En “Perro deseo” nos encontramos con once canciones que van guiadas bajo una misma sensación, el deseo. Si en “La costa de los mosquitos” (21) tenía a las obsesiones como leitmotiv del álbum, ahora son esos impulsos los que dominan la temática de lo nuevo de la madrileña. “Para mí los discos van muy ligados al momento vital que estoy teniendo. ‘La costa de los mosquitos’ fue identificar un lugar dentro de mí y ‘Perro deseo’ ha sido aceptarlo, darle pie y vivirlo”. Vivirlo a través de once contextos diferentes que reflejan los deseos que ha ido sintiendo la propia compositora durante el proceso de composición del trabajo. “Creo que es la primera vez que empiezo a darle pie a los deseos que me surgen. Me da la sensación de que estos me hacen conocerme muchísimo más y que, a la vez, me potencian. Todos estamos llenos de movidas que ni nos atrevemos a mirar, pero cuando permites que eso ocurra, te vas encontrando cosas en ese camino. Y descubrí que todas las cosas que he estado viviendo, y a las que le he dado cabida durante todo ese tiempo, estaban muy movidas por el deseo, aunque desde distintos prismas y ángulos”.
“Me apetecía mucho defender canciones que estuvieran relacionadas con el momento vital en el que estoy”
Por tanto, el álbum conserva ese fino hilo conductor que le da sentido a toda la obra, pero lo que sí que cambia de forma radical son los tempos en los que se mueve. Entre el lanzamiento de su primer trabajo y la publicación del segundo pasaron seis años, mientras que entre el lanzamiento del segundo y la salida de este tercero ni siquiera han llegado a pasar dos. “Tuvimos que retrasar ‘La costa de los mosquitos’ porque me metí en una movida legal muy heavy y luego llegó la pandemia. Durante ese tiempo yo ya empezaba a ser otra persona y componía nuevas canciones. Aunque la inspiración se me disparó una vez que iniciamos la gira del segundo disco y ahí empecé a trabajar mucho en estas nuevas composiciones”. Aunque, a pesar de publicar el álbum con tan poco tiempo, no lo siente como algo que haya surgido de forma rápida, pero sí algo que ha buscado con ahínco. “Es verdad que yo no quería parar entre un disco y otro, pero no siento como que no he tenido tiempo, sino que ha surgido de una forma bastante natural. Es cierto que me he apretado más que nunca para llegar a esta fecha porque me apetecía mucho por fin poder defender canciones que estuvieran directamente relacionadas con el momento vital en el que estoy, algo que no pude vivir tanto con el anterior álbum, en el que tenía que hacer una especie de meditación previa para volver a entrar en él”.
En todo caso, Travis llevaba varios años planeando este nuevo proyecto que empezó a ver la luz en 2022. En ese tiempo entre el inicio de la publicación de los singles de “Perro deseo” y el lanzamiento oficial del trabajo se puede ver como el concepto visual ha ido cambiando y madurando, algo que se puede comprobar en las portadas de los singles publicados durante el pasado año. “Yo tenía claro el objetivo, pero a veces tienen que pasar otras cosas para que termine todo de estar redondeado. Es una especie de metamorfosis que ahora sí que noto que está mucho más transformada”.
Uno de los rasgos más característicos de la carrera de Travis Birds ha sido, sin duda, el aunar canciones muy diferentes entre ellas en un mismo disco, y esta vez no iba a ser diferente. En “Perro deseo” la madrileña logra encajar once piezas cuyo único nexo de unión es ese hilo conductor que forma el deseo –y su voz, claro está–, creando un universo musical distinto para cada una de ellas. “Yo bebo de muchos ríos distintos y fluyo mucho con eso. De repente durante un mes estoy escuchando mucha música negra de los años cuarenta y me apetece hacer una traducción de ella hacia mis canciones. A mí lo que me gusta, tanto en la música como en la moda, es mezclar, mezclar retales, mezclar texturas que no tengan nada que ver. Entonces yo voy cogiendo y fluyendo con el momento vital que estoy viviendo y con aquello que estoy escuchando en ese momento”. A pesar de que esta manera de darle forma a un disco pueda parecer extraña, ella asegura estar muy contenta con el resultado de sus tres trabajos. “Me quedan discos con un montón de cosas diferentes, pero eso forma parte de mi estilo y no quiero hacerlo de otra manera. Dentro de mi caos hay un orden, hay un sentido, y me gusta que sea ese mi estilo, ese no tener un hilo común en todo más allá de un ambiente, de mi espíritu y de mi voz”.
Es tal la peculiaridad en la música de Travis que apenas ha invitado a tres artistas a formar parte de sus discos, y dos de ellos son los que encontramos en este nuevo álbum. “Intento no componer desde ser intérprete porque eso siempre me va a limitar a lo que ya sé hacer. A la hora de interpretarlas, mis canciones siempre suponen un reto porque intento que estén compositivamente a un nivel mayor del que yo tengo como intérprete”. Por eso, cuando le preguntamos si creía que eran necesarias las voces de Depedro y Leiva para acabar redondeando los dos temas en los que participan, contesta de forma contundente. “No lo creía necesario. Creo que son grandes canciones independientemente de quien las interpretara”. Aún así, se siente orgullosa de tener a ambos en el disco. Fue un capricho personal que se permitió. “Depedro es como la zanahoria que llevo persiguiendo desde hace mucho tiempo. Tenía muchas ganas de que me dijera que sí. He esperado a tener la canción que me pareciera que no podría decirque que no, que pensase que el pegaba de verdad. Y esa es ‘Urgente’”. “Grillos” es el título de la otra colaboración, aunque inicialmente no estuviera prevista. “Yo la veía muy Leiva y a priori él solamente iba a encargarse de la producción. No habíamos hablado de que él fuese a cantar. Pero la noche de antes le mandé un SMS de forma muy teenager y le dije que me encantaría que la cantase conmigo, y eso tranformó bastante la canción”. Al día siguiente Leiva se sumó a interpretar el tema, además de producirlo de forma íntegra. “Con la producción ha hecho un traje que no se puede mejorar. Ha convertido una canción que era muy pequeñita en algo muy grande. Para mí es una canción refugio. Siempre me apetece estar dentro de ella, y con Leiva ha cogido una magnitud que nunca me hubiera imaginado que fuera a tener. Es muy sencilla, sin pretensiones, y creo que eso es lo bonito y lo que a él le hizo decir que sí a todo”.
"En realidad me da vértigo todo lo que está pasando y la magnitud que noto que está tomando"
En cuanto a productores, al margen de Leiva nos encontramos con otros tres nombres (Tato Latorre, Paco Salazar y Campi Campón), algo que también varía con respecto a sus anteriores trabajos, grabados íntegramente con Álvaro Espinosa a los mandos de la producción. “Yo tenía mucha sed de trabajar con distintos productores y aprender mucho del proceso de cada uno, así que intenté hacerlo de esta forma. Creía que iba a sumar y que, por otro lado, iba a ser un reto intentar darle sentido a un álbum entero con cuatro personas distintas trabajando cada canción. Además, es que ni siquiera han trabajado juntos, así que es todo totalmente diferente y, no sé, me parecía guay. Yo tenía mis ideas y ellos me han ayudado mucho a crear la colección y he aprendido un montón de cada uno. Me han dado muchas herramientas”.
Lo que más ha cambiado con respecto a sus dos anteriores discos es la transparencia con la que Travis se desenvuelve. Siempre ha sido un personaje más bien enigmático y oscuro, pero parece que, poco a poco, va saliendo a la luz. “Es algo que ha ido surgiendo. Creo que mi personaje es un poco más caricaturesco. Busco que tenga un poco de fantasía de puertas para fuera, porque la gente no está dentro de mí y no sabe cuánto tengo yo dentro [risas]. Pero creo que ha sido un proceso natural. Yo estaba sintiendo un cambio que ha venido solo con las cosas que he vivido. Ahora realmente me siento tan conectada con ello como para que sea lo que muestre de mí”. En ese sentido, le recuerdo que, cuando charlamos con motivo del lanzamiento de su anterior álbum, me contó que había arrancado el proceso de aprender a salir de su zona de confort. “Ahora soy mucho más flexible en ese sentido, pero creo que es un camino que no acaba nunca. Cualquier reto al que te enfrentes siempre te hará aprender cosas, pero yo creo que me he flexibilizado mucho [risas]. Ya solo enseñarle la canción a Leiva, eso fue… Me costó muchísimo... ¡No he hablado de esto ni con mi psicólogo! [más risas]”. Uno de los principales motores que la han llevado a evolucionar como artista ha sido su última gira. “La oscuridad que tiene ‘La costa de los mosquitos’ y el sitio desde el que yo intento cantarlo, en el que creo que realmente conecto con la gente, me supone hacer un gran ejercicio. Muchas veces llego después un viaje de seis horas conduciendo, casi sin comer, casi sin haberme podido duchar antes del bolo, y tengo que llegar y concentrarme, meterme en ese sitio y en ese lugar en el que soy la mejor intérprete que he sido nunca en la vida, que es la forma en la que yo me tomo cada concierto. Hacer todo ese ejercicio es lo que me ha hecho salir de mi zona de confort y ensanchar un poco el músculo para afrontar distintas situaciones”.
De nuevo en la carretera
En breve arrancará la gira de presentación de “Perro deseo”, un álbum con el que se siente muy conectada. “En este disco es más fácil entrar. Es muy divertido para el directo, que es una cosa que yo siempre buscaba. Hacer ese contraste me apetece. Es verdad que siempre tienes que hacer tu ejercicio de meditación antes de un concierto, pero me apetece pasármelo bien y llevar un repertorio que me apetezca mucho defender”. En ese repertorio no solamente encontraremos nuevas canciones, sino que también podremos disfrutar de un espectáculo distinto al que nos tenía acostumbrados. “Vamos a ir con banda a todos los conciertos. Es una apuesta que hago porque quiero que sea así, aunque a lo mejor en algunos vaya mejor y en otros peor. Pero el formato de la banda lo he cambiado. He metido un viento fijo, que era algo que llevaba mucho tiempo queriendo hacer y que solamente había podido en conciertos puntuales. Creo que, a nivel de show, está un escalón por encima. En un punto también añadimos la electrónica, que es algo con lo que siempre hemos coqueteado, pero no tanto como lo haremos ahora. Aunque será a modo de recurso, el bolo no va a ser electrónica. En definitiva somos prácticamente los mismos, pero con este cambio de teclado por trombón y trompeta. Tengo mil ganas de que la gente lo vea”.
Por si no hubiera suficiente, la gira en la que está a punto de sumergirse es mucho más ambiciosa que las anteriores. Hasta el momento se han confirmado veinte fechas en las que se subirá a escenarios tan imponentes como los de La Riviera (Madrid, 4 noviembre) o Sala Apolo (Barcelona, 24 febrero de 2024). “Me da mucho vértigo, pero estoy preparada, muy preparada. En realidad me da vértigo todo lo que está pasando y la magnitud que noto que está tomando de cara a la cantidad de gente que viene a los conciertos y las expectativas que se generan. Pero también es la primeravez que siento que estoy mucho más cerca del show que quiero llevar. Es decir, que es un vértigo que viene respaldado con mucha seguridad en lo que vamos a hacer”.
Ronda Rápida 2021 vs 2023:
Un artista nacional:
Camarón
Un artista internacional:
Jorge Drexler vs Jeff Buckley
Un disco para escuchar en el coche:
“Un sol dentro” de Club del Río vs “Kaya” de Bob Marley
Un disco que todo el mundo debería escuchar:
“La costa de los mosquitos” vs “Perro Deseo”
Una canción para llorar:
“Imagine” de John Lennon vs “Extrema pobreza” de Iván Ferreiro
Una canción para bailar:
“Habanera” de L’Haine vs “Salomé” de Chayanne
Colaboración soñada:
Jorge Drexler
Tu propia pieza favorita:
“Madre conciencia” vs “Grillos” (hoy, mañana será otra)
Un lugar para escuchar tu música:
El monte
Describe a Travis Birds en una palabra:
Mezcla
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