación del exitoso debut de los británicos a principios de 2008. De hecho, el grupo entró en el estudio por aquella época con el productor Tony Visconti (David Bowie, U2) a los mandos. Poco después, volvían a grabar junto a James Ford de Simian Mobile Disco, quien les había asistido durante la grabación de su debut. En aquel momento parece que la intención era que el disco estuviera listo en algún momento de 2009, pero según algunas fuentes el álbum fue rechazado por la discográfica y Klaxons volvieron al estudio a finales de año, de nuevo con Ford, para trabajar de nuevo en las nuevas canciones. A finales de 2009 Klaxons se pusieron en manos de Ross Robinson, productor de Glasjaw, Deftones y At The Drive-In entre otros, con el que grabaron la versión definitiva del disco. Toda una odisea, diría cualquiera. Cualquiera menos Jamie Reynolds, bajista y cantante del grupo, que niega rotundamente que el proceso haya respondido a presiones por parte del sello. “Entramos varias veces en el estudio, es cierto, pero sin intención de grabar un disco sino más bien la de trabajar en las canciones y prepararnos para cuando llegara el momento de grabarlo”. “En realidad fue todo bastante simple”, prosigue Reynolds. “Antes de entrar a grabar con Ross en noviembre de 2009 habíamos estado preparándonos a fondo y eso hizo que la grabación en sí fuera una de las mejores experiencias que hemos tenido como banda”.
Klaxons tocan esta noche en el Festival Internacional de Benicassim, y su bajista y cantante responde a las preguntas con un entusiasmo que raya la euforia en algunos momentos. Cosas de la excitación previa al show. Reynolds tiene el discurso aprendido respecto a toda la leyenda que rodea a su nuevo trabajo, y no porque forme parte de un guión para negar las supuestas tensiones con la discográfica, sino porque al parecer toda la información sobre esa primera versión del disco rechazado que circula por la red es inexacta y le preguntan por ello en cada entrevista.
Es cierto que trabajaron con Ford, pero sólo han grabado un disco y ha sido con Ross Robinson. “Cuando conocimos a Ross ni siquiera hablamos de música. Estuvimos hablando de nuestras vidas, cosas personales. Es un tipo maravilloso. Su manera de trabajar es precisamente esa: te trata como un individuo y como parte de un colectivo y saca lo mejor de tí. En ningún momento hablamos de cómo debía sonar el disco, simplemente de lo que queríamos expresar cada uno de nosotros”. “Lo que sí es cierto es que nos llevó un tiempo recordar que somos un grupo de pop”, comenta. “Durante un tiempo estuvimos experimentando con sonidos más densos, probando cosas nuevas, pero en ningún momento hubo intención de que todo aquello acabara formando parte del nuevo álbum. Siempre hemos tenido claro que somos una banda pop. De hecho, trabajamos mucho mejor cuando dejamos de darle tantas vueltas al sonido y dejamos fluir las canciones de forma natural”.
“Echoes” y “Valley Of The Calm Trees” son las canciones más antiguas del disco. Fueron compuestas hace año y medio. El resto fueron escritas en Londres tras la última gira del grupo, en septiembre de 2009. Reynolds y compañía habían estado trabajando en otras composiciones, descritas por algunos como más densas y progresivas y por otros como más folk, que ahora verán la luz en forma de EP separado del álbum. Su forma de demostrar que todo el revuelo en torno a los descartes ha sido en el fondo una exageración.

Como cualquier aficionado a la ciencia ficción sabe, hablar del futuro no es más que otra forma de hablar del presente. En “Surfing The Void”, Klaxons reinciden en el uso de la narrativa Sci-Fi de su debut, pero en esta ocasión parecen mucho más conscientes de que hablar en términos futurísticos y sobre mundos imaginarios no es más que una forma parabólica de describir el mundo en que vivimos. “Sí, en esta ocasión hablamos mucho más sobre el ahora. ‘Myths’ era un disco sobre el futuro, en cambio ‘Surfing The Void’ es un álbum sobre el presente. Esta vez hemos querido hablar de cómo nos sentimos ahora mismo, que el disco reflejara realmente quienes somos. Quizás sea nuestra forma de decir que el presente es un buen lugar en el que estar”. “Hay muchas ideas detrás del disco”, continúa Jamie. “Cada canción tiene su propia historia, incluso para cada uno de nosotros, pero si hay alguna idea detrás del disco es la absoluta celebración de la vida”. Esa visión celebratoria se ha traducido en un disco más pop que su antecesor, menos apabullante en su puesta en escena.
“En realidad no había tanta expectación”, responde Reynolds cuando preguntamos sobre la presión en torno al grupo a la hora de publicar su segundo disco. “Hicimos un gran disco que a la gente le encantó pero mientras trabajábamos en ‘Surfing The Void’ no nos detuvimos a pensar en si gustaría o no. Ahora que está grabado, por supuesto, esperamos que sea así y que la gente disfrute. En muchos sentidos es un trabajo parecido a nuestro debut, ya que se trata de una mezcla de canciones muy diferentes que forman un conjunto, pero también pienso que hemos mejorado como compositores y como músicos. La gente que ha escuchado el disco es bastante entusiasta. En cuanto a mí, estoy realmente contento con el resultado. Si en algún momento hemos sentido presión no ha sido por conseguir un disco de éxito, sino la que nos hemos impuesto a nosotros mismos por hacer el mejor disco posible”.
“Empiezo a estar de acuerdo con aquellos que dicen que cada canción tiene su propio camino”, cuenta Reynolds. “Cuando entramos en el estudio algunas de ellas se desarrollaron, pero en esencia se han mantenido tal y como las concebimos antes de llegar a Los Angeles. Nos llevamos las maquetas que habíamos grabado en Londres con las ideas esenciales de cada canción. El trabajo con Ross consistió en sacar lo mejor de cada una de ellas, pero no hubo mucha alteración”. Así que hay que concluir que la orientación más pop del nuevo álbum responde al impulso de la propia banda. Reynolds, en cualquier caso, cree que la etiqueta nu-rave todavía sirve para describir su música. “Cuando hablámos de nu-rave nos referimos al espíritu celebratorio de aquella música. Cuando componemos siempre intentamos que nuestra música sea una celebración y creo que es algo que siempre formará parte de nosotros”.
Aunque “Surfing The Void” no resista la comparación con “Myths Of The Near Future”, Klaxons salvan el compromiso con un trabajo digno que les consagra como una rara avis en el mercado británico, tan hábil a la hora de fabricar en cadena copias al carbón de fórmulas de éxito. “Queremos crear música nueva. Si no sintiéramos que estamos creando algo novedoso nos aburriríamos. No concibo un futuro en el que Klaxons no intentemos llevar un paso más allá nuestra música y sacar lo mejor de nosotros mismos”.
Han pasado tres años desde que Klaxons publicaron su álbum de debut. En realidad, el futuro ya está aquí.

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