Como tampoco lo es el título del álbum. “Había un concepto inicial para este álbum al que hace referencia el título. Comenté con el sello la posibilidad de hacer un disco con muchas colaboraciones, de MC’s pero también con la participación de otros productores. A mí me apetecía mucho trabajar con gente de fuera de Los Angeles, porque he hecho cosas con artistas como Busdriver, pero siempre era gente de mi ciudad. Así que la idea era hacer un cadáver exquisito, trabajar a distancia con otros artistas sin saber muy bien lo que ellos estaban haciendo y sin que ellos supieran cuál sería el resultado final de sus colaboraciones”.
| "De hecho la base rítmica de mi música tiene más que ver con el breakbeat que con los ritmos pesados del hip hop" |
El resultado final es una deliciosa majarada a medio camino de muchas cosas: estructuras cercanas a la IDM warpiana, ritmos hip hop, referencias poco veladas al jazz, el lounge, la clásica y cualquier estilo musical que haya sido registrado en discos de pizarra. Hay algo que distancia al productor blanco de hip hop de sus hermanos de raza negra, una línea invisible que une a Shadow, Scott Herren, Anticon y Daedelus. “Bueno, lo primero es que yo no me siento exactamente un productor de hip hop, aunque su influencia es evidente. Creo que desde Europa tenéis una visión mucho más clara de todo esto porque podéis delimitar las líneas evolutivas de la música con mayor claridad. Es difícil para nosotros, porque estamos imbuidos, unos y otros, por las mismas influencias y la misma realidad, y es esa mezcla la que ha ido haciendo avanzar la música. Al mismo tiempo, también te digo que según los estándares que afirman que el ritmo es cosa de negros y la melodía de blancos, me siento más seguro trabajando las melodías que los ritmos. De hecho la base rítmica de mi música tiene más que ver con el breakbeat que con los ritmos pesados del hip hop”.
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