“Somos la clase obrera, un corderito entre lobos”

Triángulo de Amor Bizarro no ha sido nunca una banda convencional o cómoda. Ni su música, ni en trayectoria. Ahora, veinte años después de iniciar andadura, se enfrentan al desafío de repasar toda su discografía en una gira única en la que están revisitando cada rincón de su sonido.

Triángulo de Amor Bizarro no es, precisamente, un grupo que camine por terrenos asfaltados, ni en su música ni en su historia. En su último reto, la banda gallega ha decidido enfrentarse a un repaso exhaustivo de toda su discografía. Y no solo para satisfacer a su público, sino también para recorrer nuevamente esos primeros adoquines que fueron colocando en su carrera, con idéntico hambre en el plano creativo que la que los impulsó hace ya dos décadas. Rodrigo Caamaño, Isa Cea y Rafa Mallo están en ese punto donde la nostalgia se encuentra con el presente y, más importante aún, con el futuro.

Esta misma semana encaran la recta final de la gira. Consulta las fechas de la misma al final de esta entrevista.

¿Cómo ha sido armar una gira en la que vais a tocar absolutamente toda vuestra discografía?
Rafa: Lo más difícil fue meditar acera de cómo hacerlo que el hecho de llegar y tocar toda la discografía. Finalmente fue algo liviano y divertido.
Rodrigo: Todo surgió de un tweet de Julio Ruiz que dijo que “el año que viene celebra veinte años TAB” (en 2023). Las fechas nos dan igual y son bastante relativas porque probablemente sean más de veinte años, pero sí que pensamos que podíamos hacer esto como excusa para cerrar toda una etapa y retomar canciones. Realmente lo hacemos de una forma egoísta, para inspirarnos a nosotros mismos desde esas canciones.
Isa:Hay canciones que no entiendes muy bien porque el momento era muy diferente y se tocan desde una perspectiva lejana. Ahora tocamos todo de una forma más sencilla e intuitiva. Es interesante como una nueva aproximación.
Rodrigo: Digamos que lleva tiempo asimilar un disco nuevo porque no te sientes muy seguro, como si no estuviera del todo maduro. Pero cuando pasan dos conciertos, todo se vuelve más automático, lo cual no está mal porque acabas usando ciertas plantillas para expresarte sobre esos temas. Pero lo interesante es que, de repente, de esas setenta canciones que no puedes preparar por completo, algunas te empiezan a conectar con momentos específicos. No con el momento en el que se grabaron, ni con cuando las tocábamos en directo, sino con lo que representan todas las canciones juntas. Tienes que tirar de recursos que se utilizaban cuando esas canciones fueron compuestas, no cuando se tocaron. Y eso te hace tirar más de la intuición, lo cual es mucho más interesante que recurrir simplemente a la técnica. Estás siempre al límite, en ese equilibrio entre la técnica y la intuición, adaptándote en tiempo real. Es un ejercicio muy enriquecedor, sobre todo con los primeros discos. Ves un poco cómo reacciona la gente, porque son discos que muchos no escucharon en su momento, como por ejemplo “Año Santo”. Es un disco muy intenso, muy abrasivo en directo, lleno de insolencia extrema. Ves a la gente reaccionar de maneras muy distintas: algunos que nunca lo habían escuchado y están como en shock, y otros que tienen una especie de revelación. También te das cuenta de que son discos que no han sido asimilados por la corriente principal. No estaban hechos con esa intención. No buscábamos hacer un disco que encajase en el canon. Y eso es lo que los hace especiales: que incluso después de tanto tiempo, siguen siendo difíciles de asimilar. Hay discos que, con el tiempo, se integran en el panorama musical, pero los nuestros, esos primeros discos, no lo han hecho. Siguen generando esa misma extrañeza, tanto para nosotros como para el público.

“Estos conciertos son la versión más auténtica de nosotros como grupo”

También en la selección de salas parece que hubo un cariño por acercarse a vuestro público.
Isa: Claro. La intención no era tanto sacar una foto para el recuerdo, si no lo que decía Rodrigo: tirar de instinto, de volver a esas sensaciones que tuvimos en este tipo de salas. Todo eso pasa en estas salas más pequeñas, más íntimas. Nunca hemos funcionado como una empresa ni como algo que aspira a hacer grandes números. Nuestra aspiración siempre ha sido romper barreras, ya sea de sonido o de otras cosas. Y es en estas salas donde eso se siente más genuino. Llevamos mucho tiempo tocando, y eso es una ventaja porque sabemos lo que pasa en una sala así, y también sabemos lo que pasa en salas más grandes o en festivales, donde todo depende de otros factores. Aquí, en estas salas, se crea una conexión más directa con el público, sin tantas mediaciones empresariales, y eso hace que la experiencia sea más auténtica. Es algo que queríamos: que la gente que nos viene a ver tenga una experiencia más personal, sin intermediarios.
Rafa: También es una experiencia pensada para los más cafeteros, para esa gente que realmente disfruta con el grupo en su esencia. Hay ventajas que fuimos descubriendo con esta gira, como poder dedicarle más tiempo a preparar el concierto, a crear una experiencia más inmersiva. Esto no es lo mismo que en un festival, donde compartes escenario con muchos otros y el tiempo es limitado. Aquí puedes ofrecer algo más elaborado y auténtico.
Rodrigo: Además, queríamos romper un poco con la estructura tradicional de los conciertos. En un festival tiendes a tocar los singles, las canciones más animadas, para agradar a un público masivo. Pero nosotros tenemos mucho más que ofrecer. No somos solo esos singles o hits. Los discos funcionan como un todo, no solo por las canciones más populares. Este tipo de conciertos permite mostrar lo que somos realmente, sin trampas, sin esconder nada. Es la versión más auténtica de nosotros como grupo. Y eso es lo que queríamos: ofrecer una experiencia genuina, mostrar esa parte de nosotros que muchas veces queda oculta en otros formatos, como los festivales o las presentaciones promocionales. Queríamos que el público disfrutara de canciones que quizá nunca habían escuchado en directo, y que lo hicieran con un enfoque puramente musical. Este tipo de conciertos permiten romper esa rutina de tocar siempre los mismos temas, y explorar más a fondo todo nuestro repertorio. Además de hacer los discos en orden. En cada disco estuvimos semanas pensando en ese orden. El propio orden de las canciones son una declaración de intenciones.

Son ya veinte años. Sí tuvierais una máquina del tiempo ¿Qué les diríais a los Isa, Rodrigo y Rafa de 2004?
Rodrigo: Vende el coche y contrata un abogado. (risas)
Rafa: Yo creo que eso está bastante claro. Sí, la verdad, un consejo muy directo. Aunque también diría: busca asesoramiento.
Rodrigo: Tengo una parte muy romántica con todo esto, pero al final siempre acabas enfrentándote a lo mismo. Lo que cambia es el entorno, las personas con las que trabajas, pero esa visión romántica de la música permanece. Lo que también diría es que hay que ser conscientes de que la música es un campo difícil, la lucha de clases está ahí también. Nosotros no somos la clase dominante en esto, somos más bien los que remamos a contracorriente: somos la clase obrera, un corderito entre lobos; somos los que cargamos con nuestros amplis, los que conducimos y tocamos. A veces puedes poner mucho esfuerzo y parece que no logras nada tangible, pero lo importante es que estás creando una historia dentro de la música pop. Eso es algo que se repite: si te centras en la música, no puedes dejar que otras cosas, como la oficina o los negocios, te desvíen del camino. Pero, contrata un abogado.

Ahora nos gustaría que nos dijerais qué significa para vosotros cada disco de TAB:

“Triángulo de Amor Bizarro” (Mushroom Pillow, 2007)
Isa: Este disco representa el refugio que encontramos para escapar de lo que no nos gustaba y crear a nuestra manera. Fue el punto de partida de nuestro viaje, un escondite en un mundo que sentíamos hostil. Este álbum fue nuestro primer grito de libertad.

“Año Santo” (Mushroom Pillow, 2010)
Rafa: En este álbum había más intuición que conocimiento técnico sobre cómo hacer las cosas. Recuerdo que el primer concierto fue un desastre absoluto, pero el segundo mejoró notablemente. Con el tiempo, se ha convertido en uno de los discos más especiales para nosotros, ya que fue un proceso de aprendizaje fundamental.

“Victoria Mística” (Mushroom Pillow, 2013)
Rodrigo: La grabación de este disco fue un reto que nos dejó una sensación pesada y siniestra. Es un trabajo que se distingue por su singularidad, tanto al escucharlo como al tocarlo. Este álbum abrió las puertas a nuestra evolución musical, marcando un antes y un después en nuestra carrera.

“Salve Discordia” (Mushroom Pillow, 2016)
Rafa: Este disco simboliza un momento de liberación y de disfrutar más de la música. Es un descorche, una flor que se abre y revela su belleza. Con él, buscamos explorar nuevas sonoridades y dejar atrás lo que nos limitaba.

“Triángulo de Amor Bizarro” (Mushroom Pillow, 2020)
Isa: Conocido como el disco negro de TAB, evoca un sentimiento de amor-odio en nosotros. Es un álbum que trabajamos minuciosamente y que probablemente representa el sonido más clásico de nuestra carrera. Sin embargo, fue lanzado el mismo día que comenzó la pandemia, lo que hizo que los recuerdos de conciertos se tornaran melancólicos, ya que nos encontramos tocando ante sillas vacías.

“SED” (Mushroom Pillow, 2023)
Rodrigo: Este disco es el equivalente al Gatopardo, ya que refleja una crisis y el cierre de una era. Es difícil hablar de él porque todavía resuena en nosotros. Representa una verdadera ruptura que nos impulsa a reiniciar y a explorar nuevos caminos en nuestra música.

Tras veinte años de trayectoria ¿Cómo se encuentra Triángulo de Amor Bizarro?
Rodrigo: Por ahora lo que queremos es seguir con esta energía que nos está alimentando de cara al siguiente disco. Como decía antes, estamos retomando sensaciones que parecían un poco olvidadas, pero que ahora nos están volviendo a empapar, como una curiosidad renovada y un hambre de crear. Este proceso nos está permitiendo conectar con nuestras versiones pasadas y usar eso como base para construir el futuro. Después de esta gira, tenemos pensado arrancar algo en Latinoamérica en enero, lo cual nos tiene muy emocionados.

¿Cuáles son los mayores retos e ilusiones del proyecto?
Rodrigo: En cuanto a nuevos retos, nos encontramos en un momento en el que queremos sacar material nuevo. Tenemos bastantes ideas y canciones, pero todavía queremos probarlas en directo, utilizarlas como un laboratorio para terminarlas y darles forma en los conciertos, lo cual es un proceso que nos motiva mucho. Desde nuestro último disco, que fue un poco condicionado por la pandemia, hemos estado en un ciclo constante de giras. Ahora sentimos la necesidad de retomar nuestro ritmo natural, tomarnos nuestro tiempo para componer y grabar con calma. Esa es nuestra mayor ilusión: volver a disfrutar de la creación pausada y ofrecer algo que realmente nos represente en esta nueva etapa.

Agenda de conciertos: