Un crooner lo-fi

Merece la pena poner algo de atención sobre Jens Lekman tan solo por su manera de entender la música. Un cantante de voz profunda y elegante, a su vez amante del “do it yourself”, y que es capaz de afirmar que no quiere que le conozca demasiada gente. ¿Pura pose? Veamos. Prueba con su primer disco “When I Said I Wanted To Be Your Dog” (Secrely Canadian / Green Ufos).

Hay muchos datos que de partida desconciertan acerca de este joven cantante sueco de 23 años. Para empezar, graba sus discos en casa, jugando con samplers y cajas de ritmos, pero no esperen pop electrónico de alcoba, sino más bien una especie de Neil Hannon de habitación. Edita y distribuye sus propios lanzamientos, que adorna personalmente (señalamos especialmente ese con el mosquito pegado en la portada) y los graba en CD-R. Pero todo esto se rezuma con una capacidad increíble a la hora de componer canciones, desarrollar melodías inolvidables, y choca con una imagen pública que le ha llevado a ser considerado uno de los hombres más sexys de Suecia. “Bueno, la verdad es que había todo un equipo de fútbol por delante de mi, pero me sentí muy halagado”. Todo esto hace de Jens Lekman un personaje particular, que defiende la música como un ente máximo en si, por encima de formatos, distribuidoras y discográficas.

 “Prefiero los mp3 a cualquier otro formato en el que se pueda editar música: álbums, epes, singles, etc. Me gustan las canciones, no los discos. Creo que el amor, la música y una cultura decente que nos podamos permitir y que sea inspiradora es más importante que el copyright y el dinero. No va a morir la música, tan solo la industria… Si quieres que sea honesto, no quiero que me conozca mucha gente. Trato de ocultarme de cualquier tipo de atención. Me gustaría conocer a la gente que compra mis discos, sus nombres y quienes son, en lugar de conocerles como una masa gris o una figura en un diagrama. Esta es la razón por la que distribuyo mis propios discos, porque es una buena manera de comunicarse con la gente. Generalmente suelo incluir algo dentro de cada uno, como una flor o un dibujo. Si te gusta mi música sólo un poquito, te puedes comprar los discos oficiales en una tienda de discos. Si te gusta mi música puedes venir a mis conciertos, estrechar mi mano y comprar una de mis ediciones limitadas”. Pues si, menos mal que Secretly Canadian ha podido recuperar algunos de sus Eps, como “Maple Leaves” (Secrely Canadian / Green Ufos, 04) o “Rocky Dennis” (Secrely Canadian / Green Ufos, 04) y recoger algunas de sus canciones en el álbum “When I Said I Wanted To Be Your Dog” (Secrely Canadian / Green Ufos, 04), donde podemos encontrar maravillas como “Happy Birthday, Dear Friend Lisa” o “You’re The Light”. Excelente letrista y rimador (“Drinking cheap wine to bossanova / you’re a supernova in the sky / The Jehovas in their pull-overs / are no casanovas like you and I”), romántico y a la vez sarcástico ( desde “Cuando la gente piensa en Suecia se hacen una idea equivocada, como Cliff Richards que pensó que simplemente era porno y gonorrea” en “The Cold Swedish Winter” a “Decían que nos hundiríamos, pero los cerezos todavía están floreciendo” en “Julie”). “Creo que el humor es algo esencial. Quiero que la gente se ría de mí y piense que soy estúpido. Es una gran manera de conectar con los corazones de la gente. Ahora sí, me encanta el amor”. Esos contrastes se trasladan constantemente al Lekman persona, que se entremezcla con el creador, dejando en muchos casos a cada uno la opción de creerse o no sus palabras “No me gusta hablar de mi método a la hora de componer o grabar porque creo que ese tipo de cosas matan la magia. Pero venga, allá voy: tengo dos pájaros, periquitos, llamados Ida y Roy. Ida habla, mientras que a Roy simplemente le gusta cantar. Así que Roy hace las melodías y Ida las letras”. Desde luego esa magia es la que se transmite en sus discos y en su forma de dárnoslos a entender, la que impide delimitar donde empieza la verdad y donde una fantasía muy terrenal, pero igualmente hipnotizante y emocionante, esa que le arrastra como inevitable contador de historias “Encontré una tumba en Bloomington que decía: "Doris Marie Seward, 1917 - 20xx ... 1999, ¡Era tan optimista!" Aparentemente había comprado la lápida antes de morir, y estaba decidida a vivir el nuevo milenio. Me gusta ese optimismo”. Veremos donde deviene todo esto. De momento celebremos la presencia de un artista dedicado a buscar su propio camino, tanto creativa como conceptualmente, con inteligencia, humor y cariño, esperando esos pasos que nos confirmen que estamos ante, posiblemente, uno de los mejores compositores de los últimos años.